ONDUBER BOLETIN DE INFORMACION DEPORTIYft I Rd¿n. y Admón. P. Germanias, 1 1 i Gandía 1 de Mayo de 1948 I Año i Núm. 13 I LA FIQUKA DEL DOMINGO Fotos MIR IBERTOI Te saludo por tu ejemplar y regular actuación a lo largo de toda la temporada, superándote en cada encuentro, dando todo lo mucho que en ti hay, y no digo de bueno, porque no sería fiel expresión, sino de esencia pura iutbolÍHtica, siempre al servicio del club que defiendes, nuestro Gandía (J. de F. Para culminar todas tus anteriores actuaciones, el pasado domingo en nuestro campo y contra el Mercurio, nos deparaste una insuperable actuación cosechando todos los aplausos que se prodigaron calurosa y merecidamente en tu honor. Con todo y ser esto suficiente para la distinción que a mi juicio te has hecho acreedor, aün hay más, y es, el espíritu de deportividad y disciplina, demostrado en todo momento, cumpliendo exactamente las instrucciones que te han sido señaladas, sin dejarte llevar por el natural nerviosismo, cuando las cosas no ruedan bien como en el caso del pasado domingo. Entusiasmo, solera y veteranía futbolística llamo yo a esto, que estoy seguro continuarás prodigando, en bien do nuestra fútbol y por tanto de nuestra afición, la cual, estoy seguro que conmigo coincidirán en agradecerte tu loable esfuerzo. Por todo ello: jYO TE SALUDO! FAVOS SOMOS ASI No es justa, lógica ni consecuente la actitud que el domingo adoptó un pequeño grupo de aficionados. No. En todo deporte — y más aún en el fútbol — no biempre vence el mejor ni siquiera alcanza en toda contienda la victoria quien se ha hecho acreedor a ella. El pasado domingo se dió en nuestro campo uno de estos casos que, aunque no son frecuentes, sí se producen con relativa frecuencia. Puso nuestro equipo alma y codicia en la lucha; jugó muchísimo más que el contrario; se entregaron todos los jugadores locales por completo buscando con ilusión, afán y entusiasmo, el triunfo para su club. Más, el fin anhelado, no se consiguió. Solo una vez, y en fantástica realización por cierto, entró el esférico en el marco contrario; fueron dos las ocasiones en que la pelota llegó a la red de la meta gandiense con consecuencias para el marcador. Eso fué todo: antes, en su intermedio y después de los momentos de la obtención de los tantos, nuestro equipo superó al Mercurio, nuestros jugadores impusieron la iniciativa del juego y al final no les fué dado ese triunfo que con toda justicia merecieron. Así es el fdtbol y así deberían comprenderlo quienes en este deporte no son más que espectadores. Sin embarco, se nos ha demostrado con frecuencia que el carácter valenciano no se amolda ni ajusta a estas vicisitudes. Aficionados hubo que, en su injustificada desesperación, no 86 conformaron con censurar actuaciones o supuestas (para ellos) equivocaciones, sino que llegaron a insultar directamente a quienes no eran, como ellos si Tiples espectadores, sino más bien protagonistas entusiastas del espectáculo. No se dan solamente en el Monduber taleg comportamientos. Reconozcamos que son, como decimos, expresiones propias de nuestra idiosincracia, peculio particular de nuestro regionalismo. En Valencia, nuestra capital, se nos ha ofrecido hace poco un acontecimiento bien característico: Una campaña acertada 'y regular a lo largo de tod^J ¡una competición de Liga del Valencia C. de F. se derrumbó con estrépito y alevosos insultos porque en su encuentro, el más decisivo, otro conjunto futbolfs-