I 282 LA POLITICA DE ESPAÑA EN FILIPINAS someta. Así, bajo la responsabilidad de los Directores, difícilmente serviría de nada á los gacetilleros chirles tener más ó menos simpatías con el señor censor, porque el menor descuido de uno de ellos costaría al Jefe de redacción una fuerte multa. Hágase lo que se haga, hágase pronto, porque es indudable que urge reformar lo existente, que á nada obedece, como no sea, de vez en cuando, á la voluntad más ó menos caprichosa de la persona que ejerce la dictadura del lápiz rojo. W. E. R. NOTAS BIBLIOGRAFICAS RIFIRRAFE Hecho un Jeremías de lúgubre y llorón viene el bohemio porque en la guerra de Mindanao se mandó destruir unas cuantas sementeras y algunos arbolitos de café. Pues mire Ud. , cuando nos parezca bien hemos de publicar aquí en estas columnas una exposición al General Primo de Rivera, de allá por el año 1881, en la cual gobernadorcillos y principales de una provincia del Norte de Luzón pedían con mucha energía lo mismo contra ciertos salvajes muy molestos para la población reducida y cristiana. Con que ya lo ve; los indígenas no piensan como Ud. ¿Qué han de pensar? * * «Pero no importa... , me contento con la satis/acción de que he llamado la atención de l.s que aman de veras la patria.» ¡Qué pretensiones! Ud. lo que ha hecho es meterse en camisa ue once varas. Nunca más apropiado un epígrafe. * • Y qué quiere decir aquello de «¿ha asegurado nuestro domio el General Weyler»? ¡¡Nuestroll ¿Desde cuándo ó Ud. es español, ó Filipinas es Bohemia? * * * Que en Filipinas se sabe leer. Sí, señor, no lo negaremos; hay afición decidida en los niños, y algún aplauso merece también por ello nuestra Administración y aquellos Inspectores locales. ¿Pero se lee? Volvemos á repetirlo: díganlo periódicos y librerías. La lectura y escritura es sencillamente cambio de sentidos en la comunicación intelectual, pero nada más. Ni tampoco estamos conformes con ciertas cifras como las de Masbate y Ticao. No hay que confundir una localidad dada con una región ó comarca. Y en tanto, aunque repugnamos las comparaciones, en Madrid se lee y se escribe, no 57, sino 570 veces más que en aquellas islas. El número de La España Moderna correspondiente al día 15 del pasado es, como todos los de esta famosa publicación, inmejorable. Contiene un interesante cuento titulado Sopas de ajo, por el Doctor Thebussem; una leyenda, El Collar de perlas, por Manuel del Palacio; un precioso estudio biográfico crítico de D. José Zorrilla, por Fernanflor; un poema en prosa de Turguenef; la briografía de Stendhal, por el gran estilista Emilio Zola; continuación de £a Guerra Franco-prusiana, por el Conde de Moltke, un interesantísimo artículo de Ricardo Wagner acerca de Spontini; la novela Querida, de Edmundo de Goncourt; la Crónica internacional, por Castelar, y otros muchos trabajos interesantes y curiosos. Envía un tomo de muestra gratis á quien lo pida por escrito á la Administración., Cuesta de Santo Domingo, 16, principal, Madrid. En Filipinas sirven La España Moderna la Agencia Editorial y la Librería «Amigos del País*. Hay colecciones completas desde 1889, á precios baratísimos. * * # Hemos sido favorecidos con un ejemplar del notable Discurso que en la solemne apertura del curso académico de 1891-92, en el Real Colegio del Escorial, pronunció el Profesor del mismo R. P. Fr. Fidel Faulín, Agustino filipino. El P. Faulín, que es un naturalista de mucho mérito, y, en general, hombre que ha penetrado hondo en las ciencias, consagra su excelente trabajo á combatir las teorías de Darwin y sus discípulos Hífickel, Mortillet, Huxley y otros mantenedores sistemáticos del transformismo. El tema no puede ser, en verdad, más penoso por el sinnúmero de conocimientos previos que son precisos; pero á la vez no puede ser más simpático— VB.\g& la palabra,— hoy que la Antropología y demás ciencias derivadas de la Historia Natural, pero especialmente la Antropología, es el asunto que más preocupa al mundo de los sabios. «Por la autoridad y prestigio (escribe el docto Agustiniano) de que gozan algunos de los defensores de esta doctrina (la doctrina transformista), por las apariencias científicas de que se reviste, por la propaganda que de ella se hace incesantemente y por la influencia que puede ejercer en la educación de la juventud, es por lo que nos ha decidido á presentar y examinar las pruebas en que se fundan los sostenedores de tan desatentada hipótesis, y hacer ver cuán destituida está de sólido fundamento, por más que se la presente como verdadera y como una de las más gloriosas conquistas de la ciencia.» Y el P. Faulín entra de lleno en el tema, y lo aborda con grandísima maestría, testimoniando á cada paso la singular erudición que posee en tan compleja materia. t