29o REVISTA DE GERONA Que la naturaleza ha sido construida, digamos creada, por Dios,, según una idea, un plan, esto se comprende aun a posteriori, por el solo estudio de ella; pero ¿podemos llegar al conocimiento de esta idea y de este plan, antes de llegar al de la realidad misma, y hasta con el propósito de comprenderla mejor? Para nosotros es cosa que graduamos de imposible. Para que esto fuera hacedero seria preciso poder considerar objetivamente el pensamiento divino; puesto que pretender que sin el ausilio de la realidad, habíamos de hallar subjetivamente en nosotros mismos este plan, seria preciso suponer que podemos saber tanto como Dios, y aun mas que esto, que nuestro pensamiento es como el de Dios, lo cual no estaría lejos de suponernos dioses. Schelling lo ha intentado: veamos, pues, el fruto de sus esfuerzos. Al paso y á medida que adelantemos en este análisis iremos haciendo notar que mientras se creía apartado de la realidad, todo los términos de su discurso, todas las ideas sobre las cuales se ejercitaba su pensamiento eran reales, objetivas, fruto de la experiencia. Apesar de todo nos aventuramos á decir que poco sacarán las ciencias de la naturaleza de tales elucubraciones, como no sea estravios en sus tendencias y propósitos. Juzgue el lector mejor que nosotros. «Dos fuerzas una positiva y otro negativa, constituyen la naturaleza por su misma oposición: ambas dependen de un mismo principio, que es el alma del mundo, origen y causa permanente de todo movimiento, de todo fenómeno. Este principio, que es la misma fuerza positiva, considerada como infinita es el objeto inmediato de la física especulativa. Se manifiesta limitándose y determinándose. Su primer fenómeno, su primera manifestación es la lu%, combinación del ether y del oxígeno. La química será el sistema general déla naturaleza, la vegetación una desoxidación, la vida animal una oxidación continua. El elemento positivo de la vida es el mismo para todos los seres animados, y del propio modo que un mismo principio está presente en todas partes, se revela un mismo tipo en el progresivo desarrollo de la naturaleza.» Tenemos, pues, que del alma del mundo dependen las fuerzas positiva y negativa; y luego se nos dice que dicha alma es la fuerza positiva considerada como infinita. Si, de cualquier modo que se la considere, es la fuerza positiva, ¿cómo de ella pueda depender la negativa? Esto es incomprensible. En lo demás, es decir en la manera de considerar la luz, la vida vegetaly la animal, no hay mas que ideas empíricas fruto de la experiencia. Sin los experimentos d« Lavoisier, Schelling con toda su ciencia a priori no hubiera podido escribir esto.