iTVriii i iViBitMÉtÉlotftiV tes ptaebas d(3 ügra'lo, quedó designada la oaudidatura quo hemos señala do, levantándose la ae^ión, memorable por el espirita de ooiicordia y entusiasmo aae en toda ella reinó. GASTELA R EN CADIZ A iti Übyral y demooráfcioa ciudad de Cádiz ba llegado el eminente tribuno D. Emilio Castelar. La noticia se sabía, dice oü periódico de aquella localidad., desde la tarde en esta población, y fué acogida con gran entusiasmo por tratarse del primero de sus ilustres hijos. Mucho untes de la llegada del tren se notaba en K estación la animación oonsigaiente; y como se supiese después que aquél traía más de una hora de retraso, la mayoría de los que esperaban se yoi v.ían al muelle, viéndose muy concurridos con este motivo los restaurants y tiendas de bebidas allí establecidos. Próximamente á las nueve entró el tren en agujas; la banda de Pavía, que con su director D. Enrique Broca, se encontraba en la estación, tocó el paso-doble «Cádiz», oyéndose entusiastas vivase! ilustre viajero. En los andenes se encontraban entro otras machas personas, \as que á oonlinuacióu apuntamos: Sres. Norieg», Vea-Murgaía, gobernador civil; alcalde Sr. Martínez de Pinillos, Aguirre, B-ioseco, Pastorino, Picardo (D. A. y D. B.), Viesoa, Rodríguez G uerra (D. J. L.), Engo, Moyano, Jolv, Fuster, Moreno Espinosa, Ayala, Aionao, Ravina, Olote!, Milego y otfoíí muchos. También concurrieron á la estacióu, comisiones del Círculo republicano y de los Comités local y provincial del partido repoblioano progresista, y el personal del Astillero: escribientes, obreros, maestros, capataces y delineantes. Los andenes, en los que se permitió libremente la entrada, se veían, como se comprendía por lo que dejamos escrito, compltít&mente ocupados, viéndose entre la concurrencia á algunas señoras y señoritas y no pocas mujeres del pueblo. Difícilmente por el decidido empeño de la mayoría de las personas allí congregadas de conocerá Castelar, se dirigió éste á su llegada á un carruaje que le esperaba, dando el brazo al Sr. Noriega (D. Ignacio), y visible¬ mente emocionado por el cariñoso recibimiento que se le tributaba. En el carruaje entraron con Oastel&r, el gobernador civil, el Sr. Pinillos y otras personas, dirigiéndose todos al domicilio del Sr. Noriega (D. I.), en cuya casa 86 hospedará el ilustre viajero durante su corta permanencia en Cádiz. Esta no se sabe hasta cuándo se prolongará, si bien es de suponer que durará hasta el martes próximo. Anoche, después de comer, salió á pasear uú rato acompañado do ios señores Noriega y algunas otras personas, dando una vuelta por la población. Hoy se propone visitar la parroquia del Rosario, dond© fué bautizado, y la casa donde nació; también visitará algunos centros y lugares de de esta Capital, el Astillero y el acorazado «Garios V». Ei Si . Castelar, á quien acompañan los Sres, Ramos Calderón, Rodríguez de la Borbolla, Palomo y Ferrer, no visitaba á Cádiz desde el año 63. Hoy se celebrará una comida en honor del ilustre hombre púbico, á las que asistirán algunas conocidas personas de la población. ■•a ■ Pavono o problema Dicen que ha llovido mucho por Extremadura y otros puntos, y de ello nos ttlegramos. En toda esta provincia ni una gota. ¡Dos años sin cosechal El pobre labrador tiene que llegar hasta el heroísmo para no perecer. Los Ayuntamientos en un estado deplorable, y si á esto se uñade su mala administración peor. La Diputación entregada en brazos de su negro destino. Las obras en esta ciudad paralizadas; el comercio nulo; planteándose con todos sus horrores el problema de la miseria. ¿Qué piensan los hombres que todo lo pueden de esta situación. ¿Qué se Ies ocurre 'aacer? lacionea, los dependientes de algunos establecimientos de la Diputación, no encuentran ya ni dónde vivir, pues no pndiendo pagar los alquileres de las casas que habitan están amenazados de desahucios.» Sin duda el apreciable colega deduce de todo esto, como es muy lógico, que el estado económico de la corporación provincial, debe ser desesperado. No se , recauda un céntimo por atenciones del contingente y ios establecimieutos de beneíioenoi», que no debieran carecer de ntvda, sufren las consecuencias del proceder anómalo de los Ayuntamientos de la provincia. No son solo los empleado^ estimado colega, las tínicas víctimas de situación tan perturbada. Los empleados no pueden, no, resistir un mes más, y merecen atención pronto, en el acto; como lo merecen otros muchos que padecen hambre y sed de justicia. Por lo dem ís, creemos que el gobernador debe tomar cartas en el aaunto obligando de un modo enérgico á los Municipios á que paguen lo que, ineludiblemente debe satisfacerse, no porque los empleados no -iObren sino para que los enfermos no carezcan de lo más preciso, de lo más indispensable. E mal alcanza á todos y urge e remedio. Si el gobernador cree que esto es pura deciiftm&cióú periodística, quizá cuando quiera poner remedio ya sea tarde. en cuanto se entere del estado misa- mero Robledo, atribuyéndole gran rabie ©n que se encuentran los esta- importancia. blecimientos benéficos, no 1© van á se aseguraba que en ella se ha~ sentar bien las fiestas de Alcoy. 5ían reconoiludo ambos persona- Los empleados ya no pueden so- pero ei referido periódico dice portar más tan terrible ayuno, y sinó e8to ea err5ne0f porque al se- se sublevan falta poco para ha- ñor Ro[üek0 Rob edo n0 se le con. 'Vpensar lo que se ha de hacer vence más que con hechos con este estado actual de cosas, que! Con este motivo recuerda que De la cabeza de Navarro Reverter. Urge el remedio Se lamenta ha Gorrespondenoia de Alicante de la situación crítica porque atraviesan lo» empleados de la Diputacióa provincial y añade: «Los de menos sueldo y menos re- Juego descubierto Ya se quito el antifaz jEí Coheter, de Novelda, Contestando al contundente artículo de El L beral, ha dejado ver i» intención romerista. El indisponer á D. Francisco Mira No vellón, con D. Tomás Aba.i Alenda. Juego descubierto, partida perdida. Petición No deben pedirse nota de empleados que tienen voto, á las dependen cias del Estado. Entendemos que no ¿deben cometerse delitos electorales. Nada más. Encima la tempestad Ya tenemos entre nosotros al gobernador civil D. Easebio Salas, y motivo recuerda m máTseriJdeTo' que ¿"primera cuando M Nacional ^Micò su cévista t-parece. i lebre artículo contra el Sr. Rome- !ro Robledo, la noche antes habia | cenado éste con el jete del gobierno, á quien se atribuye el mencionado artículo. El Dia duda de que sea por ahora posible una reconciliación entre Cánovas y Romero. , Un despacho de Washington ha salido pedir al contribuyente un! .. ^ f . . a¿ wJznA~ año adelantado de la cuota industrial ^q»6 el secretario de Estado y territorial. i Mr. Sherman ha recnido una co- . .'municación del general Weylep .* ! participándole que ha sido puesto en libertad el cabecilla Aguirre y que el conocido cabecilla Cepero ha sido absuslto por los tribunales en vista de que no resultaba culpalidad de los cargo contra él formulados. Afortunadamente este despacho no tiene confirmación oficial. Si por desgracia la tuviese quedaría probado que el gobierno obra con punible exceso de bondad puesto qub todo español puede recordar que el cabecilla Cepero no es otro que el que macheteó des^ piadadamente à nuestros soldados en la desigual acción del Mal Tiempo. Telegrafían de Teruel que anoche, al llegar cuatro jesuítas encargados de celebrar misiones, un umerosísimo grupo de jóvenes organizó una manifestación contra los discípulos de Loyola en el momento en que éstos eran obsequia' dos por los seminaristas con una .s renala I La manifestación tomó grandes proporciones. La presencia del gobernador conjuró el conflicto. Han sido detenidos cuatro manife tantes. Suyo afectísimo, M Oorrespontah El Sr. Montero Ríos ha dicho que no comprende cómo el Sr. Cánovas se atreve á ir á las Cortes sin obtener un triunfo en Cuba. Es que no conoce el Sr. Montero á D. Antonio. El Sr. Cánovas ^.e atreve á todo. Se presentará á las Cortes sin que en Cuba haya habido otro Cavile, porquees iu. posible, y ni temblarán las esferas ni se hundirá el firmamento. El hombre que aguantó la imposición del general Polavieja sin dimitir, tiene valor suficientemente probado para no soltar la jpbjU trona. Carta de Madrid 26 de Abril de 1897. Señor Dh actor de El Graduador. Muy señor mío: Dice M Dia que en los círculos políticos ha sido comentada la conferencia que anoche celebró Cánovas con Ro- FOLLETÍN D» «KL QttA DÜA.DOK* Roja es su cinta Más roja micamise. A mi hijo, mi hijo en país lejano, guardadle mi cruz y mi camisa ensangrentada Verá en ella dos agujeros. Por cada agujero un agujero en otra oamUá. ¿Pero se hará eu otro la venganza? Me es menester la mano que ha disparado, el ojo que ha apuntado, el corazón que ha pensado...» fíi marinero se detuvo de pronto. — ¿Por qn© no continuáis, amigo?— preguntó misa Lidia. El marinero, con un signo de cabeza, le señaló un rostro que salía de un pañol de la goleta: era Orso, que iba á gozar del claro de la luna. — Acabad vuestra canción — dijo miss Lidia— me gustaba mucho. El marinero se inclinó hacia ella y le dijo muy quedo: —Yo no le doy el rimbecco á nadie. —¿Cómo? ¿El...? . El marinero, sin responder, se puso á silbar. —Os sorprendo admirando nuestro Mediterráneo, mis Nevil — dijo Orso adelantándose hacia ella. — Confesad que no se ve en ninguna parte una luna como esta. — No la miraba: hallábame ocupada en estudiar el corso. Ese marinero, que cantaba una canción de las más trágicas, se ha detenido en lo más interesante. Ei marinero se inclinó como para leer mejor en la brújula y tiró rudamente del capote de miss. Nevil. Era evidente que su copla no podía ser cantada delante del teniente Orso. —¿Qué cantabas, pues, Paolo Frauci?— dijo Orso.— ¿Una eoLouBÁ. 19 ■ batalla? ¿O a vocero? (1) la señorita ta comprende y quisiera oír el fina!. — Lo he olvidado; Ors'Antou — dijo el marinero. Y sobre la marcha se puso á entonar á voz en cuello un cántico a la Virgen. Miss Liddia escuchó el cántico con distracción y no importunó más al cantador, prometiéndose, sin embargo, descubrir máa adelanto la clave del enigma. Pero su camarera, que, á pesar de ser de Florencia, no comprendía mejor que su señora el dialecto corso, sentía la mayor curiosidad por enterarse. Dirigiéndose á Orso, antes de que aquélla hubiese podido advertirla dándole con el codo. — S3ñor capitán— dijo, — ¿qué quiere decir dar el rimbecco? (1) — ¿E rimòeccot — dijo Orso.— Pues es inferirle la más mortal injuria á un corso: es recriminarle por no haberse vengado. ¿Qniéü os ba hsblado entonces de rimbecco? (1) Cuando muere un hombre, particularmente si ha sido asesinado, colócase su cuerpo sobre nna mesa, y las mujeres de su familia, o, áíalt* de ellas, sus amigas, y aun mujeres extrañas conocidas por su talento poeáco, improvisan delante dé un auditorio numeroso lamentaciones en verso en el dialecto del país. Llámase á esas mujeres voceratrici, ó según la pronunciación corsa, buceratrici, y la copla se Uam» vocero, bucerot buceratu, en la costa oriental, y batalla en la costa opuesta. La palabra vocero, como uus derivadas vocera/, voceratrice, viene del latín vociferare. A veces algunas mujeres improvisan alternativamente, y á menudo la majer ó la hija del difunto canta ella misma la lamentación iúuebre. (2) Rimbeccarse en italiano significa devolver, responder, desechar. Eu dialecto corso significa dirigir un reproche ofensivo y púbiioo. (Dase el rimbecco al hijo de un hombre asesinado dicióndole quesu padre no está vengado. El rimbecco es una especie de requerimiento para el hombie que no ha lavado aúu una injuria con sangre.) La ley genovesa castigaba severísimamente al autor de un rimlmco. z . | Diario de Alicante EL CALENDARIO ABRIL 28 Miércolts San Pedro Correo Para la línea de Madrid, se reoog» la oorrespondencia, en los buzones hasta las dos de la tarde y ocho de 1» noche. — En la central, hasta las tres de la tarde y nueve noche. Para la de Murcia, hasta las cuatro de la tarde en la central. Ferrocarrlle «.1 1 Líunea de Madrid: 2Vew cario (hastft Venta la Encina), salida, S'IO mañana; regreso lO'SO noche. — Mixto, salida, 9;d0 noohe; regreso, S'SO mañana — 'Correo, salida, 3*20 tarde; regreso, 10'20 mañana. Línea de Murcia: Mixto, salida, S'l» mañana; regreso, mañana Co¬ rreo, aaliida, 4'15 tarde; regreso, noohe. Casa de Socorre. La guardia para hoy, está áoarg0 D. Francisco A 1 b er o.