DIA.BIO L·IEEBAL INDEPE NDIENT] lc:£ nsn: i- i- í - - Sábado 17 de marzo de 1906 SsdKalón y AdaiisistTacián: Eants g¡E?s,' 6*. o EL.— Afie XII.— Nám» 2.693 m mwm m ïiijíss — SANTA CLARA, 24. — ZAMORA. • - . Cocina francesa y española. Cómodas y elegantes habitaciones para familias. r_- . Esmerado servicio para encargos. Coche á todos los trenes. entender del proyecto de ley sobre caminos vecinales, la componen los señores siguientes: V. iví n'd Natalio Rívas, Zorita, Jorró, Alba, Gallego (D Tcsifonte), Pé rez O.iva y vizconde de Eza. C3- SÍH- 03 mi- * « Tfffrf ttttTttTtTTTttttt 1 1 TT 1 n T 1 T 1 H TT r TT 0. Julián Rubio Ruiz, CIRUJANO DENTISTA Ha trasladado su gabinete que tenía establecido en el Hotel Suizo, al Continental, Santa Clars, número 24, donde establece h consulta de 9 á 12 y ¿e 3 á 6. . Lo participa a su numerosa clien* te'a á fin de evitarla las molestias consiguientes. Santa Clara, 24, HOTEL CONTINENTAL MANüIL DE m GUARNICIONERO Calle de Santa Clara, número 1. En este acreditado establecimiento se venden toda clase de objetos para caballos y carruajes, espuelas, bocados, estribos, látigos de mor. tar, trastes de lavado v limpieza para coches y ganado, y cuanto comprende el ramo de sillero y -guarnicionero. Este año no tiene más portal durante la feria que el que ocupa todo él año. Santa Clara, número 1. A SENDA Las miradas de la gente política siguen reconcentradas sobre la airada actitud de los republicanos, secundada por la que posteriormente han adoptado los catalanistas,^ Esperábase que los republicanos 00 se harían los sordos á los insistentes y hasta cariñosos requerimientos de que fueron objeto en la sesión de anteayer y que uña vez dominada, único móvil que les había impulsado á tomar resolución tan extrema como la retirada, se darían cuenta de que se habían corrido de ligeros y volverían á ocupar su puesto en la Cámara con el remordimiento interno de haber obrado con excesiva impremedita ción. No ha sucedido así y lo sentimos á fuer de buenos españoles que to do lo esperan de la paz y armonía éntrelos organismos diversos, que intregran nuestra política. Es un hecho inconcuso, srrefu ■ table, que cuando se rompe el lazo de unión que liga entre sí á los partidos; cuando la pasión y el antago nismo toman el puesto de la serení dad de juicio y de la reflexióo, y cuando el odio y la discordia vienen ^ reemplazar á la prudencia en los espíricus, dejando en ellos sedimen "ios de honda pertarbacion mora!, la paz y ¿1 bienestar materiales de toda la nación quedan á merced de un sinnúmero de eventualidades y de asechanzas, que á caca momento las amenazan con un peligro serio, inminente... . Lo sentimos también por los pro pios republicanos, -quienes, ó mu cho nos equivocamos, ó el acto de la retirada va á tener para ellos todos los efectos de un lastimoso e insensato suicidio. ¿Han reflexionado bien los miem bros de Ja minoría que votaron porque se consultase á los compañeros ausentes sobre las consecuencias fatales que podría tener para el parti , do esa junta en que se va á díluci dar el hecho de si procede ó no que el retraimiento sea .definitivo? ¿Tuvieron en cuenta al emitir su voto que esa junta podría dar por resultado excisiones importantísi mas que restarían no escasa vitali - dad al partido? Forzoso será deducir la conse cuencia de que no tuvieron en cuenta ese punto tan esencial, por que no es lógico pensar que tuvie ron la insana idea de dar el golpe de gracia á su propio partido. Pensar lo contrario sería incurrir en la candidez de creer en esa re . volución que nos anuncian y que ni aun á ellos mismos les inspira ni pizca de fe, aunque aparentemente quieran hacer entender lo contrario. [ÉfiSÉO iÜ i ' Lá concesión del crédito de dos millones para obras públicas en Andalucía motivó ésta tarde gran m'o vimiento en el Senado. Desde primera hòra se noto gran concurrencia de conservadores, que no ocultaban su enemiga á la con - cesión, y hubo momentos de témor por la suerte del proyecto, notan dose que había más enemigos, que ministeriales. T^r^ Los" conservadores anonaabari que pedirían- votación nominal; pe ro este acto no se traduce como un deseo de rechazar el proyecto del Gobierno, sino como un acto de mostrativo de repulsión por el abu so de tales créditos. e Las Secciones del Senado, entre otras, han elegido Jas Comisiones siguientes: que el ministro de Negocios extranjeros, Mr: Bourgeois, ha telégráfiado anteayer á monsieur Revoíl confirmándole las instrucciones que Mr. Ronvier le había dado el 12 del actual. Aplazamiento. Dicen de San Petersburgo, que los periódicos anuncian que el ministro del Interior ha prescripto á todos los gobernadores de Polonia que aguarden á nueva orden especial para fijar la fecha de las eíec-. clones de la Douma. . FABRA. -iiij iO£ DE COLABORACION /V. ü . El usurero delbien Ley del Catastro parcelario. — • Señores Gallego, Díaz, Navarro Reverter, González Blanco, Sánchez Albornoz. Echegaray y Roda. Dotación para la futura Reina de España. — Señores Mellado, Gullón (D. Pío), marqueses de Aguilar de Campóo, conde de Tejada de Valdosera, Echegaray y Aguilera. El Corresponsal. Madrid, 16. Desde primera hora de la tarde era impresión general en el Congreso, que el cierre de las Cortes no se prolongaría más allá de los pri meros días de la semana próxima. Esta impresión fué confirmada a! mediar la tarde por el propio ministro de la Gobernación ante varios periodistas. Al mismo tiempo se daba corro seguro que Su Majestad, tenía la resolución de emprender su viaje á Canarias el día 22 ó el 23, para cu ya techa se habría ya leído el de creto suspendiendo las sesiones de Cortes. M • i &í íhc* t-f- oí !• iz-íiW-sz si srl ^ Sr. Gobernador civil: . El artículo i3 de la ley de pesca establece, entre otras prevenciones, la siguiente: «Se prohibe en absoluto pescar en los ríos todas las especies, desde 1.0 de marzo hasta 1 0 de agosto. > No obstante ser terminante el precepto, nosotros recibimos quejas todos los días dando cuenta de las infracciones que se realizan, no sólo en el río Duero, sino también en todos los demás de la província, donde las redes, redones y ótios artefactos, sin excluir la dina mita, hacen desaparecer una riqúe za positivamente productiva en toda la nación. Esperamos que nuestra primera autoridad atenderá con el interés que merece esta indicación. Telmas áela mañana. Madrid, 17 (2 m.) Para mañana por la tarde están citados en el Congreso los diputa dos romeristas, con'objeto de acor dar el rumbo, político que han de tomar en lo sucesivo. . La impresión general era esta tarde, que desde luego, reso'verin ingresar todcs en el partido conscr vador. : * * La Comisión elegida esta tarde por las secciones del Congreso para Ib. mmmnm. Comunican de . Algeciras, que las impresiones de los delegados, son mejores., y aun existen esperanzas acerca del buen éxito de la Conferencia. Todavía no hay nada fijado respecto á la próxima reunión de aquella; unos quieren que sea hoy, y otros, entre ellos lOs principales, prefieren que se aplace hasta el limes ó el martes. En este caso la sesión sería definitiva. Confirmasión. Despachos de París3 dicen Era una tarde de diciembre, fría. Inmenso cendal dé niebla helada desenvolvía su cortina veloz por la llanura extensa. Todo vertía tristeza en torno. Ni voces ni sonidos; nada que diese señal de alguna vida cercana. Sólo dejaba escucharse debilitada por la espesa atmósfera de la niebla la melancólica voz de una campana que lanzaba sus notas, recordando que á aquella hora se cubrían con tierra los restos de una-criatura y la iglesia le tributaba su despedida con los ayes del sonido funerario, proferidos por los labios mismos que alegres habían cantado su veni da en plazo relativamente próximo. Dieciocho años transcurridos in sensiblemente en medio de los bu Uicios del mundo, cuando Elvira tenía derecho á gozar por su belle za y por sus condiciones un porvenir feliz, se veían truncados para ño reanudarse nunca. Para sus padres, que no tenían otra hija ni otro ídolo que adorar, aquel era un golpe tremendo que los haría descender de la cumbre de los sesenta á paso rápido hacia el abismo del sepulcro. Para Arturo, que no había amado á otra mujer, ñi había encontrado en ninguna los ensueños de ven tura que ella sabía inspirarle, aquella separación definitiva é irremediá ble era una provocación al suicidio, eran invitaciones á seguir el camino en que la Providencia á ella la había puesto. Sólo la fé le contenía. Lloraba sin lágrimas, porque ya las había derramado todas ó porque á los veinte años las lagrimas de un hombre suelen estar muy hondas y e.l dolor á modo de válvula que las blo para oírlas menos, abandonaba la casa de Elvira para no. ver rodar - por las mejillas de los suyosa ks lágrimas que él no podía derramar;; para no oír los ayes-que á é! le mor-dían el corazón y- á solas con Ja tristeza en que se envolvía, todo se consolaba en la suya y aquel- din^.. dan... din... dan... jé parecía menos cruel, más humano. Y pensando que- dos tristes se consuelan en la.propia' tristeza, en el delirio.de su locura dirigió sus: pasos hacia el pueblo para aproximarse á aquellas campanas que parecían estar tan. tristes como él, para oirías mejor; para ayudarlaí, si sus fuerzas se lo permitían, á quejarse' y á llorar con ellas. Andando, andando, dejando atrás, montones de niebla, seres extinguidos por el tiempo, recubiertos: de la blancura de la mosencia, soledad por todas partes, .. frío en todo.... y viendo en cada cosa un símbolo llegó á la iglesia, cuando sus puertas: ya estaban cerradasr Las campanas, tristes como él^ estaban solas también, cansadas de llorar. « esntiene se vé enardecido por la re- í siitenda que encuentra en produ- | círlas, " -. ^ - I Sufría cruelmente pensando en l E:vira, á quien había amado con | toda su alma, í quien había visto ya 1 muerta, con los labios apretados y • ios ojos entreabiertos mirando para ! éi como supiicáridole el segundo.y 1 el último besoi que él hubiera acep | ta Jo á no pensar que aquel beío úl- i t'mo ds ternura, podía interpretar [ se por los que la welabán y por las ;' cariosas de otro modo ¡Porque tie- j ne e- vu'go un moío de entender i I s (osas! ¡Es tan malicioso! Y así, revolvíéníos; contra sus propios .: deseos, s^iendo repercutir brusca ; mente en su corszón cada ne ta de hs Címpsnas, se sípiraba del pue Mas sintiéndose arrastrado por la soledad, recogido en uno.de ios rincones del muro, se hallaba absor-; to en tristés reflexiónes. Unos pasos, primero lejanos, después claramente percibidos desde la altura de -su nicho, le hicáeroa comprender quealguien se aproximaba. El sacristán sin duda que vendrá á tocar á iaoración — pensó— y en su afán de aislarse ce toda. comunicación, apretó su cuerpo tiritando de frío y de emoción contra el ángulo que le acobijaba. No era el sacristán. Eran dos seres que traían opuesto camino: un hombre y una mujer que hablaban de amor. Los conocía. Se detuvieron en la rodera creyendo no ser vistos ni escuchados, para desde allí percibir los que se aproximasen por una de las cuatro calles y figurándose á solas hablaban como si lo estuvieren. Ella había sido novia de Arturo en sus primeros años de adolescencia, cuando la pasión es más fuerte, pero todo na había trascendido de un simple pasatiempo. El ni siquiera era amigo. Esas campanas — le decía — ^eran para tí esta tarde, no 1?. campana que modula cantos fúnebres y con* vida á rezar; eran la esquila que to ca á gloria. Tú piensas que la muerte de Elvira abrirá en tí una nueva era: por eso me dejas. Lo adivino. El rescoldo del amor que por Arturo sentiste en algún tiempo bien sé que no está apagado, sé que lo ha avivado la muerte de ella, sé que aspiras á ser rica y arrastrada, por tu sórdida ansia dejas un cariño que no tendrías dinero con qué comprarlo ... Un cariño que vale más que el oro de todos los ricos del mundo... Inténtalo siquiera y.... te juro que no ha de consumarse e! lo^ro de esos afanes. Júrame ahora mis ¬ mo que no hablarás á Arturo, que 1= tendrás odio, que serás m'a, que me querrás con toda tu alma... Ella no contestaba. Ruido de pasos cercanos les hizo continuar en su camino psra evitar la curiosidad de ser vistos. Ei rumor del andar desacompasado impidió oir lo que continuaron hablando. Sus pEsos se perdían entre la niebla y Arturo, comprimido á las paredes de la iglesia, seguía pensativo, ahogando en su ^orazón los soüozos y psn-