lia llegado ol marqués de Ciutadt la. » ¡» » \mmUUaM9 '"■ftiMitvHáná. --Ayer ha salido para Madrid en el tren correo el señor I), Antonio Garda Maiirifto, Gobernador civil ¿e la provincia, encargándose interinamente del Gobierno el s^ñor D Eleuterio Villalva, Secretario del mismo, quo ya lo ha desempeñado en va ti. is ocasiones con notable celo é into!;^ercia. — Clcyrepas do caballo*.— Sabida es la importancia que en los últimos años ha adquirido esta diversión en las principales poblaciones de Andalucía, y últimamente han llamado la atención las de Sevilla, Jerez y Cádiz, que han llevado á estas ciudades gran número de forasteros. No sabemos si piensa algo sobre este punto la activa comisión de Jória; poro hemos oi'do decir que se trataba de formar una sociedad que construyera un Hipódromo permanente, y que para la próxima feria podría inaugurar estos espectáculos en Córdoba, donde fácilmente se aclimatarían por ser esta alicion dominante en nuestra provincia. Puestos de acuerdo todos los que hayan pensado algo sobre este punto, estaraos seguros de que el pensamiento se realizaría. —151 vígia. --Pues que en cierta férrea vía -son los percances diarios, —voy á preparar carretas—donde viajar el verano. — Arí teta empresario. —Ha permanecido algunos dias en esta capital el aplaudido director de orqu >sta D. Luis N. B jnorte, que deseaba hacer oír de este público su compañía de zarzuela que actualmente ocupa el teatro de Granada. — Equlpage. —En las Ventas de Alcoíea, y de ¡a casilla del Acebuchar, han robado en los pasados dias cuatro pares demedias y tres camisas de hombre, una sábana, una capa de paño negro con vueltas encarnadas, dos pares de calzoncillos, tres camisas de niño, una cinta de ceñir, cinco gallinas y un gallo. Se creo que el robo se ha verificado entrando por Ja ventana de la casa, que se ha encontrado rota«H*s.a la fecha no se ha podido dar coa los ladrones, — Comunión £*a§cnal.— Mañana ála-í siete y media saldrá su Divina magostad de la parroquial de Santa Marina para la Comunión Pascual de ios enfermos del Hospitil de Crónicos. El acto se verificará con la mayor solemnidad y con la asistencia del limo. Sr. Obispo de la Diócesis, Diputación provincia!, Comisión del Ayuntamiento y gran número de fieles. —Cea fos-tuiaa.— El tren de la Sierra que llegó á Córdoba en la madrugada del jueves, vino con siete lio ras oe retraso por haber desean ila lo en el kilómetro trece. Pudo ser casi momentáneamente detenido. De otro modo hubieran ocurrido desgracias, «ada 1$ naturaleza del terreno donde tuvo lugar el accidente. No hubo j>iír fortuna que lamentar desgracias personales. -*fij*il mejora. — Ya se encuentran en esta capital las letras para poner les rótulos nuevos de alguaas calíe* y componer otros. El municipio co >tinúa incansable en mejorar tod s los ramos que le están encomendados. — Compadres.— Un hombre «bien abrigado» insultaba anteayer á otro en la calle de "Santa María de Gracia. Este ya aburrido sacudió algunos golpes al primero. La medicina fué tan eficaz que el go'peado dio la mano afectuosamente á su contrario y se retiró tranquilo á su casa. Esta es una cuestión ala andaluza. — SiO planto.— La escena pasa entre un nigromante y un andaluz.— Diga usté, ¿es su merca el que acierta toas lascóse? -Yo soy: ¿qué se le ofrece á usted? -A vsr, vaya su mercó isieudo,— Para éso necesito ver su mano.—jYa! ¿Y por la mano lo acierta su mercó too?— Justamente.— Pues aquí está. Largue au atareé la tona. El nigramántico le fué diciendo cuanto se le antojó, y concluida la adivinación, dijo el andaluz.— Pjes seiíó, está muy robien. A«|raeáí4ndó y jasta otra vista.— Perrnííamj usted le recuerde que mis honorarios son cuatro duros.— ¿Que largue yo cuatro duros? ¡CAÍ ¿Pues no isa su mercó qu3 lo sabe too?— Y» lo ha visto usted.— Pues entonces, ¿cómo es que no sabosté que no tengo «un mota?» —AI cesto. —Ayer por la mañana ha sido conducido al Ayuntamiento y encerrado en las habitaciones del Galápago un hombro embriagado que en la calle de Ambrosio de Moralesescandalizaba con blasfemias y palabras mal sonantes. Este hombre parece que dá que hacer á los municipales. — Consecuencias.— Anteanoche llegó á Málaga á pió el Sr. Conde del Castillo del Tajo, que saüó ileso del siniestro del ferro-carril que ya conocen nueotros lectores. Ayer salió para Córdoba. E¡ tren embarcó en Cártama algunos viageros que regresaban de la féría!, Al tomar la aguja de Jos Remedios lanzó la máquina dos wagones cargados de harina que saltaron en pedazos. El furgón quedó destrozada y el primer coche que era de terctra. Otros dos se deshicieron. J Además de los dos muertos y diez y ocho heridos de que hablamos ayer, resultaron del siniestro de cuarenta á cincuenta contusos. El guardia civil muerto fué Antonio Beltran M^re » no, casado y con hijos. El otro fué, Según parece, ua arriero llamado José Rosso. El guardia, que parece era muy digno, iba hablando con un compañero, se hundió el suelo y asientos del coche, cayó el infeliz i la vía,y al pasar las ruedas de ios demás can ua • ges sobre su ouoiio, le dejaron sepa* rada la cabeza del tronco del cuerpo. Su dolor debió ser tal que le hizo vaciar todas las viscera abdominales. Dos naranjas que habia conprado en Pizarra y que llevaba en los bolsillos del pantalón, se ie encontraron debajo de ias costillas. Guarnió sa en tregaron los equipages del furgón, Supo el guardia ci -il Joaquín Paiacio González, herido y contusu gravemente, que entre ios ck fres; venia uno con respetable cantidad de dinero, y sin poder sostenerse, apoyado sobre un baúl y con el fusil afianzado, estuvo guardando los equipages. A la llegada del teniente coronel Sr. Camino, observó a! guardia herido, y acercándose le preguntó qué hacia allí y en ¡ — LlcesucSas — Con motivo del li- tan mal estado; el guardia contestó: j -M«eno»»- ^^£f:¿£. «Mi teniente coi'onel, he sabido que ?™*™Q?°d^^ entre estos baúles viene uno con di- j tai setenta y ^.^c!"f^^ ñero, y aunque herido y con lacabe- suspendido la ^neesten Jf-W'g za destrozada, quiero cumplir con mi temporales que terna ¿^^J6 ' " - '- . ' «~« i™ nanitunptH tronérales de flis- cual esclamaba con iftB mas acerbo dolor;^***^ } decia, con tanto quQ ¿ft>cit0Hl deber custodiándolo hasta que sea recogí lo por su dueño.» Estas frases son tan honrosas para el que las pronunció, como para el cuerpo á que perteteñese. —Subasta.— El treinta del actual y siete de Mayo próximo se subasta en Priego el arriendo de los derechos de coniumo. —Kfemér Ides. —Hoy. — 1252. — D. Jaime de Aragón conquista á los moros el castillo de Vivar. —Asi es.— Entre los muertos y heridos en el descarrilamiento de Cá rtama ninguno hay de Córdoba ni de su provincia sesrun nuestras noticias. Élelero, las autoridades, Guardia civil y el vecindario todo de Cártama se han conducido cou admira ble celo y caridad. - sanen remedio. — No fué lo peor en el siniestro de la noche del veinte y seis que el guarda aguja de los Remedios en lugar de dar entrada al tren por línea recta que venia recorriendo lo hiciera por el apartadero, sino que queriendo enmendar su falta varió y produjo el desastre. —Heridos.— Bntre los que resultaron del último descarrilamiento del tren de Córdoba á Málaga, se halla - bx en inminente peligro José Reina Pino, y graves Antonio Becerra Castillo, Juan Pérez Aranda, Lorenzo Delgado de la Torre, Antonio Salmerón Gaucin, Pedro Tóbamela VMacafía, Antonio Pérez Puertollano, José Chic* Fernandez, José Márquez Urbaneja, Eduarda Alarcon Marin, Manuel Cipriano López, Teodoro Marin Cubero y Antonio Quesada Carvajal. Los demás son leves. —Ufas Tale asi.— No ha sido gra« ve como se creyó al principio lo ocurrido en el lance del ferro- carril de Málaga al Sr. D. Antonio García Trigueros, que fué despedido por el tope de una miquina de la silla en que estaba sentado. —Pánico.— Es indescriptible el experimentado en la noche del Miércoles en Malaga al recibirse la noticia da haber descarrilado el tren correo entre las estaciones de Campanillas y Cártama, de cuya desgracia nos ocupamos ayer. Gran número de personas corrían desaladas con dirección á la estación, ansiosas de adquirir noticias, á la vez que otras muchas formaban numerosos grupos de los que salían enérgicas frases, que demos traban la general indignación por un suceso repetido «tres veces» en lo que va de mes. — Cange. - El de papel de pagos al Estado y sellos de que nos ocupamos ayer, se hará en esta capital en la Depositaría de la empresa del Timbre,calle de Carreteras, y en los pueblos Administraciones subalternas en los estancos de estas desde el primero al treinta de Junio próximo. —¡Sesión.— El jueves se publicó en el periódieo oficial de esta provincia el estracto de la sesión celebrada el treinta y uno de Octubre último por la Comisión permanente. — Meeopllaclon.— En breve se publicará la de tudas las leyes y disposiciones sobre Instrucción pública. por los capitanes generales trito. ñ —¡Prudentes consejos.— Guardarse del odio de un criado. No vo'ver á tomar á su servicio criado despedido. No hospedarse en fonda nueva. No disputar con la curia. No empeñar con versación con un desconocido. Evitar relaciones con mujeres que se están riendo siempre. Rechazar el etcétera de los notarios y de los farmacóutic s. —Sección minera — D Claudio ' Malagrida ha solicitado doce pertenencias de la mina de hierro «Santa Bárbara,» situada en el parage del Cuquito, término do Córdoba. —Bien venido.— Anteayer tuvimos el gusto de recibir otra vez la visita de nuestro estimado colega «El Diario Mercantil» (!e Málaga, después de cumplir la suspensión que le fué impuesta. — SüseucSas.— Se ha prevenido al alcalde de Benamejí que cumpla lo que se le ha ordenado por la j unta de instrucción pública acerca de las casas de los maestros. —Fábrica. - Parece que le ha sido otorgada licencia á la casa de los señores González ó hijo, de Berja, para establecer una fabrica de fundición de metales en el llano de la Albaida, junto á la estación de Belméz. Se dice que muy pronto empezarán las obras. "Cluentas inunieipales.-Las de Morente desde mil ochocientos sesenta y nueve á mil ochocientos setenta y cinco se hallan de manifiesto en aquella villa hasta el día nueve de Mayo. — Llamamiento.— El Juzgado de Lucena llama por edictos á Pedro García Plaza para hacerle una notificación que le interesa. — Hlequüsitorla.— Por una de la Fiscalía militar de Sevilla se encarga la presentación de Juan Gómez Cabro, natural de Palouoiana, provin cía de Córdoba, y centra el que se procede por hurto de caballerías. — ttegtaaiento.- Se ha dispuesto quesea ledactado á la mayor breve, dad el regia mentó orgánico de los voluntarios de Cuba. — Coorc— Doee pertenencias de la mina de coore «Carlota,» del tór mino de Montoro, se han solicitado en el Gobierno civil. —Hesncltó.— Leemos en un diario de Valencia: «Hace tres dias ocurrió en esta capital un ¡;uceSo que empezó siendo dram tico y acabó de la manera mas risible que pueda imaginarse. Un caballero anciano, basante conocido en Valencia/^u donde ha desempeñado algunos cargos en diferentes ramu* de Ja Administración púoiica, se hallaba enfermo de alguna gravedad hacía algunos dias. Sobrevínole de pronto una «lipolhimia,» quedando privado en absoluto de touo síntoma de vida; llamóse al módico que mas cerca vivia y este confirmó ios temores üe la familia, asegurando después de un detenido examen, que aquello era ya. un cadáver. Empezaron los consiguientes lloros y lamentos, entre ios que sobresalían ios de la esposa del difunto, al parecer, la tolÁhor^qn^Uy^^Jl aun cuando me liicfe^rf mas.— Oye, tú que dijo ei' '^ $ j porándoBeenlaeam* 7?^ i¿l m has dado alguna vid?*?** 3 Yelhoml,re(muyauCa^?a de este recuerdo de su ' ' pidió quo le diesen de ooZ°^ gracias m halla mas aii^ ; *N m*ao i gracias enfermedad. •lépase. -La , - ■-•• dirección i truccion pública ha acordado 1 '{0 ceder matrículas desde "Z D\ mayo á los alumnos que i¿ «.S ^Tra§laclon.-Lafer¡3, lá de Guadaira, en la provi • ** Sevilla, que se celebraba á f?ei*§ Abril, se traslada á los dias ? i veintiuno y veintidós de a V^| contar desde el corriente afio^ -Síes venturas — Parea*' familia del infortunado Sr. ¿" Y*% nagre, muerto á conaecuaici^'^j núltirao descarrilamiento ooarrW ,{0DVÍ ■li¬ la línea férrea de Córdoba ¿'m\ se propone reclamar á la una fuerte indemnzacion, «ue T H°J muy crecida quo fuese no comp8D!f :'*-J rá la inmensa pérdida sufrida por* desgraeiadoá hijos y por esa foj esposa. — Junta.— Bajo la presidencia señor marqués de Perales se el martes la primera junta de deros. —Higiene.— La* enferm^ü contagiosas hacen extragos horr en Manches ter, y nadie sesorpre.., rá de que asi suceda, cuando leo estadística de las carnes y otros coi mestibles avenados que han sido de, comisados y destruidos por las atfo, ridades como perjudiciales á lasalaí pública: veintiún mil setecientas'^ cuenta libras de carne; cuarenta jj cuatro mil ochocientas sesenta jtf¿ co libras de pescado; tres mil cíeui setenta y cuatro cestas de yranc oquia i que istac -0' S&flori jía del do prii jredic, Mafiai nueve mil quinientas cincuenta! cuatro libras de frutas; ciento titres cocos, y cueve cestas deci bollas. Por ios que han sido decoaij sados se puede íurmar idea de losrf ' veres mal *ano3 que habrán escaptl do á la vigila nc i a de la autoridad, -0< cisco d Í8 Sai princii 1 M 'fine á puah iantu¡ Al enfermo lector. Aconsejamos seguir los multitud que ha encontrado al... las Piiduras Azucaradas de BrátoUí * operación medicinal abraza una a" ra muy extensa. No solo producen efectos mas benéficos en todas las fermedades inmediatas del e ei hígado y el vientre, sino en un _ número de dolencias incidentales, Eff los espasmos y convulsiones de" . clases so: 1 el m >jor de los medícame . tos conocidos, y así lo atestiguan tóf£¡ médicos mas eminentes y los legcsA-E V-M. tas»*—. IfetoM» .Cotiz: Conso Md Bono; ¡"Accio la materia. Renuevan ei sistema, regulan el vientre, y son inapreciable! en ¡os casos de postración física, y» sea debida á lo avanzado de la edad, ya á la debilidad de la constitución i á una dolencia especial. En todos los casos que la enfermedad proviene » impureza de la sangre ó humores, I» Zarzaparrilla de Bristol debe serte1 nada con las Pildoras. iftoli Cari): idee ».Har Hi2 a . ¿s-Amígo mío, *-dijo, dirigiéndose ál convidado y levantándose déla mesa, -te prevengo que Mad. Chabert no puede sufrir el olor del tabaco y no fumo jamás delante de e!ía,; ¿—Eso no importa, no fumaré,— repuso aquel. --De ningún modo. Mí mujer tendría un remordimiento porque sabe J qué tu boca, en cuanto á arrojar humo, es una loeomotora. Fumaremos ea el club y de paso daremos un paseo* %\ amigo era precisamente Jorgé'Aubanél, el introductor de Mario en lá intimidad de Mad. üeliane; era también de la partUa de campo del siguen te dia y se escasó con I % nma, prometiendo acudir temprano. —Id con Dios,— ese'atnó Émma, 1 riendo, he-nja iuaug ir ¿do mi marido y yo el reinado de la libertad individua!; aquí oada uno bao? lo *■* * ¿Quien sabe? Quizá su cóncieñ cíala atormenta. —¡Bahl á una parisién... Entretanto Mario, que síü duda sabia mejor que nadie por qué Mad. Deliane estaba disgustada, acercóse á ella con el mayor disimulo, y murmuró: —Tranquilizaos, todo va bien; ayer os asustó sin motivo. Sin duda fué un acceso nervioso como tatitos otros...- Así, pues, amor mío, tregua al pesar; sed dichosa y que vuelva el color á vuestras pálidas mejillas. Luciana parecía no aguardar más que esta orden de Mario para recobrar la calma, la serenidad que tan bien sentaba & su bello rostro. Estrechó la mano do Mario con emo • cion, le dio gráciars con tina sonrisa y recobró ia expresión de maliciosa alegría que leerá habitual, y aquel adorno propio de la mujer que está segura de si misma. |#^#par4a&am|s pe 4 »*.♦ intre todas aquellas mujeres jóvenes, bellas y adornadas, destacaba Luciana por su gracia esquisita, por su incomparabe elegancia; desde la botita hasta el sombrero, todo en ella revelaba el ideal de la parisién que parece presentarse en la provincia tan solo para fascinar la vista. Su traje aquel dia habia sido más cuidado que de costumbre, y las mismas mujeres tuvieron que convenir en ello. Una da ellas, do« tada de más sagacidad, hizo notar, sin embargo, á su vecina, que la encontraba más pálida que de eos - tumbre y que habia ua no sé qué de inquietud en su espresion, que no le era habitual. —¿Habrá tenido algún pesar la bella de las bellas? añadió terminando su observación. —Él aire de una hoja de ro:;a ha* brá incomodada su sueno,— respondió la otra con acento malicioso» —Es, «in embargo, bastante di- cuéñtre nada que decir; to«3¡'¡SSl pues, os pertenece. No of^SSá porque no pienso salir de eas»> ^ ^ acostaré temprano y dorm ir y ^ ^ pierna suelta para prepararme-*.'? ^ fatigas de mañana. Así* p"#g> ° |¡ ¡62 oí ñas noches y divertirse* Después dé esta frase Prf Hftó|ii da cou admirable ap lomo, tena ^ manoásuhuesped, presentó^ ¡, te á su marido y se dirigió 1^ lamente á su cuarto wien^JJ dos hombres bajaban a]e^r^s cola escalera con laaJegrjaaej»* iegiales escapados de lá elaw. —¿Sabes, tunante,— dU° . Aubanel á su ¿migo,-W Ieflftv ;l una mujer encanta'ora? ** giacia... -hujrr*! -Sí, mucho talento, *»f?r>; cia.-dyo Mario con. tono d » —pero tiene un gran dele»11" do una 'ligereza, roas ■» de Jabera natural ea*51