AÑO I VITORIA, Lunes 19 de diciembre de 1952 N U M. 5 FIESTAS CENTENARIAS Mo terminaron hrlllantem festival del Prlnclne Don losé María González de EGhávarrl. glosa magistralmeníe la figura del Gancllier López de Ryala .1 uan don fESTlVAL ARTISTICO DEL TEATRO PRINCIPE agnífico aspecto oi o la amplia sala del Teatro icípe. en la que se había dado lo más granado de la sociedad riana. .1 lleno era absoluto, total en áeáty localidades altas y el puco ságuió con creciente inl desarrollo del atravente programa iïÍBado por la Junta organizaara del Centenario, a la que suánáonos a las innumerables i' e litaciones recibidas, unimos la nesíra muy sincera. PRIMERA PARTE Al-íalazrse jl telón, aparecen en rfer plano los componente^ de orquesta Asociación musical le Santa Cecilia y los coros de •ahalleros y señoritas del Orfeón Vitoriáno, que con extraordinaria -ompet-encia dirige don .Maxinnio T|zarr:dde. Para dar un niáíimüii de eficacia estéticiu más por aumentar la dosis de belleza niusifál, que por necesidad, pues IíkIos saben de la cultura bucai úéí Orfeón; han acudido a refbrzarlo un coro de soch nilivs y tenores de la Catedral y de las Parroq'ipas, entre los que figurah los señores don Maleo Albenli. ion Bega, don Miguel- Oehoa y esús Alfaro; y otro coro de láeñoAÍas dirigido por Juanil i la Jlidaga y que son, Maricbu y Pilar ilzcárraga, Rosario Habanera, Marí^ Luisa y Carmen Carsi. \í iría Josefa Castejón, Nieves Montoya, Purità Velasco. María Teresa'Pob s, Carmen Mongelos, María Cruz Yrazu y Trinidad Iturralde; todas ellas encantadoras, encuadrando sus preciosos ros los ien bonitos trajes blancos, constituyen un precioso ramo de rosas pálidas, de cuyos cálices la naturaleza quiso que brotara la .voz para» su orgullo de procreadora. En medio del riquísimo cuadro, apareoe a los ojos la bandera enhiesta del Orfeón, sostenida por don Julián Klzarduy, y que parece orgullosa de prohijar bajo sus pliegues talles joyas femeninas y tantos varones que se inspiran /ea ella. j El Alcalde seilor González de /árate, dedica unas sentidas palabras de saludo • a los oradores anteriores y de agradeciiíiiento al público reunido. A continuación empieza su obra el Orf eón Viloriano, ejecutando la partitura N ueva España -, dj Rieg, (pie la orquesta interpreta niagístralmenle. Las últimas notas, son psíumadas por el imponent • l dji ifeo de manos entusiasmadas. Tristura et gran cuidado . La dama del siglo XIV, señorita DionLsia Iturraldc, se mueve de un lado a otro de la escena gresa de |érrible angustia, sus ojo^ bellos! retados por nube cruel db tri-t i la, sus roanos engarriadas, su voz! Oprimida en la garganta por el «cuidado . su bello rostro en que lo declamado pon / tintes obscuros, ■e o-esar. hace nue el cantar ad-i pecto emocionante al retablo rFA Voto . Aparecen en visión, las simas del Monserrat, y el Canciller postrado de hinojos, con palabras en las que asoman lágrimas, hace su voto a la .Virgen. El telón que se corre lentamente, despierta de su patetismo infiltrado al .público ue premia la magnífica labor del señor Arm en t i a. SEGUNDA PARTE El Orfeón vuelve a ganar el entusiasmo, bollando la inimitable página musical Tannhaüser . Después de la conferencia, reseñada ya, se realiza el último número del programa. «Apoteosis final » . El Canciller (señor Arménlia) en el trono, sentad ) en un salón gótico perfectamente reci iislituído, se halla rodeado de su corte de honor. Los pajes con clarines, esparcen la fama de iiueslm ilustre don Pero, otros sostienen las oí rendas y distintivos de su señor, damas lindísimas acarician con sus manecilas la guir■nakla de los tiempos del poeta, y la cack'iia de los sutrinuentos del hombre fiel. Los encant a dorics pajecilos y las preciosísimas damas soii: Iñigo, Feraiaiido y José Marín ülazu, .losé .María Moreno. Luis Habanera y Mi.euel Angel Ordo ¿O.; María Asunción Bfi-' iVas. M. ('arinen 1 lernández, Julia y Carmen (iarcía, Asunción Cano, Roéario Echaiiiz, M. Ajigeles Krbina, .M:n-garila Lasaga, PlaiKpnta Hibacoba, Carmen Soloaga y M. Doloces Martínez de Maturana. Kl aspecto es bellísimo, el gusto artístico depurado, el encanto de los rostros infantiles angelical. El Canciller ha de sentirse orgulloso. El público agoló sus manifestació- ¡ nes de agrado. • En el intermedio se rifaron valiosos regalos, cuyos números fueron sacados por José M. Otazu y Margarita Lasaga. Fueron los agraciados Pel múinero 2,46., con el riquísimo crucifijo del señor Obispo, el 11(5 con el lujoso pebetero del Ayuntamiento, el 231 con el precioso plato vasco de la Escuela normal, y el 170 con la encantadora muñeca del siglo XIV, con que la Sección lemeüiina de Hermandad Alavesa, demostró su gusto. Enviamos nuestros plácemes a los Directivos, por el éxito logrado en este ciclo de conferencias y actos de homenaje, al orgullo de los hombres de su época y admiración de sociedad de todo' tiempo, el magnítico Gran Canciller y Alcalde Mayor de Vitoria don Pero López de Ayala.. Nuestra le licitación al doctor don Juan José Pérez de Orma/.ábal, (¡ue con su gran talento y valor lírico, dirigiendo el retablo el Voto y la apoteosis final, colmó nuestra admir ación y placer. imiLI.AMi: EHSCUBSO D! L SIL GONZALEZ EC11AVAKR1 Monseñor don Pedro Asna nombrado lamarero Secreto de So San- ado oír h imo de al alazrse de nuevo el >s vemos trasladados a le en el Monasterio de í>v ve de prisión a! Gran Cani ^presentado por don Moi-sé ieatia^ consumado actor dt «rio, y soBoro. Oyese músic Jpnciosa en la que ínlerai m son de las campanas dt») B^sLerio y el ruido iúgubr - < cadenas de D. Pero, dan u o INICIATIVA DÉ IIERMAM)\I> ALAVLSV Todo elogio y aplauso s m pequeños para la iniciativa de ILrmandad Alavesa r . cogida con gran cariño por todos lui sectores vítorianos de festejar y honrar el iéxtb c -ntenario del nacimiento del port rníosíi perdona; 1 (ju e. nacn Vitoria y alabado por la mídad ent -ra. se llamó P.-LéjpÉz (fe Ayala. La ejeenf'u'jii de la ¡d?a ha tinído. sin embargo, un d?fecto capital: hab.-rs * acordado la Comí don or- sura. I Cancil En su mismo destierro, sin. esperar ttof más tiempo, 'ha querido nuestro aniadisimo Prelado tributar un sentido homenaje de cariyo y agradecimiento a este ilustre arciuitcctO' y virtuoso saicerdote diocesano D. Pedro Azúa, el cual — son palabras del Kxcmo. Sr. Nuncio — "hermanó su arte y su concepción con el altar, agregando a sus virtudes, la de la modestia, eclipsándose estos días (los de la inaug-uración del Seminario) por no recibir parabienes ni enhoraòuenas, muy merecidas..." ,vmSKw« "-àí**^ Deseoso nuestro Prelado de de mostrar algún ¡modo su agradecimiento al desinterés y celo del ilustre artista Arquitecto del Nuevo Seminario ¿óló en Roma pudo hallar ese testimonio. Y fué el mismo Romano Pontífice quien, complacidísimo, se diguó nombrar al virtuoso sacerdote su Camarero Secreto... En Bujedo le fueron impuestas el sábado por nuestro Prelado las vestiduras de tan preciado título. Las circunstancias han hecho <;|ue un ado como éste, eminentemente diocesano, haya tenido que celebrarse fuera de los límites de nuestra diócesis. Monseñor Azúa se daba cuenta de ello, y del esfuerzo y del agradecimiento altísimo del. Pastor de la grey vascongada para su gestión al frente de la obra del Nuevo Seminario. Todos los asistentes notaron visiblemente la emoción que embargaba al berernérito y humilde sacerdote vasco en ese acto y en esa ya histórica capilla de Bujedo... PENSAMIENTO ALAVES" se honra hoy felicitando efusivamente al virtuoso Sacerdote y competente e inteligentísimo Arquitecto de la L'niversidad Edesiásti^a de la Diócesis Vascongada, el Seminario Diocesano de Vitoria. res y paisanos, es un momento? palabras , d de lia. el que ÉStOS f - t /jos de ilustr s a!m días y el arl sesión d1 esta y armonía iu-ji cómn d p vivís :i!i en que Huí dro ja i ro^ za v li ! > v (:< * C -nt! FEIJCí i ACÍOX ií f 'Iící! ación ïéÍKica, nadie lia pojvirpara niicslra gloria: pero ! lo es úé-ljt región, pueblo o i donde nacimos, esa Os ciy L^tá vine iiiada en el hoe sus hijos y las grandezas fjgido ra(unca dem lempo- 1 nas de la vida de Avala, tengan nervio suficiente en cada caso y momento para persuadir y disuadir si es necesario. Nuestra ciudad había visto engalanadas sus calles y plazas, rebosante de alegría, su iglesia principat de Santa Maríaj por un suefeso de gran relieve, Alfonso, el onceno, creada la Orden de la Handa, investió de sus honores y dignidades a veintiséis alaveses v entre ellos b'eiMiáiiPérezxle Avale, padre . d :; l » ñM*^^^f fláS** PACTO DE ALAVA COX CASTILLA No püiedo ocultaros señores, puesto que si recabo el honor, no bengp parte en él, que en ese número se contaha un González de Echávarri. Casi coetáneos otros dos acontecimientos señalaban glorias futuras del país alavés. El primero el pacto con Castilla, acto político y de sabiduría diplomática de nuestra tierra, reconocinii ndo terminante y explicito de los íuei-os, franquicias, privilegios y libertades nhivesas que todas íaS oscilaciones de la Historin no han podido, no pueden ni pódrán annhii-, borrar ni deshacer. Mes. s más lard 1 \&á la qnla bautismal de la iglesia de Santa María recibí i las regeneradoras aguas del huid ¡sino un hijo de Fernán Pérez de Avala. ie) (pie más tarde lucharía en Nájera y Aljubarrota enipuñando lél pendón de ta Orden de la Banda, cuyas priinicias de bonor habían cabido a su padre, y destacando por sus hechos giierna-os coronari i su frente con las glorias de los triunfps (lijjioináticos y las de la posesión de las ciencias. A maravii!a pudo de, él decirse "Las ledras no embotan la lan/.a;'. SEMBLANZA DE AVALA Fué Ayala historiador, poeta, filósol'o, moralista, el escritor de genio más insigne del país vasco a juicio de Alencndez Pelayo, hombre honrado, buen caballero, logró pasar el calamitoso y desdichado siglo catorce, sin mezclarse como la mayoría de sus contemporáneos en nclos de brutal fiereza ni cometer ninguna acción indigna. Toda su filosofía política, sus maravillosos estudios y práctica de moralidad social, iniciada en el Consejó y Consejeros de Príncipes de su pariente el Cardenal barroso, este vitoriano de Villa-Suso, personaje el más grande, mejor dicho el único de las postrimerías de la Edad media, prór r. diplomático, escritor que, sin ser t ólogo. inspira su vida y sus escritos én fé vivísima y ardiente celo por el bien de la Iglesia, eco d ■ las invectivas del l)ant •. P dro USpéz dé Avala, ño es« ribió obras de Derecho ni puede tachársde de 1 'guleyo. pero en cambio practicó la justicia, su-í po i mer tud ral o a la 1. os dícladí v una d transgresiones bu- j é|>oí-a a esa vírtoda su labor en ; es un himno ex-« eoando ésta relie- 1 del Dcftedló naíu-^ riba y sátira sin » cuando es fruto i pasión v la arbi-! m Y LA JUSTICIA con las virtudes características del ' alavés, tesón, honor y perseverancia en los propósitos" y cuando su padre, en nombre de la nobleza, anatematiza la conducta del Rey Don Pedro con su esposa Doña Blanca, cuando su hijo se opone à los propósitos del monarca el día de Alajubarrota, cuando levanta su voz en las Cortes de Guadalajara contra el desmembram teto de la Patria o es solícito vigilante, .de los Jaieros de \- nsconi.^ eslc'Thomnre -(jiie- no.' ha -eséi'rfS obras de Derecho, cristaliza ea España y en el mundo entonces conocido que visitó como Embajador, la virtud excelsa de la justicia contra malhechores (pie campea ert el icscudo de nuestra provincia. • : y ALCALDE Y MERINO DE VITORIA Aludiendo, señores, a la solicitud del Canciller por los privilegios alaveses no puede olvidarse que siendo Alcalde y Merino de Vitoria fuiulanientó con su sabiduría política y adminislraliva el gobierno numicipal de Vitoria, buenos usos y costumbres que han merecido elogios sin cuento de (i ari hay Salazar de Mendoza y el mismo Azcárate, quien tan distanciado de mí en el orden religioso y político, me comunicaba sus entusiasmos por notas y observaciones sobre la antigua administración vitoriana, publicadas en una modesta obra mía. La exención del pecho forero en las aldeas correspondientes a esta capital al Canciller es debida. Cuando los Heves juran los Fueros vascongados, allí está Ayala inspirándolo y propugnándolo y ese, monumento jurídico del país vasco el "Fuere* de Ayala" en su señorío, se concretó y redujo a escrito. Con él hice como soldado bisoño mis primeras armas en el Senado y en nombre de Alava y por sn respeto y para su reconocimiento fueron sus primeros pasos en la Comisión de Códigos. Vitoria en la época de López de Ayala significa un punto de choque estímulo de ambiciones entre los dos monarcas navarro y castellano. Los naturales de la ciudad volverán a mostrar, condiciones diplomáticas insignes guiados y fortalecidos por la fé cristiana. En su resolución se adivina la sombra de su futuro Alcalde Mayor. Vitoria se proclama neutral y en reconocimiento explícito y terminante de la personalidad internacional del Papa se entrega el arbitraje pontificio. Solo cuando el Cardenal de Bolonia resuelve el caso en favor de Castilla. Vitoria acata la resolución y D. Pedro López de Ayala ejerce su cargo de Alcalde mayor, repara, provilegios e inmunidades en favor de su tierra, natal y en aquellos mismos días asiste a un espectáculo ai rayente en los términos de su jurisdicción. Bajo las naves del Convento de Santo Domingo, toma e! habido de religioso predicador, Fernán Pcrea de Ayala, su padre, el político y guerrero que lleva la voz de las gentes de armas cerca del cruel Don Pedro el dipíomátíco sagaz, d jurista de las Cortes de Toro, se apartara de mundo, viviendo diez años más hasta si: muerte entre ú estudio la penitencia y la oración. i-j (Pasa a la página sexta . •u mor .ir* su liempo. a la luz vivísima de li justícia històric». Y es la Historia misma. s?ño-' bnn podemos decr cfne allí jésticia v el derecho no están! vacacíotKS. la espina dorsal ^LA DOCTRINA TRADICIOXAlotfp el organismo jurí lico del^ISTA INSPIRADA EN EL LEMA ncilicf, es el derecho y esto en hombre ijiíe jamás hizo gala Leí rail o pero dió a cada uno. BASICO DE DIOS. ES LA UNICA CAPAZ DE SALVAR A ES- suvo v todo ello fortalecido PASA