m üi i oaaiHAírrxj !NTE DEFENSOR BE LOS INTERESES DE LA FROnilÁ SE PUBLICA POR LA NOCHE Año i Teruel. — Sábado 21 de Marzo de 19 14 DIARIO TüliOLEXSE,, periódico independiente % I ..i •,.•;[.;-.'.:: rtn •' uhh nv.ú PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN • • Pesetas En Teruel, al mes Fuera trimestre . • ^.; · ; · • 3<50 PUBLICIDAD.— Anuncios, esquelas y comunicados á precios convencionales. Pago, adelantado. tea ni". EL NITRATO DE CAL ó de Noruega es el abono azoado de más rápida ásimilación, economía y eficacia. Para informes a OTTO ]\IEDEM. Valencia, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Málaga, Alicante. EL PROBLEMA DE MARRUECOS Del discurso de D. Gabriel Maura • En 1903 un aventurero marroquí, igual en psicología que los políticos aventureros españoles (Risas), se llamo Sultán y: constituyó: ün reano de hecho. La paz «e alteró en los alrededores de Melilla. El Sultán no cumplía el compromiso de mantener el orden éñ esos alrededores. Cuando en 1906 subió al Poder el partido conservador, aquel estado de inquietud y de lucha reinaba. Si el Gobierno hubiese querido .guerrear, lo Mb ría aprovechado. ;, Sin embargo, por conducto del ministro de Estado se envió al. Sultán, a la autoridad- legítima, para que réslábleciese la paz como era su obligación. Fué historiando eL Sr. Maura Gámazb ¿orno durante lòs años 1907 y 1908, y a pesar del manifiesto incumpHmíéntó de sus compromisos, por parte del Sultán Abd-el-Ázis y de las reclamaciones que ante las inquietudes de la insurrección hacían las autoridades militares de Melilla, el Gobierno conservador apuraba la vía diplomática y los buenos oficios para évitpr recurrir a la fuerza. En Noviembre de 1907 se decidió a ocupar la Restinga de Mar Chica para evitar que el Roghi llegase a la costa. El general Marina, gobernador mi- FABRICA DE CAL HIDRÁULICA % SUPERIOR I A m PESETAS EL SACO Di 40 KILOS DK VOLVI ¿N DO. LOS ENVASAS É VICENTE RODRIGUEZ i • ■ - DEMOCRACIA 36 y OVALO 4. — TERUEL litar de Melilla, observaba el estado de agitación de los cabileños, engreídos por su triunfo sobre el Pretendiente y en mala disposición hacia España, y entonces envió al presidente del Consejo uní carti, a la qué d¿ lectura el coridc de la xMortera, y en ' la cual se dice que si el Sultán no ló remedia España tendrá que proceder por ¡i fuerza, porqueen las inmediaciones de Melilla reina , la rebeldía. El presidente, Sr. Maura, . le contestó textualmente: «Alejado el Roghi y vacante cuanto representa la autoridad del nuevo Sultán Muley Hafid, las buenas palabras de los cabileños no ofrecen la debide garantía. Cabe que el Sultán envíe rápidamente fuerzas para resta Weeer la paz, y mientras esto pueda esperarse no debemos arrostrar las consecuencias de una intervención armada,; que solo circunstancialmente podríamos emprender. : El Gobierno— seguía escribiendo D. Antonio Maura — acude a Hafid. Pero por grande qué sea nuestra repugnancia a acudir a las armas, el porvenir de las expansiones de Melilla nos impondría en caso preciso la necesidad de salvar los ¡prestigios de España, (Está bien machado, ex:elama el conde de la Moriera). Permaneceremos por ahora prevenidos.» Al terminar la lectura de esta carta el Sr. Maura estalló una gran ovación. Las negociaciones diplomáticas con el Gobierno marroquí— prosigue el Sr. Maura Gamazo— tropezaron con una gran resistencia. No hubo manera de entenderse en Fez, y el Gobierno jerifiano envió una Embajada a Madrid. Si los intereses pendientes ea Marruecos hubiesen sido solo españoles, habría podido dar largas a la intervencióu armada: pero existían ex¬ plotaciones mineras fr.mcesas que acudieron al Gobierno diciendo que si uq se hs gar atizaba el trabajo pedirían el auxilio francés. No podíamos pasar por esta vergüenzaexclama el Sr. Maura Gamazo. Se pidieron al Consejo de Estado tres millones pura material -y ganado. Los exministros liberales, con su jefe a la cabeza, convinieron en que e¿a ej a., cuestión de dignidad. El Gobierno, «ala inglesa- {Vi vas], no daba notas oficiosas. Entonces dió una en que se decíá que dede'iíamos estar prevenidos para elementateb obligaciones. Se afirmó que ■ no estaba; preparada la opinión. ¿Para qué? En ningún piáis necesita és-. taria opinión preparada para saber que cuando el honor, del pueblo eslá en peligro deben congregarse las fuerzas para salvarlo. (Ovación). Marruecos— observa . D. Gabriel Maura— tiene de común con España el que los natura les hacen las cosas cuando no les conviene. Ea junio de 1909 atacan y matan a los trabajadores de las minas. Salen de Melillá fuerzas, toman posiciones y se mantienen en ellas. La campaña comienza/No tengo para qué hablaros de sus episodios. En 6 de Agosto el Consejo de ministros se dirigía al general Marina en esta forma. «El Gobierno aconseja que antes de emprender operación alguna debe asegurarse la comunicación de la plaza con las posiciones. Los puntos ocupados deben limitarse -a los. meramente indispensables y todos sobre el mar para facilitar su provisión por embarcaciones y evitar combates. No se debe buscar a! enemigo en sus posiciones,- (Muchos aplausos). Ocupado el Gurugú se dijo que estaba conseguido el objetivo de la campaña^ pero a pesar de ello hubo otro combate y se tomó a Zeluán. m Número 34. El Gobierno prcg untó al ¿ene ral Marina «por qué ocupó a Zeluán si.i sn autorización». Y Marina contesta: «De no haberlo ocupado el efecto moral en el enemigo sería perjudicial para España; Tal re.-olnción la he tomado bajo mi responsabilidad.» La lectura de estas cominicaciones cruzadas entre D. Antonio Mau¬ ra y el gobernador milU:ir d 3 M di- Ua produjeron gran impresión. Los liberales pidieron ento:iC3^ la apertura de Cortes— continán el conde de la Mortcra— y en ellas el presidente dijo que aspiraba a actuar pacíficamente sobiv el Rif y que la acción de las armas era traasitoria. (Muy bien). Vienen los liberales al Poder, y a los tre^ meses el ministro de Estado tiene que facilitar al embajador que el Sultán hacia permanecer en Madrid, una nota id án lie a a lo que su antecesor Sr. Allendesnlazar, le había presentado en 1903. En ella explicabaelobjeto.de 1 s operaciones. (Ovación).' " . El partido liberal manda abandonar el Ganigá: poro conserva Zeluán y avanza hacia ci Kert; lleva a Su Ma jestad a Melilla, y en 1911 permite temerariamente qne la brigida topográfica cruce el río antes citado. Con todO; ésta es la hora en que no se ha ofrecido a las Cortes ni un documentó diciendo loque fué la campaña del año 1911. En viriud del Coavenio francoespañol pesa un protectorado sobre España y se nos crean deberes. ; El conde de Romanones se encar-. ga de la aplicación del Tratauo. Dijo' que emprendía obra civil; que no se mandarían ni militares ni funcionarios. Y apenas se nombra al jalifa, sólo se oye hablar de ascensos, recompensas y posiciones avanzadas. (Graa ovación). La campaña permacece, totalmenté inexplieada. Sin embargo, si Gobierno actual dice que la de ahora sólo es una continuación. El Sr. Maura Gamazo recuerda palabras del Sr. Moret en el Congreso: ¿No tenemos derecho a eaber adónde vamos? ¿Tan ñoco vaig h - oresentní!i rr p\ , ü q •: .: .. na preguulaadü el .Sr. ¿iaun ~ qué no nos explica lo que h.ce?;Por /A