Año IY. BURGOS:— Lunofi 25 de Ociubro .le 1880. m. ÍOll Esto fidclis usque ad mortem, ct d abo Ubi coronam vitfe, (Apoc. cap. 2, v. 10.) mu íkñlá lo muerto v t« • - , . ño fiel has la lo alerto y t<; g (lavé Ja eorons la vida. En la Administración de este periódico; Centro Católico, Lain-Calvo, 16. FORMA DE PAGO.— En libranza del Giro míituo ó letra de fácil cobro á la órden del Director del Centro Católico ó en sellos de franqueo ó del timbre móvil para recibos. En este caso en carta certificada. ANUNCIOS T'COMUNÍCADOS Í PRECIOS CONVENCIONALES. Grandes re.baí aa é cuefcivo.s aueerií-crfs 'j. abonad^. . ( Tro.-, rntrcs 3 pesotss 75 oúDtímo», EN TmA tSPjÚS&ii Seis idj 7 id. ¿0 Í3, { Un año 1.5 id. " " . ültra.Jv..- y K7tranj->ro.~fJr. sü* 30 " ;"- " !- MES DEL ROSARIO ó HUTES IDE OCTXJBRE f compuesto por el M. R. P. Fr. José Marií Moran, lector de Sagrada Teología en el Colegio de Dominicos Misioneros de Filipinas, establecido en Ocaña, y dedicado al Episcopado Españoi. 3.' EDICION. j : Este precioso libro recomendado por el difunto Sr. Arzobispo de ef ta diócesis, se baila de venta en el Centro Católico, LainCalvo, 16, Burgos: su coste dos pesetas. SUCESOR 2v£- ^laze^-é Hijo Burgo?;. a de toda jaeiones del (, mediante ¿ro i los precios Isla 5. Se encarga de la comíclase de papel del Estadf Ferro-Carril del Norte una módica comisión, ' Hoy pago las monedas siguientes: Centenes de Isabel 2.* i 103 reales. Idem de Alfonso á 100 rs. 25 céntimos. Onzas á 324 reales. Oehentines á 80 rs. 50 céntimos. Burgos 7 de Octubre de 1886. 13—13 COMO DE 1.a lí 2.a IMMU de la Purísima Concepción. Admite alumnos internos, medio-pensionistas y externos para el próximo curso. Calle de Santander Casa del Cordón. Burgos. ' AGENCIA. DE NEGOCIOS EL MUNICIPIO, Lain-Calvo 16, núm. 2.— BÜRGOS. Colección DE HOMILIAS Y SERMONES por el Dr. D. Zacarías Metola, Canónigo Lectoral de la Sta. Iglesia Metropolitana de Burgos. Consta de cuatro tomos: los dos primeros contienén homilías sobre el Adviento, la cuaresma y festividades del tiempo pascual; los otros dos contienen panegíricos de ja Virgen y de los Santos, Sermones morales y de circunstancias. Las homilías para el Adviento y la Cuaresma son muy útiles á los Sres. párrocos, y cada uno de los Evangelios lleva dos, tres ó cuatro composiciones sobre diversos asuntos. Precio: 16 pesetas en pasta, y una 50 céntimos para franqueo y certificado. • En rústica, 13 pesetas. TESORO DE LA VISTA. -A-ntcnio 3^a3ror ÓPTICO ESPAÁOI. Acaba de llegar á esta población con un gran surtido en gafas y lentes de cristal de Roca de 1.a série. Se garantizan con 500 pesetas a la persona que pruebe no ser Roca de 1.a Precio fijo 50 rs. con montura de acero, y 60 niquelada, estò del número 8 en adalante. Se hacen toda clase de composturas. Habita, calle de Santander, posada de Santa Maria. L· lideMad lasteffana. Lünes 2o de Octubre de 1886. B. JAIME DE BORBON. El sábado en la tarde, cuando habíamos ya depositado en el correo nuestro diario, recibimos con profundísima pena el teiegramá siguiente: Jaíjne, gravemente enfermo. Últimas noticias acusan esperanza mejoria.)) — Corresponsal. No necesitamos decir á nuestros lectores toda la ansiedad con que ayer esperábamos la prensa de Madrid, que podia darnos algunos detalles. . Pocos son los que encontramos. El Augusto Príncipe padecía desde primero de mes una calentura gástrica que se juzgó dominada el dia Í3. Eslas eran todas las noticias que se tenían, cuando los partes recibidos circunscritos á lo trasmitido,.por nuestro corresponsal vinieron ásjmbrar la desolación en los corazones de todos ios buenos españoles; porque el príncipe D. Jaime es la esperanza de esta pobre y trabajada nación, y aun mas, de Europa, que no puede ser indiferente ante el lecho del dolor de ese joven llamado por Dios, sin duda, á muy grandes destinos. Inmenso es el dolor de todos ios tradicional ¡stas; pero, aun entre estos, nosotros que en mas de un dia recibimos la honra de besar sus tiernas manos, no podemos aceptar resignedos el pensamiento de perder todo el mundo de ilusiones que en el porvenir juzgábamos vinculadas a! entonces tierno niño y hoy príncipe exciarecido. Confiamos en Dios; elevémosle nuestra humilde plegaria, que, ciertamente, no será desoída. Ayer á las. 11 y 45 de la mañana se nos dió este otro parte que se nos ha comunicado hoy á las 8, en prueba de buen servicio. nAcusa ligert mejoría. -Señor es agradecen oraciones. — Corresponsal. Hoy esperamos noticias directas y caso de recibirlas irán á última hora. Entre tanto, bendigamos al Cielo por esa mejoría, que será nuncio de salud próxima. La voluntad nacional. Alúrdennos á diario los liberales con la sempiterna cantinela de la voluntad nacional, y á ella, según dicen, obedecen, y por ella suben, y por ella bajan, y tras ella se parapetan para defender todos sus actos y procedimientos. Y nosotros, que sin duda no conocemos ó conocemos mal á esaseñora, hemos preguntado muchas veces: ¿dónde está, por qué se oculta, qué hace la voluntad nacional? Y la hemos buscado en la opinión del país, y nos hemos encontrado con que contra esta, pero apoyándose en la voluntad nacional, subieron a! poder los hombres que hoy nos gobiernan, y los que antes nos gobernaron. Tuvimos la candidez de creer que se hallaría en las urnas electorales, y allí acudimos deseosos de conocer á la voluntad nacional. Otro desengaño; en las urna-', no se reflejaba la voluntad nacional, sino la del gobierno, y éste disponiendo de los manubrios que ponen en inovímjenío la máquina electoral, alcanzaba tantos triunfos como le conviniesen. Veamos, hemos dicho, tenaces en nuestro empeño, veamos, si en los pro■ cedimientos de fuerza, á cuyo impulso . tantas situaciones han caído, víanlas formas de gobierno han cambiado, podemos encontrar á la esquiva y asenderéada voluntad nacional. Y registrarnos todas las insurrecciones, todos los pronunciamientos ocurridos desde. que el liberalismo impera en España, y encontramos que ei factor principal de todos los golpes de estado ha sido el ejército, y que solo una parte exigua eje! pueblo ha desempeñado el papel- de comparsa, buscando, sin duda, el rio revuelto, en el que esperaba encontrar pingües ganancias. La voluntad nacional por ninguna parte parece: y, sin embargo, ios liberales siguen parapetándose detrás de ella; y hasta dicen que si los carlistas no han triunfado hasta ahora, ha sido porque tenían en frente i ja voluntad nacional que les rechazaba. Y así será cuando ellos lo afirman. Pero resulta que cuando ¡os {iberaIes han extremado su rigor contra la Iglesia, y los catl islas, cariñosos hijos de ésta, han determinado defenderla, en todas partes, en todas las provincias, en todos los pueblos brotan voluntarios que empuñan las armas, y marchan á defender ¡a sania, causa. Los carlistas no buscan su fuerza en los cuarteles; se dirigen al pueblo, y en él encuentran siempre hombres dispuestos á morir en defensa de la bandera tradicionalista. ■ . Sin organización prèvia, sin armas, sin recursos, se levantan ayudados solos de su gran fé y poderoso entusiasmo; frente á frente del Gobierno constituido, luchan valerosamente, y en el ejército que les combate encuentran las armas que necesitan' para, pelear. En, poco tiempo se forman ejércitos numerosos, legiones invencibles que marchan al combate con e! entusiasmo de los valientes, que pelean con ei ardor de ios héroes, y que vencen ó mueren con ia féde los mártires. No es posible subyugarlos çon las armas; todos los esfuerzos de los Gobiernos liberales, toda la táctica de sus mas afamados generales, se han estrellado contra el esforzado pecho de los voluntarios cablistas; entonces ei Gobierno liberal acude á las traiciones, y lo que no han podido hacer ejércitos numerosos auxiliados alguna vez por naciones extranjeras, lo hacen los torpes amaños de cuatro traidores miserables vendidos al oro liberal. Ya! echar una rápida ojeada sobre las guerras religiosas habidas en Es- và d y siglo; aj con- pana, en ¡o qu templar ese espectáculo sublime, esas magnificas epopeyas, esss esfuerzos sobre humanos, creemos haber encontrado la tan cacareada volmitad nacional. Pero no del iado del liberalismo; no prestando su concurso á los hombres de gobierno que hieren los mas caros sentimientos del pueblo español, que han empobrecido á nuestra pàtria, y la han deshonrado ante los ojos del mundo entero; sino del lado del verdadero y genuino pueblo español; del que vive. del recuerdo desús gloriosas tradiciones; de! que llora ios males que causa ei liberalismo á la Iglesia; del que con su empuje y bravura le ha detenido en su obra demoledora; del que sin odios y ambiciones trabaja por la regeneración de nuestra patria; de! partido carlista, en una palabra, A ese partido se inclina la, voluntad nacional; y por mas que agucen el ingenio los liberales, ante el elocuente tesiimonro de los hechos, nada harán con la gárrulia palabrería de su vana charla. Y por si no hubiera bastantes he-, chos en la historia de la dominación libera!, que confirmaran esta verdad, ia intentona del 19 de Setiembre acaba - de demostrarla. Sublévase una parte de ia guarnición de Madrid; sale á las calles, las recorre victoreando á ia república, y el pueblo permanece mudo y silencioso, sin seguir . á los revolucionarios, que acaso comáran con el apoyo del pueblo, i : • u Al dia siguiente el telégrafo lleva á todos ios ámbitos de España la noticia del pronunciamiento. Las autoridades adoptan precauciones, que resultaron perfectamente inútiles, pues ei pueblo españoi. no intentó siquiera ayudar á ios republicanos. : Frió é indiferente oyó las noticias de la sublevación, y con ia misma frialdad é indiferencia oyó los pormenores de ia vergonzosa derrota de ios sublevados. ¿Es que el pueblo está apegado; á los hombres que hoy nos goijiernaD:, y vé con disgusto las intentonas- de •los republicanos? De ningún modo; este gobierno, y esto ¡o sabe lodo el mundo, no cuenta con las simpatías dei pueblo. Donde quiera que se hable de política; en cualquier grupo en que se discuta la mayor ó menor conveniencia de esta ó la otra forma de gobierno, se encontrará que los que disputan son carüstas ó republicanos. Y si, por acaso, alguna voz se levantara á defender tímida y vergonzosamente á ia actual dinastía, es seguro que el que tal haga, lo hace defendiendo sus intereses. Sin temor de equivocarse se puede asegurar que ei que tai defiende es un empleado público, ó es poseedor del