- • Número 2490. .888!'- ú¿ Martes 24 de Agosto de -1858. no noveno. . ' ti ."■ " : - ■>, I ■ ■ 'IMS t»W'-ga5ginrT,t..'llÍl.Í.|!Bl,^ ■ - • i . ' .' .': fT9 SUSCRIGIOlMEXrCOROOUA. Por un níes 8 rs. Por trimestre 22 id. LossüscrÚores áéstejycriédicoiienéMctcclio á insertar ¡¡ralis en sus columnas > un anuncio ó comunicado al mes }(¡tte no escoda de quince, lineas. . FUER/J FRANCO DE PORTE. Por un mes i 0 rs. Por trimestre., 28 ,>■;■ - -!.!. .■ . ■ -! ' ■ ■ • • ■'!." lección editorial. "r"H •• • • ñ SI ftti.oi ' UN PASEO POR LA SIERRA ^«ygaoí) s.í<¿£j'' ■ "córdoba. -.: ■_ _ ■ . . irsbooqf (upa '©?¿*i. o)i6»i . .-I-, ot. -ufti.Süf> a- , .>.<•<;; i . - . Estamos, en la región do los pinos, árboles, .siempre... verdes y." cuyas fuertes' raices, ríes per paiten ,viy ir yvegetar coa lujo en un ter"ren.pi..hojoso , y ni, parecer '_ esmeril..' , Hace tasjjan-, té 'calor:, apodemos ; descansar ' á su sombra para tomar un refrigerio,, qpe. no. perderemos el tiempo. 'Mu.ltitucl .de . preciosos insectos revolotean' sobre sus ramas; las melolonlás con su cuerpo de porcelana, los Capricornios con sus an- . tenas largas y robustas, ylosbuprestes . que brillan con sus cobres metálicos. Srievantais esas cortezas veréis los ctaTefes ó escarabajos de resorte; poned' uno boca arriba, no sé podrá . volver, pero desplegando un. muelle se lanzará al' airé, .y, e.mpren- . dera, su \ uelo. . . •. Oís los golpes que resuenan ; en aquel. . lado? reparad , es un pajaro que golpea con , el pico eF'" tronco", "¿le aquella enpina, el. pilo real O carpintero; dícese que conoce iina yerba para cortar el hierro", guardaos de dar . crédito ásenfejá'htb . patraña:, observadle bien y veréis cómo pica los sitios apelillados 'y después introduce su larga leng-üíá5 ■ <$h ! que prende los. 'insectos qu&93ñff'Vsé ocultan. Mirad la primer rama 'del árbol, inmediato, " "" ""otra ave' de '".color gris. yene lia' leonado: Vell con qué" "¿tutela acé- j I ) Véase el artículo dp anteayer. »■•;.. ■-■■ ■•■■ .:-" : ■ '■ .. ^.:-- :Ot- . -■; FOLLETÍN 48 9BBS "-"■. ■■ '■'. '.. , — n — ... ;■'. i. '.i - ..■■■"> ¿J' B ' 1 "■■ ■'■ ' '■ LA FLORIDA ■ por Mery. ■ -■■LL' '■ ' -'• Continuación. vh jOredan le vio descender hacia la ! colina, de Jas, ruinas con una seguridad y una agilidad que anunciaban un perfecto conocimiento de los lugares. A la aproximación de Willy, les dos ele/antes guardianes del cadáver se agitaron pesadamente en las anchas y pío- I fundas cavernas que. les servían, de abrigo contra, jas, balas disparadas desde lejos. , ,& . i. rJs El cazador so dirigió hacia ellos, sin demostrar el menor te i or; cuidaba solamente do plantar su pió sobre el vériicfi denlas .rocas mas agudas, conservándose siempre por encima.- del ruvel de la .trompa mas elevada, y calculando todas las dimensiones con un golpe de vista infalible. • cha . un nido que se halla próximo; . no creáis que es el, sayo, está aguardando que' salga la alondra que lo habita para él poner Su huev;o; ya comprendereis que es el Cuco : este , pajárto' !áb(lnd"a' mucho' en '] nuestro I páfé • y sé conocen dbsespecies, unos ; cantan,' otros' mas 'espertos callan • y su puostá' es mas ; segura/ Si me . '. pregúntala- por qué no aiVidahu frsíii- " i ré i qíie la verdadera causa' 'da es- < te fenómeno eá desconocida;- pero sin • duda-será porque sus circunstancias •' \ no' se lo permitan. Ese cerro, que tenéis á la viá-; | ta, se llama Torre -árboles: es el mas ' alto de esta cordillera, sus escar; padás . crestas se componen de pizar- - : ras micáceasy por entre las queasoj ma, el granito rojo de- que la arí quitectura pudiera sacar un gran partido. En este sitio un diestro cazador mató hace algunos afros una j rara presa: el Gxifo ó gran buitre dé los alpes; es la mayor ave de. . rapiña del viejo mundo, sus alas • tienen quince pies de einbergadur ■ ra, su pico es robusto y sus uñas grandes y aceradas: arrebata los 'corderos y pequeños ciervos, ó. bien i los, obliga á despeñarse para des- , pues devorarlos: si tenéis curiosidad . • por conocerle; visitad el. Museo, -de; - historia natural del Instituto donde ; se conserva. Estamos en la parte mas alta de la sierra/si os parece marchemos al Este, ; el terreno es quebrado, el caminó algo " . penoso, pero puede sufrirse cuándo, se ' entretietíe lá vietá con los mil objetos 1 que nos rodean. Cada grieta de esos ! peñascos ébcierráúriapiáhtá lindísima, ¡entre ellas multitud decriotógaI mas de la familia de' los heléchos; :■■:•• aec-i • ' ' '"■ -'• ' Apesar de sus tempestuosas preocupaciones personales, LareJari seguía con ansiedad los pasos aéreos de su compañero, y •procuraba adivinar ¿I objeto í de este estraño paseo: olvidaba sus aniguslías para no| perder ni un paso, ni i un- movimiento, hí úh suspiró de ' Wi'lly, • y prestó á voiar á sü socorro si un peligro estallaba. " La actitud del hijo de Jonálan escluia sin embargo todo pensamiento alarmante: no hubiera estado mas tranquilo en una de las alamedas del jardin zoológico de Cap-Town, la que conduce á ia Jaula de de los elefantes. L A medio tiro de pistola se detuvo ante el retiro de los dos móostmss, tomó una postura inofensiva, y lá mirada del rúnico espectador- de esta escena no vio nada mas". ' Un doble re'ámpago y un doble sur.' co de humo envolvieron al cazado^. Horribles mugidos salieron de las cavernas do la colina como si un fuego sublcrrineo inllarnara una' caverna poblada de Icones. Wtlly habii realizado el objeto de su espedicion con esa fortuna q«c acomna- . reparad esta, es lá ■ tioradiíla, sus ; preciosas virtudes :lahan hecho có- ' nocer- de- los campesinos con el nom; bre de y orvád'e. las tercianas. Aquel ; pequeño:, tulipán ajina ril lo crece' y j se hace doble I si lo trasladáis é¿ ; vuestros jardines; pero llevaos esa • hermosa fritilaria y la veréis languidecer, suspirando tristemente 'por '• j lá. salvagér libertad délas montañas. . I ..Todos estos terrenos sé hallan há¡ hitados por diversas rapaces: en aquel , cerro vive ¿el \ águila- imperial,' cjtíé¡ ; construye con bafro y tfozos de;ma- • dera .su 'fuerte nidb; i animal terrible por.su velocidad. como' por' su l i fi^Reza^jamás permite -que ninguna i de-;fiu : especie pise el terr-itórró' en \ que ella se señorea. Aquellas otrás:i ; que vuelan acia la. campiña son ; bñitrjts.y- -vienen de ¡las- -cabreras del Guadiato donde anidan, sin du; da:, 'han percibido- el cadáver de algún cuadrúpedo -y se dirigen á él , para devorarlo: cobardes y dé asque- ' roso, aspecto nos hacen- un bene: ficio. sepultando ensus enormes buches todas las carnes corrompidas T _ que emponzoñarían' el aire con sus miasmas. Si reconocieseis los agugéros de- todas- estas' roeas-encontrá';I riáis muchps. nidos de. aleones-, cer- ■ nícalos, y otros que en la edad media eran e'rjfírcádós para la cetrería. ' Pasando aqu.i la noebe podríais ■ al tibió resplandor de la luna ver ■ algunos fieros cuadrúpedos que de- ■ jan '•* iás madrigueras para ; efectuar ' sus cacerías. El ga (ir "cerval 'Ó lince, cuya vista fué siempre ponderada, es -¡un ^-hermoso! animal* notable por su cola corta, larga barba -y los pinceles qiie adornan sus, orejas ¿quién al notar las negras manchas que ña siempre á la astucia y al valor, y "Loredan lo vio bien pronto tranquilo á ' su lado. , — N« un instante tenemos que perder ahora, dijo Willy; seguidme, Loredan. Willv escaló la montaña por, los mas "suaves senderos, desconocidos aun. de Nizam, y no se detuvo sino en la curn- bré para dejar respirar á su compañero. — rIIe herido á los dos- elefantes, dijo á Loredan, y mugirán largo tiempo antes de dejar que se escape. la vida por el paso estrecho qué les he abierto... Mis disparos debían ser certeros... conozco á mis bestias... escuchad temblar ¿la 'tierra, allá abajo... es la manada en.tera, que atraviesa la llanura y que viene á socorrer, á los heridos. Sus mugidos han sido oídos. Nada tan delicado como el oído de estos monstruos; 'nada tan' ligero corno sus enpr. mes pies. Bajémonos, no respiremos, no hsble;mo"s: nos oirán al pasar. Después de media hora do silencio, é inmovilidad. "Willy 3¿ le.ya.ttl o é hizo una señal á su co o pañero- Acto seguido desccnJicron do la mon- salpican su 'rojiza piel no recuerda las; fieras panteras de la India? No dejariamosj^^^er^ tampoco lá garduña sariguiriariaVcuya piel es 'tan fina como la. dé- la 'marta,, ni la astutat zorra^ quéáunqúecomün es inúy notable por -.¿a pupila longitudinal. Pero prosigamos nuestra ruta, y entre tanto a os: ¡ái'ré' qué estos' sitios son también. frecuentados por- el %Hc% heumoñ 6 \rata> 4e F<¡raon¡ llamado en. el pais ■mrfoftcillsosv,que se asemviiiba'n ' á ! valles ^en miniatura, formados por gra: das- de- rocas. Después -de hibér'dado algunos pasos en la llanura, Willy destruyó' on muro de gruesas piedras que obstruía la entrada de una gruta, y pronunció este nombre: ¡Sparkf ' ' Spárk, el caballo de Willy, salió sacudiendo, su larga crin y dirigiendo sus ; miradas -por la llanura; Willy se lanzó sobre sus lomos: Loredan se colocó" en la grupa, y sin ser escitado por la voz hi • por el aguijón, el ágil Spai.k.- l#fiM diendo su cuerpo sobre las ma!ezss y los barrancos, se dirigió veloz como'el viento hacia el lago de los Gavilanes. A través de la doble oscuridad de las tinieblas y de mi narración, se hábiá podido, adivinar que Nizam, sir Edw.nd y los domas cazadores habían sido bastante ligeios y felices para alcanzar en Ift víspera él lago de los Gavilanes, habiéndose r. I'ugiado en una isla • pantanosa ante3 de la l'egada de los elefantes, Niz>>m. que como general esperimenlado sabia procurarse siempre ,un asilo • • .