•-2 EL BATALLADOR obra que. realizamos, empleando en la impresión de El Batallador aquello que hasta hoy empleábamos en vanos caprichos y locas intenciones. Las columnas de El Batallador son para todos. Los que estéis conformes con nuestro programa, inscribi.ros como^ socios sostenedores. Cumpliréis con un deber moral. Cuanto encaje en los moldes .de respeto al prójimo, cuanto tenga directa relación con las buenas costumbre y gratas distracciones, admite como proposición é impone como necesario El Batallador. Y, al terminar este artículo, que es nuestro pensar^ cumple con un deber de cortesía saludando con cariño á la juventud, toda en general, y a la de Soria, en particular. La Redacción. S2SS2SS AD SPEM Yo quiero de claveles y de rosas tejer un ramillete para tí de entreveradas rosas de colores y algunas que otras flores de alelí, en que mostrarte quiero mis amores desde el largo trascurso en que te vi. por eso te lo traigo en poesía en la que vá la mitad del alma mía. Alfonso López. DE S Desde los grandes diarios, á vosotras vengo á poneros en estas humildes columnas, unos renglones, dando paso así al honroso cargo con que mis compañeros me han brindado. Mi querido director al ir á manifestarle qué es lo que yo quería que escribiera para el presente número, con una ligera inclinación de cabeza me contestó: ¡Lo que usted quiera!; sabe que para el presente número nos llueven artículos, por lo tanto, escriba ^ ted algo, pero que sea corto, en síntesis, 4 esencia.,. ' : Yo, comprendido, quise dedicará las lin^ jóvenes sorianas un artículo, pero no pu^ porque el tiempo apremia'y él espacio fai^ Solo os diré, que .. .para números sucesivos pienso dedicar éste espacio á cantar coa to¿ expresión correcta, las bellezas que Soria encierra^ contando con sus queridas hijas, en verdad, desde el momento que pisé Sori?" me fueron simpáticas en extremo y > ' sas, como el clavel que adorna la cabellera ^ una linda andaluza en días de corte y alegríapor lo tanto, yo en esta redacción á vosotras mé consagraré, restándome en este día deciros que siempre os admiró Miguel- A. Ugena 9—11—908. Era muy joven cuando un amigo mío, un amigo á quien distingo de entre todos, sentía en su pecho el comienzo de un amor envidiable. Ardía en fuego del dios mitológico Cupido por una rubia, bella y seductora. Yo era su buen servidor y ayudaba á las empresas del amigo inolvidable. Sentía con él su desdicha, lloraba con él su desventura y gozaba con él su suerte futura., envidiable, bella, ideal. ..... . Logró sus anhelos. Fué.arnado de la rubia, bella y seductora. Amando pasaron unos meses. El veía su dicha en ella; ella veía su felicidad en él. A este amor puse yo el cimiento natural, y también veía la felicidad en la dicha de cumplidos deberes de amistad. Pasaron unos meses. Por pasiones encendidas, se olvidaron y dejaron de amarse. Aquellos deseos de verla, admirarla y adorarla, trocóse en descontento, olvido, desprecio... quizá... Hoy pasan sin mirarse. No se hablan. El galanteador inconvencible vive amando. Èlla trocó su amor en abstinencia temporal y pasa sus ratos de ocio cantando conmigo aquello de; ¡Amor pasado que ya nc vuelves! Bienvenido Calto