La Tarde.' la vida, llena de vanidad y de clorosis, sin más aspiraciones qne el matrimonio, estrecho horizonte, si es único, para la dignidad de la mujer. La moderna vida social es inquieta y burlona: se ríe de la sangre azul, fenómeno patológico que apenas interesa á los médicos empíricos, y de los hidalgos con muy nobles ejecutorias, pero condenados á [cocido perpetuo y alubias perdurables, piensa que no pasan de ser unos pobres diablos, que la musa retozona de dos artistas se complacerá en vapulear jocosamente por los escenarios de los teatros del género chico, para regocijo y esparcimiento de los que supieron conquistar la vida, pensando, con mucha cordura, que la verdadera superioridad es la del dinero, y la única respetable la del talento, que nada tienen que ver con los pergaminos y otras zarandajas que ya no son, dado el moderno espíritu democrático, ni veneradas ni venerables...,. Olga ROMERO DE GX7ZMÁN. ■ Madrid y Febrero 1909. NUEVO MimSTRO Ha quedado solucionada la crisis que bace días se inició en Sevilla. Ayer por la mañana, en el Consejo que se celebró en Palacio, le fué admitida la dimisión de Ministro de la Guerra al señor Primo de Rivera, y se nombró para sustituirle al General Linares. DOCTRINAS DEL CLERICALISMO POST MORTBM La muerte, gran reveladora, manifestó pocas boras después de morir el Cardenal Sancba, que todo lo que durante su vida se dijera acerca de la poca estimación en que el clero toledano le tenía, era rigorosamente cierto. Si fuéramos tan familiares en las sacristías y tertulias clericales como amantes de la verdad, tendríamos, seguramente, una copiosa documentación para estudiar las causas deesa desunión que bubo casi siempre entre el Prelado y sus subordinados. Pero á trueque de no tener esos datos en cartera, nos cabe la satisfacción de que esta ignorancia significa un sano apartamiento de atmósferas viciadas. Sólo de oidas, y ajenos siempre á curiosidades de murmuración, sabíamos que el Cabildo se oponía, casi por sistema, á todo lo que fuese iniciativa del Primado; que entre las muchas personas que frecuentaban los salones del Palacio Arzobispal, honrándose con la amistad de su ilustre morador, escaseaban mucho las sotanas, y que de éstas, por fin, salían con frecuencia juicios poco halagüeños para la persona del Cardenal. Frecuente es en todos los órdenes de la vida que los inferiores miren mal á los superiores jerárquicos. Condición esencialmente humana es la de rebelarse á todo principio de autoridad, aunque se manifieste de la manera más suave y benigna, y los Sacerdotes, que antea que tales son hembras, difícilmente pódrían sustraerse al instinto, aunque estén más poseídos de laa doctrinas de Cristo y tengan, por lo tanto, el espíritu menos propicio á dejarse llevar de la soberbia. Tanto más, cuanto que es raro el Cabildo que marcha acorde con su cabeza, y sería virtud extraña en éste el apartarse de la regla general. Y no es que aspiramos nosotros á arreglar lo que no nos importa, ni á meternos á donde no se nos llama. Ni el asunto es de los que atraen la atención general, ni su resolución tiene trascendencia. Sólo sí se presta á dolorosos comentarios, haciendo presumir que Dios tendrá que desaprobar con frecuencia el proceder de sus representantes en la tierra. Ante. la muerte se olvida el pasado, y el hijo que tiene rencillas con el padre, acude lloroso á besar el cadáver y á rendirle y procurar que le rindan los honores que le correspondan. Y aunque así no lo sienta, lo finge, poniendo una máscara añigida sobre la indiferencia del corazón. Y en este caso, ó somos unos mediocres psicólogos ó las leyes más elementales del sentimiento y las artes de simularlo no han salido por ninguna parte á relucir. En suma, y aunque la forma de expresarlo sea un poco vulgar: nos parece que para uu pariente tan alto, la familia eclesiástica debía haber tenido más lágrimas. Y siendo tau numerosa en Toledo, que se hubiera visto la hinchazón de los ojos. Muy por el contrario, el difunto Cardenal no ha producido conmoción de duelo, ni siquiera gritos de plañideras. Nada más frío quo la capilla ardiente en donde ha sido expuesto el cadáver. Si la pobreza fué recomendada por él, bien nicieron en acatar su voluntad; paro si en algún detalle se pudo rendirle homenaje sin des obedecer sus mandatos, ¿por qué no se procuró aparentar una emoción que hubiera salvado el prestigio? Y como alguien pudiera extrañarse de estos comentarios nuestros, allá va la razón que nos ha hecho coger la pluma para hacerlos. Un periódico debe siempre recoger y comentar la opinión del pueblo, sea cualquiera el orden de cosas que la motive y el carácter de la publicación que las refiera, Y en este caso, La Tarde ha creído cumplir un deber. Alberto Rodríguez y Gallego Corredor de Comereio Zocodover, 43, 2.°, teléfono 155 Se hacen toda clase de operaciones de Banca y Bolsa. Compra y venta de papel del Estado al precio corriente de cotización. El entierro del Cardenal. No á las diez y media como se había anunciado, sino bastante después de las once, salió de la Capilla de Palacio la comitiva del entierro. . Una hora antes, frente á la Capilla de San Ildefonso, colocaron la Cruz magna de Catedral con las de las Parroquias. Acompañados de los Canónigos, Capellanes de Reyes, Mozárabes y Beneficiados, después de hacer la genuflexión ante el altar de la citada Capilla, salieron por la Pueta Llana con dirección á la cámara ardiente. Se puso en -;marcha la comitiva por la calle de Jesús y María, no teniendo completa organización — á causa de las estrechuras—hasta la calle de Jardines, en la cual se formó de la siguiente manera; Batidores de caballería de la Guardia civil. Batería del 5.° Regimiento montado de Artillería, Compañía de Alumnos de la Academia de Infantería, cruz manga de la Catedral seguida de las parroquiales, cofradías, ocupando ambas filas, yendo delante los asilados y pobres con hachas sucedidas, representación de la Comunidad de religiosos Carmelitas Descalzos, señoras Catequistas y de las Coferencias de San Vicente de Paul y Doctrinas, Seminario Conciliar, Clero particular y parroquial. Clero Catedral, Nuncio Apostólico de Preste de mitra y capa magna y diáconos, un mayordomo de la hermandad de la Paz y Caridad con cetro y dos criados vestidos de verde, con velas del mismo color, macero, con rica maza de plata de la diguidad cardenalicia, llevada hacia abajo, un Sacerdote de manteo y bonete con el guión ó cruz del Arzobispo, y á cada lado otro Sacerdote, uno con el bonete y otro con el solideo, en bandeja de plata, limo. Sr. Obispo Auxiliar llevando el capelo, y dos familiares á cada lado sosteniendo uno las borlas, féretro sobre unas ricas andas, de terciopelo carmesí, destinadas á este objeto, que son las que condujeron á hombros, desde Roma á Toledo, los restos del Cardenal Gil de Albornoz, llevado por veinticuatro Sacerdotes revestidos con sobrepelliz, al que daba guardia de honor la escolta de gastadores de la Academia de Infauiería. con las armas á la funerala y mandada por su Sargento el lufaote D. Alfonso, presidencia del duelo formada por el Infante D. Fernando en representación de S. M. el Rey (q. D. g)., Ministro de Gracia y Justicia y personas llegadas de Madrid, que abajo mencionamos. Arzobispos y Obispos, sobrino del finado Magistrado Sr. Santiusti, excelentísimo Ayuntamiento de la capital bajo mazas. Gobernadores civil y militar. Delegado de Hacienda, nutridas Comisiones de cuanto en la capital tiene representación oficial, Prensa local y un inmenso acompañamiento de todas las clases sociales. Cerrando un piquete de la Academia de Infantería con bandera y másica, y un Escuadrón de Caballería, al mando del General de División Sr. Huerta y Urrutia, encargado del mando de todas las fuerzas que en la formación tomaron parte. * * * Recorrió — por cierto bastante de prisa — el itinerario indicado, y antes de la una el cadáver del Cardenal era sepultado á los pies de la Capilla de Sau Pedro, mientras se hacían en la plaza del Ayuntamiento y en el Tránsito las salvas de ordenanza. ^Detalles. Terminados el sepelio y responso, las tropas desfilaron ante el Infante D. Fernando, por la Puerta Llana. Las personas que asistieron al entierro, salvo alguna involuntaria omisión, fueron las siguientes: Obispos. — Nuncio de Su Santidad, Arzobispos de Burgos y Valencia y Sr. Nozaleda; Obispos de Cuenca, Jaén, Ciudad Real, Almería, Seo de Urgel, de Madrid-Alcalá y el Auxiliar que fué del Sr. Sancha. Senadores y Diputados. — Fueron varios loa representantes en Cortes; entre ellos los Sres. Cordovès, Conde de Cedillo, Morales Díaz y Basarán, de la provincia; Marqués de Pidal, Azcárragá, Sánchez Toca, Gil Becerril, Pidal (D. Alejandro), Marqués de Originí, Conde de Orgaz, Silvela (D. M.) y alguno más. Otras -personas y representaciones.— CóndiQ de Arcestales, Presidente del Tribunal Supremo Sr. Martínez del Campo, Marqués de Comillas, Marqués de Aldamà, Roliand (D. G.), Marqués de Torrelaguna, Conde de Ugena, representación de la Junta de Asociaciones Católicas y del Consejó general de las Corporaciones católicas obreras. Párrocos de Madrid, Centro de Defensa social, Academia Universitaria, Sr. Martínez Fraile por el Círculo de San José, y otros. De Toledo: Cabildo Catedral, Cabildo Mozárabe y el. de la Capilla de Reyes, Seminario Conciliar, Padres Carmelitas, Padres de la Compañía de Jesús y una Comisión de Padres Agustinos y Clero parroquial. Elementos, civiles,. Presidentes y Magistrados de la Audiencia provincial. Juez de Instrucción y Juez Municipal, Presidente de la Diputación y varios Diputados pro¬ vinciales, Delegado, Administrador, Tesorero y empleados de Hacienda, Alcalde Sr, Benegas y Concejales Sres. López, Ortiz, Medina, Guzmán, Ledesma, Conde y Lafuente, el Capellán Sr. Cepeda y el Secretario de la Corporación Sr. San Juan; Director y Catedráticos del Instituto provincial. Asociaciones católicas, Ingenieros, oficina de estadística, etc. Elementos militares, Comisiones de diversos organismos, Gobernador militar y Director de la Academia, etc. Lo que ocurrre á diario en Toledo es vergonzoso. Así, claramente, vergonzoso. Acaso al que no haya visto otras ciudades en las que la policía merece tal nombre, no le salgan los colores al ver lo que sucede en la nuestra. Pero á los que hemos visto un poco mundo y tenemos cariño á Toledo, pasamos cada bochorno que ya, ya Esos chiquillos que asaltan á los viajeros en la estación del ferrocarril y en Zocodover, y para los cuales el calificativo de salvajes es muy dulce, esos mendigos insaciables que aburren al más cachazudo; esos mozalbetes sin educación, necesitados ó no, que insultan y molestan á las personas pacíficas, deben ser perseguidos sin compasión para el buen nombre de esta capital que por ellos está en entredicho. Los casos se repiten todos los días, y á todas horas. Podríamos citar muchos, pero vaya para muestra uno recientísimo y de los que honran. El domingo, por la tarde, cuando salían del Hotel Castilla los personajes que vinieron para asistir al entierro del Cardenal, una multitud pedigüeña rodeó los carruajes 3- automóviles, molestando, sobando, dando , el espectáculo desagradable, en fin, que es de suponer. Cojos, mancos, tullidos, chiquillos, mujeres, hasta tal punto, que aquello parecía un hospital suelto^ ¡Qué dirían los forasterosl ¿Y los guardias? Pues no parecieron. : Precisamente uno de estos días, á hora en que transitaba mucha gente, vimos desde nuestra Redacción lo siguiente; los dependientes de una pescadería, quemaron Una banasta á la entrada de la calle de la , Feria, produciendo taLiumo y tan mal oliente que invadió la humareda la plaza de las Cuatro Calles. Los guardias de ese sitio presenciaron, al parecer complacidos, el espectáculo de la fogata. Y decimos nosotros. ¿Es que el Municipio paga á esos hombres para que estén plantados en la calle de figuras decorativas? Porque de no ser así, el Alcalde debe exigirles que cumplan sus deberes ó licenciarlos y buscar otros que sepan cumplirlos. Del Sr. Benegas, que al parecer se preocupa de la urbanización toledana, esperamos que atienda nuestro ruego. No basta con adoquinar las calles: hay que: adecentarías moral y materialmente. PRECIOS DE SUSCRIPCION Toledo. . . ife^, 0,75 pesetas. Trimestre, 2,00 U. PaoviifciA. Trimestre, 2,50 pesetas. Año, 8,00 id. Toda la correspondencia al Administrador. Número suelto DIEZ céntimos