EL ADALID. discurso que. hallamos en M Clamor del Magisterio, y que no por ser humorístico es menos cierto: DISCUESO ELOCUENTE, Ó DE CUENTAS, PRONUNCIADO POK UN MAE3THO DE ESCUELA EN UN DIA DE AYUNO. Señores: En el año 1862 gozaba la pingüe dotación de 4.400 rs. dirigiendo una Escuela pública j¡ dichoso tiempo!, máscuartos tenia que ahora. En el año 1883, estoy gozando la pingüe dotación de i. i 00 pesetas, dirigiendo una Escuela pública. De manera que, lo único que he logrado en este largo espacio de tiempo y sacrificios ha sido echar sobre mis hombros 21 años y cambiar el nombre de la dotación. Antes ganaba 4.400 rs. y ahora gano 1.100 pesetas, ¿Sois capaces de pensar que estoy como estaba? Si os tomáis la molestia Je leer lo que sigue, os convencereis de que he perdido mucho. En 1862. En 1883. Una lib. de carne costaba 16 cuartos, ahora, 24 Una docena de huevos.. Una libra de bacalao.... Una libra de patatas Una libra de alubias...., Una col , Un porrón de vino Hechura de un pantalón. Unos zapatos Un cuartán de aceite.... 2 reales... 12 cuartos. 1 cuarto.. 0 cuartos. 1 cuarto.. i cuartos. 3. pesetas. 8 pesetas. 14 reale?... , ahora... 8 .ahora... 16 .. ahora.. 3 ,. ahora.. 8 .. ahora.. 3 .. ahora.. 8 .. ahora., lo ahora.. 15 .. ahora.. 18 En 1862 gastaba 66 y ahora gasto. 105 No quiero hacer la lista interminable; porque si fuéramos á citar ropa, muebles y demás objetos, sería no acabar. Sólo citaremos así, por encima, consumos, cédulas, gastos de viaje para ir á cobrar a la cabeza de partido nuestro pobre sueldo, y que, si el dia de la fiesta mayor del pueblo queremos fumar un puro, nos cuesta medio real, que en aquel tiempo lo fumábamos por dos y medio cuartos. Este discurso es muy corto; sin embargo, apostamos una merienda, en casa del que quiera convidarnos, que no faltará quien lo encontrará mejor que más de cuatro docenas de los que se usan 26 gaciones, que llamaremos de con relación á lo físico, intelectual y moral. En su parte física tiene estas obliga dones. Se ocupa en la escuela seis lloras diarias; tiene que ordenar los registros de la escuela; tiene que prepararse para las lecciones, y relacionarse con los padres de los niños y con las autoridades. Debe asistir puntualmente á la escuela, antes de comenzar las clases, retirándose el último. Miéntras dura la clase; explica, en una sección y á la vez reprende y estimula á los inaplicados, sostiene en ellas el órden, y premia o castiga á los niños. Todos estos trabajos simultáneamente físico-intelectuales, hacen presumir que el maestro ha de ser sano y robusto, si fielmente lia de llenar, en este punto, sus obligaciones. Veamos ahora los deleres inteïeetuaïes. El maestro tiene que ser instruido, porque el que no lo es no puede instruir á los otros; mas como los niños hacen con- 27 tinuamente muchísimas preguntas, á las que el maestro debe satisfacer, necesita poseer una instrucción sólida, variada y extensa, aun cuando no se exije sea un sábio. No debe sin embargo la instrucción del maestro ser en todas las materias, profunda. Lo esencial en él es que aprenda bien, que medite sobre lo estudiado y que no estudie de memoria: á esto.es forzoso añadir que las nociones é ideas que adquiera las cordine y dirija bien, que los principios sean claros y sencillos ; que los exponga clara y sencillamente que deduzca las consecuencias útiles y entre los detalles necesarios. (De Garderera). 3. — Beberes morales. El primer deber moral del maestro es el amor á su profesión y tener simpatías á los niños. En el ejercicio de esta carrera, los bienes físicos y materiales son escasos; cuando más bastan para llenar las necesidades precisas de la vida. El maestro, como los demás hombres, tiene obligación de procui-arse los recursos indis-