suertes que, auuque seau análogas ó iguales j son, sin embargo, muy distintos los medios que se emplean para ■verificarlas. Oe aquí la dificultad que existe para apreciar debidamente las corridas, y de que se produzcan esas controversias y opiniones acerca del mayor ó menor mérito de los toreros y de los lances. Los toros tienen tres estados en la plaza, que son: levantado, parado y aplomado. El primero es cuando salen del toril y van corriendo sin hacer gran cosa por los objetos. El segundo, cuando ya se detienen, se fijan más en los bultos y van hacia ellos con más intención. El tercero, cuando cansados, dan muy poco juego. Es el estado más peligroso. Tienen también querencias naturales y casuales. Las naturales son á las puertas por donde han entrado y por las que han salido; las accidentales^ las que toman á algún sitio de la plaza, ya sea porque esté fresco, ya porque haya matado allí á algún caballo, ó ya por otras varias causas. El lidiador tiene que tenerlas siempre muy presentes en toda la hrega, así como que el toro prefiere siempre las últimas á las primeras. SUERTE DE VARAS 1 Como quiera que ésta es la que más se presta á las cuestiones del público, vamos á extendernos un poco en ella para que se vean los deberes del picador, y las dificultades que muchas veces se le presentan para cumplir debidanjente su^cometido. En primer lugar tiene que luchar con dos hmtos en la acción de picar r que son el toro y el caballo, á los que no se les puede sujetar sino dentro de las condiciones que como á tales les corresponde. Esto debiera ser bastante para que fuesen dignos los citados toreros de nuestra benevolenciapero además de esta grave circunstancia hay la no menoy de marrm'le (no clavarle la con lo que el picador queda sólo al amparo del quite del espada, que en alguna de estas ocasiones no puede ser todo lo seguro que sería de desear.