PHEGIOS ^S-SUSCSIGKMír 3ii Gerona un Tnea. 5 ra. -rss ic_ 12: - Sn elreswo de Hspaña. un mes 6rs. rresid, 15. TJlrraniar y Hsrran^ero, rrimesrre -42 rs. STámero suelto 1 rs. . jj& suscriciou se üaee previo pago adeiauïaòo Dirigirse. Escaleras de San Marrin, número S. segundo. Ssolp.mos. X.<35 suscricores un res! '':^<>° y dos -¿é— Ibs no suscritores.-Coñiunica{io3.'?redoi convencionales y á juitño de la adminisrrscion de uno i. cuarenta reales ';~ Anuncios de cuarta página. Ixxs suscricores medio real linea» =u=criro-es un real. Todo cago se enriende por adelantado Insértese ó no, no se devuelven originales. Organo del partido liberal dinástico de la Provincia de Gerona ASO V. REMCCIOH Escaleras de S. Martin, núra. 8, segundo. - Bomisgo 8 de Noviembre de 1885. SE PUBLICA Todos los Miércoles, Viernes y Dominaos. NÚM. 720. EMBARAZO Sus vómitos iacokepcibles. mareos, nauseas, dispepsias ó acedias y demás molestias inherentes -al estado interesante de las señoras, se calman instantáneamente y se corrigen con el uso del Citrato Oraiiular efervescente al Cério de Millá. farmacéutico en Denia. ' Unico depósito: Botica del Doctor Ametller, Gerona. Anúm.0 24 sita en la calle del Portal Non está por alquilar. Darán razón Constitución 13, tienda. GRAN GIMNASIO HIGIÉNICO PROFESOR D. AGUSTIN MONTANER Situado e¿ los bajos del colegio ¿fe S. Narciso (Calle nueva Teatro.) Hay clases desde las 7 de la mañana á las 9 de la noche. Retribución 20 reales mes. Se permite visitar el local á las personas que lo desean. LO DEL DIA Parece ser que los conservadores no se avienen á dejar vacíos los pueslos que ocupan. Con una crisis parcial, mas ó menos honda, transigirían fácilmente. Todo ello quedaría reducido á dar el reemplazo á unos cuantos ministros que están en activo servicio, y en cambio, volver á las filas á unos cuantos conservadores que están en situación de cuartel. La operación seria sencillísima; tan sencilla como la de mudar de calcetines cualquier individuo, que no baee mas que quitarse los sucios, ponerse los limpios y asunto terminado. Sin embargo, la crisis lolal traería disgustos y resentimientos entre conservadores; pero esta dificultad la ha resuelto un filósofo del partido, diciendo: Nosotros no podemos vivir sin abrigar en nuestro propio seno, unos cuantos disidentes, ó por lo menos, discrepantes. ¿Qué los disciplinados de hoy son los discrepantes de mañana? ¿Y qué remedio? Vale mas que vayan alternando los amigos, porque de lo contrario, es posible que lus disgustados, á fuerza de estarlo, hagan alguna .atrocidad. En resumen, de lo que se trata es áe echar un remiendo al minislerk). La política seguirá siendo la misma, después de la crisis parcial; esto es, seguirá siendo conservadora, y por eade, reaccionaria. Todos los problemas, así interiores como exteriores, quedarán en pié. Dificultades, no se vencerá ninguna.. Plan financiero, no se presentará ni por asomo; lo que equivale á decir que Cos- Gayón seguirá imperando, y la miseria, que ya asoma por las puertas de las ciudades, populosas y por las calles de las aldeas. insignificantes, podrá enseñorearse cómodamente del país. En cambio, los conservadores vivirian en el poder, y esto siempre es un consuelo. El plan, así trazado, resulta inme-. jorable. üna sola dificultad presenta. Iniciada la crisis parcial ¿no se correrá el peligro de que degenere en total? Ese es el miedo de los conservadores. Y esa ha sido también la causa de que el ministerio vaya. tirando y tirando, á pesar de contar en su seno cuatro ó cinco individuos muertos moralmenle. Cánovas hubiera prescindido, con gusto de Pidal, y de Valdosera, y de Cos-Gayon, y del mismo Elduayen, pero temia renovar el Gabinete, por la exposición que corría de que, por la misma suerte, salieran lodos los consejeros responsables. Desgraciadamente, no siempre hay una epidemia que obligue á permanecer en su sitio á un Gobierno. La crisis parcial se impone, sin embargo. Los conservadores hablan de ella como de cosa corriente, y casi, casi, acordada. ¿Babrán encontrado algun pretexto, algun camino expedito, para salir bien del paso? Estos son secretos de familia, que los profanos, ó por mejor decir, los extraños, no podemos conocer. No caben mas que suposiciones, y las suposiciones, en ocasiones, suelen aproximarse á la verdad. Por ejemplo; la gente maliciosa empieza á suponer que los conservadores son los políticos más afortunados del mundo. Todo les sale bien. Cuando se ven perdidos, parece como que el cielo les depara un puerto de salvación. Ahora mismo, sin ir más lejos, se veían muy apurados para hacer viable una crisis parcial. Que de cabildeos no pasaban; á cuantos aplazamientos no recurrían, que de combinaciones no ensayaban. De pronto, allá en Cartagena, un pobre diablo, licenciado de presidio á lo que parece, ha querido tramar algo gordo; forjar una revolución, ó por lo menos, conquistar un barrio. ¿Quién sabe las aspiraciones que obri■ garia ese buen licenciado de presidio? Ello es, que los conservadores han 1 aparentado conmoverse, y es prafear ble, que demuestren hasta la evidencia, que la sociedad, la familia y el orden están en peligro porque á un licenciado de presidio se le ha ocurrido, según cuentan, tomar en Cartagena un barrio por asalto. . Y lo que son las casualidades. A los dos dias de saberse en Madrid lo ocurrido en Cartagena, hablan los conservadores de crisis parcial. Hay coincidencias verdaderamente asombrosas. Y también hay antecedentes que son para escamar á cualquiera. En fin, nosotros no decimos una palabra. Recuerden otros, si quieren, las farsas de la calle de la Fresa, las tremendas conspiraciones de la calle de Liria, y otros sucesos de este jaez. Desde luego, puede afirmarse que las hazañas del presidiario de Cartagena no son para quitar el sueño á nadie; pero esos conservadores tienen el mismísimo demonio en el cuerpo. Como empiecen á jalear las cuestiones de orden público, á ponderar el peligro que corre la sociedad, á murmurar en voz baja acerca de conspiraciones y de planes descubiertos, y de proyectos desbaratados, es posible que consigan amedrantar á los timoratos. Y es claro, si el orden público corre peligro, ¿como se ha de pensar en un cambio total de situación? ¿Gomo se ha de fiar la defensa de los más altos intereses á un partido que no sea represor por naturaleza? Decíamos antes, que los acontecioñentos son caprichosos. Parecen decididos á favorecer á los conservadores Ese presidiario de Cartagena, sin pensar, probablemente, ni lo que hacia, acaba de poner en manos de los ministeriales un argumento formidable. ¿Quién sabe, si aprovechándolo bien, se atreverán á presentar la temida crisis parcial? Ello dirá.— X. LAS MTmiGIPALIDADES V. Grande ha sido la influencia de los Municipios en el estado político y social de Europa. La clase media, bello ideal de algunos filósofos de la antigüedad, se 'desprende del seno del pueblo,' y cultivando la inteligencia se eleva hasta los consejos de los Reyes. Lánzase impulsada por su géuio á las más arriesgadas empresas; cruza los mares; descubre nuevos coniinentes: estrecha las réiàeionès de los pueblos: fomenta el espíritu de asociación, y dá ámpi ja salida á las diferentes industria Del nacimiento de esta clase emanan las mejores conquistas de la Humanidad. La literatura se desarrolla; las ciencias exactas renacen con mayor fuerza; la legislación toma forma distinta; la distancia que separa al pueblo de la nobleza, se aminora; y la industria y las artes emprenden esa marcha ascendente en la que aun no se han detenido. ¿Qué fueron las cartas pueblas en su origen? Fueron los albores de un nuevo dia y los tratados de alianza ó de hermandad que pusieron término á las luchas, á los atropellos y á las pretensiones de los señores. ¿Qué fué el Municipio? Fué el vigía encargado de velar por aquel inestimable tesoro, la fortaleza del pechero, el poderoso auxiliar de la Corona. A la sombra del Municipio la actividad individual se ensancha, y bajo su protección crecen los grandes génios que, ya por medio de la imprenta, ya por el descubrimiento de la brújula, habían de inaugurar la moderna civilización. Con el desarrollo de la vida municipal se acrecentó la vitalidad de Europa. Estudiénselos pasos dados por la civilización desde el nacimiento de las Municipalidades, y se comprenderá cuan estensa y dilatada ha sido su carrera. Meramente protectoras en un principio, salen al poco tiempo de tan estrecho recinto para influir de lleno en la política, detienen las invasiones de los señores, alzan á los siervos de la gleva, emancipan la industria, crean asociaciones de obreros, facilitan el comercio dando mayor seguridad á los trasportes, originan la legislación que podremos llamar municipal, y ptu- todas partas di-funden los conocimientos. Comuniqúese al Municipio una existencia independiente, confiésele la defensa de sus intereses, desháganse las supérflnas ligaduras con que se le sujeta, y se verá á los pueblos salir de la mortal atonía que los agobia y seguir con interés todas las peripecias sociales. «Absurdo sería, dice el distinguido escritor señor Arriaga, el pretender resucitar con su espíritu de privilegio, sus vicios y su atmósfera, el Municipio de los tiempos medios, cuando tales caracteres bastarían para grangearle una vida dolorosa; pero al par nos muestra que cuando se suprime la Ciudad ó Municipio libre, crece al estremo la miseria, agobia y esteriliza la tiranía con sus innumerables opresiones, cunde la ignorancia y'la corrupción, la población mengua y se degrada, y abate y pierde todo sentimiento que no sea el de su aflicción y el de una completa influenciad Locura sería, efectivamente, pretender resucitar aquellas insri'ruL-ion rs que si bien fueron en algun tiempo causa de progreso, hoy pr.^ducirian males de importancia. Pero no es menor locura prescindir de las luces de la esperiencia y de ios grandes traba-