Sábado 26 de Septiembre de 1931 LAS PROVINCIAS Página 9 Las Cortes constituyentes LAS SESIONES DE AYER Continúa el debate sobre el proyecto constitucional Comienza la sesión a las 4;25 de la tarde, bajo la presidencia del señor Besteiro. En el banco azui toman asiento los ministros de la Guerra, Hacienda y Comunicaciones. A pesar de la expectación que despertó la sesión de ayer, que se reflejó en el lleno imponente de las tribunas, los escaños aparecieron a primera hora casi vacíos. EL MINISTRO DE LA GUERRA: Da lectura a un proyecto de ley Que pasa a dictamen de la comisión correspondiente. Se aprueban definitivamente varios proyectos de ley. Se da lectura a un dictamen de la comisión permanente de Marina. EL PRESIDENTE DE LA CAMARA: Lee ios nombres de los oradores que tienen pedida la palabra en el debate sobre el proyecto de Constitución, y la concede al señor Unamuno. (Entra el jeíe del Gobierno.) DEBATE SOBRE EL PROYECTO DE CONSTITUCION EL SEÑOR UNAMUNO: Habla de la responsabilidad que le cabe en este debate por haberse dedicado a la propaganda política de palabra y por la prensa, que viene realizando hace un año. De esto va a hablar con absoluta claridad, porque la cordialidad no vale nada sino va acompañada de la claridad. Advierte que algunas veces ha expuesto su pensamiento, más que desnudo, descarnado, que valia más que envolverlo con floripondios. Aquí se ha hablado del hecho (Final del Consejo de Ministros) Agregó que una consecuencia de la fórmula aprobada es que el Estatuto vasconavarro no tiene ya cabida con arreglo ai proyecto de Constitución, pues no cuenta con el referéndum ni reúne otros requisitos que exige la Constitución. Todo ello hará imposible su tramitación. Se refirieron los periodistas a la denuncia del contrato entre la Compañía Arrendataria de Tabacos y los fabricantes de tabacos de Canarias, y dijo que este contrato vence el día primero de Octubre próximo. En él consta la facultad de ser denunciado antes de su vencimiento y, en efecto, lo ha sido por la Compañía Arrendataria de Tabacos, que lo considera perjudicial para el Estado. Esto no quiere decir que no pueda establecerse un nuevo acuerdo con los tabaqueros canarios, sin perjuicio para nadie. Refiriéndose al acuerdo relacionado con la elevación del precio del carbón, dijo el ministro que no existe ningún peligro, puesto que está limitado el cupo para las importaciones de carbón procedente de Inglaterra. Respecto a los problemas de Hacienda y Trabajo, en relación con los Estatutos regionales cree el señor Prieto que serán aceptados sus puntos de vista por lo que a Hacienda se refiere. En cuanto a xas atribuciones legislativas de Trabajo, es natural que encontrarán alguna resistencia las proposiciones que defiende Largo Caballero, pero al fin serán impuestas por razón de la fuerza tle los tratados internacionales. Finalmente anunció que hoy a las lO'SS de ia noche saldrá para Pamplona con los ministros de laGuerra e Instrucción pública, para tomar parte en un acto político que se celebrará mañana domingo en aquella plaza de Toros, Se propone regresar a Madrid el próximo lunes. catalán y hemos de tener también en cuenta el hecho de la conciencia española. Dice que hay que ver si es que va a salir el Estatuto a remolque de la Constitución o ésta a remolque del Estatuto. Hay una opinión en la calle y también en el campo que algunas veces se ha reflejado aquí en los aplausos de las tribunas. Añade que le han llamado "portera" por el modo que cuenta los hechos; pero las anécdotas son cósas más importantes de lo que se cree. Comprendo que el otro día, al hablar del cónsul español en Francia, que recibió una comunicación en catalán y de los obreros que dicen no saber el español, quizá fué más allá del objetivo, pues sucede que se sabe el idioma, pero no se domina, y el pudor hace que no se atrevan a hablarlo, como pudo comprobar cuando estuvo en Cataluña. Expone la necesidad de que el español se hable en todas las regiones, como oficialmente se habla, aunque reconoce que en todas partes lo que está fuera de su ideario se reconoce como marco de esclavo, considerando como una ofensa el que se les obligue a todos a hablar el español; pero ese marco puede convertirse en lo contrario, en que además de no conocer más que la lengua materna, se les sume por esta circunstancia en una esclavitud cultural. Dic 3 que no hay que dar lo que se pide, sino lo que convenga, y no siempre lo que se pide se sabe lo que conviene. / La voluntad de un pueblo no es tan fácil conocerla, sobre todo cuando no se le puede ilustrar suficientemente. No hay nada más fácil para un pueblo, que llevarle por el camino que no le conviene. Habla de la voluntad nacional, y dice que un pueblo sabe confeccionar la ley, pero nunca le parecerá que extrema lo que le es necesario. Afirma que en el : famoso Pacto de San Sebastián no intervino para nada el país. A algunos de la Esquerra catalana les ha oído decir que ellos no tienen nada que ver con el Pacto. ¿Es que se ha hablado aquí de regatear la República? (Un diputado catalán pide la palabra.) Además el señor Quintana dijo que la República la trajeron todos. Yo puedo decir que no la traje, sino que ella me trajo a mí. La República hubiera venido también sin erPacto, puesto quien verdaderamente la trajo fué don Alfonso de Borbón. (Risas y rumores.) No quiero hablar, ni tengo por qué, de los de antes, de los que fueron, que han nacido entre escudos. (Más risas.) Dice que no cree que los socialistas pudieran derribar las murallas de la Monarquía, aunque no eran de piedra, de sillares, ni siquiera de tierra sagrada de la Patria, sino de papel, bien sellado o de oficio. Respecto a la teoría de que la disciplina de partido obligue a votar contra las propias convicciones, agrega que por encima de los partidos está España, que es la Patria. (Un diputado radical interrumpe.) EL SEÑOR JIMENEZ ASUA: Cállese su señoría. EL DIPUTADO: No me da la gana. (Ligera juerga.) Es que eso es molestar a los que somos disciplinados. EL SEÑOR UNAMUNO: Sigue diciendo que cuando aquí se habla de Federación Ibérica, suena muy mal Portugal, pero es porque en ese país no comprenden que el hecho de hacer aquí un estado de federaciones, había de sex Portugal en la misma forma que es aquí la fe deración de regiones españolas. Se habla mucho de cuidar a lo que se da en decir la República recién nacida para que no se malogre. Pues más cuidado hay que tener con España, que es la madre que la ha parido, porque España puede dar otra República, pero si muere no podrá ya dar nada. (Aplausos.) Más importante que la Constitución es la reforma agraria. Advierte que no hay posibilidad de hacer hoy comparaciones entre España y Cataluña ni otras regiones/porque es lo mismo que comparar a la cabeza con los miembros del cuerpo, y agrega que no es lo mismo descentralizar que descentrar. Manifiesta que habla por considerarse uno de los sectores de la opinión, y en este concepto tiene su responsabilidad, pero nunca hé figurado en ningún partido, porque estoy seguro de que me partirían. (Risas.) Insiste en que ellos no han traído la República, sino al contrario. Añade que al ser requerido para venir a estos escaños, llegó como buen español, pero cuando se vaya de aquí, volverá a su clase, como los demás a sus talleres u oficinas. Termina diciendo que la situación ahora está envenenada, que la opinión está desorientada. La solución no está en Uevar la; casa deprisa, sino con calma y serenidad hacia sus moradores, no tratando de sorprenderles. (Aplausos.) Se leen algunas enmiendas. EL PRESIDENTE DE LA CAMARA: Concede la palabra al señor Jiménez Asúa. EL SEÑOR JIMENEZ ASUA: Dice que después de oír el discurso del señor Unamuno ha creído necesario hablar en nombre de la comisión para explicar el alcance | de las reformas trazadas ayer por la noche en presencia de todas las minorías. Señala la discrepancia entre el dictamen de la comisión y la enmienda defendida por el señor Alcalá Zamora. El espíritu de esta enmienda estaba relacionado con la entrada del Estatuto catalán; es decir, considerada como un medio al que debía ajustarse, y en cambio el punto de vista de la comisión era no pasarla en materia a las atribuciones de las regiones. Este problema ha quedado zanjado porque sin necesidad de que hubiera componendas ni sedosas colaboraciones a espaldas del Parlamento, la comisión, de perfecto acuerdo con todos los jefes de las minorías, la ha resuelto. La solución lograda nos parece francamente la mejor, en la que se consignan las facultades del Estado, las facultades de las regiones y hay un tercer apartado sobre facultades, sin poner límite y en su día, cuando llegue la discusión, se puede determinar a quien haya de darse. Así cuando venga el Estatuto nadie podrá hablar de opresiones, pero tampoco ha de haber imposiciones determinadas ni opresiones en la Constitución. En el artículo 21 de la enmienda del señor Alcalá Zamora, que era el 20 de nuestro proyecto, se refiere a que el derecho del Estado prevalezca sobre el derecho de la región. Hemos aceptado la enmienda del señor Alcalá Zamora y agregado que el derecho del Estado prevalece sobre el de la región, pero en los casos de interés general en un conflicto de aquélla y no en los locales. La comisión acepta en justicia esta enmienda, porque la encuentra acertada, pues si el derecho del Estado hubiera de prevalecer en todas las cuestiones, aun en los problemas simples de interés local o regional, resultaría que en efectivo no habría autonomía plena. Señala el señor Jiménez Asúa que cuando anoche, al reunirse de nuevo, dijo al final, al contestar el señor ministro de Hacienda señor Prieto, que no podía admitirse ya ninguna enmienda, dejó sentada la teoría que sostiene hoy. No pueden admitirse enmiendas, ya que no puede ser de otro modo, porque esta fórmula no es proppia de la comisión, sino de todos los representantes del Parlamento. La comisión, como tal, no puede aceptar enmienda alguna, pero esta Cámara es soberana. Si el Parlamento quisiera aceptar determinada enmienda ha de ser él quien la apruebe. La comisión, insisto, rechaza la admisión de enmiendas. Se refiere luego el señor Jiménez Asúa al problema catalán, y dice que es preciso reconocer el hecho diferencial lo mismo que Francia ha tenido que reconocer en Alsacià, y Lorena y ha tenido que ir cediendo cediendo y reconociendo parte de su nacionalidad. Yo creo, estimo y aseguro, que una vez esté resuelto este problema, puede la minoría catalana no llamarse así. Para resolver este problema habéis venido aquí representando a una gran parte de vuestro pueblo, pero debéis dejar a un lado el tratar de conseguir el aplauso fácil del pueblo, cuando se trata de obrar como la conciencia dicta para servir a la Patria. (Aplausos, especialmente de los catalanes.) EL PRESIDENTE DE LA CAMARA: Da cuenta de que el señor Ortega y Gasset (don José) tenía concedida la palabra para esta tarde, pero en servicio a la brevedad del debate ha renunciado a su Intervención. En vista de ello concede la palabra al señor Saborit. EL SEÑOR SABORIT: Habla en nombre de la minoría del partido socialista. Dice que su minoría apoyará los puntos acordados en la reunión de ayer y que ha defendido hace un momento el señor Jiménez Asúa. Sin embargo para votar esta fórmula han tenido que renunciar a muchos puntos de sus proyectos, pero la hacemos gustosos porque también han renunciado a muchos de los suyos los representantes catalanes. No obstante la solución por parte de esta minoría y aun aprobando la fórmula, lo hace a reserva de los dos puntos que en el día de ayer expresaron sus dos mi nistros socialistas al tratarse de esta cuestión. Los socialistas — dice Saborit — están en favor de la autonomía de Cataluña, incompatible con la esencia de su Ideario. Nosotros — añade — no creemos como el maestro Unamuno, lamentando discrepar de su criterio, que no corre prisa la Constitución, por el contrario. Oremos que es necesario que se llegue a la rápida aprobación de la Constitución española y luego la constitución de un Gobierno que gobierne ajustándose a esa Gonstitución. Después iremos a la reforma agraria, aunque precise la celebración de más sesiones. Hemos venido al Parlamento para servir a España con un espíritu de cordialidad y benevolencia. EL SEÑOR COMPANYS: Nosotros no hemos venido aquí a pretender la rápida aprobación del Estatuto, sino lo que queremos es que» al aprobarse la Constitución no se taponen los puntos de que consta el Estatuto. Eso sí, ni uno sólo de sus puntos. Cuando nosotros en la enmien¬ da advertimos la palabra "podrán nos mantenemos, sin embargo silenciosos, porque estamos en una actitud de cordialidad amistosa. Hay en esta minoría catalanes de muchos matices. Cuando nosotros hablamos de cordialidad, se oye aquí, en los pasillos y aun en parte de la prensa se ve, nos llaman mendicantes. Cuando por circunstancias determinadas apuntamos la posibilidad de no ser comprendidos entonces, se dice que esto es una amenaza. Hicimos el Estatuto, cuya tramitación no recordaré ahora porque ya está expuesta, confeccionamos el Estatuto y lo hemos traído aquí, porque ésta es nuestra misión y como diputados que hemos sido proclamados por Cataluña lo hemos traído aquí solicitado por el Gobierno. Nosotros con el señor Alcalá Zamora hemos celebrado varias reuniones, en las que defendió su criterio muy opuesto al nuestro, hasta que se llegó a una transacción muy opuesta a nuestro mandato. Más tarde, en la sesión de ayer, hubo una reunión de jefes de minorías, en la que se halló una fórmula reduciendo nuestras aspiraciones. Se dirige al señor Saborit y le dice que demuestra que mantienen su cordialidad, el hecho de haber asistido a la reunión de los jefes de minoría, en que se acordó la fórmula aludida y a la que no iban por la fuerza. Nada más. EL SEÑOR SANCHEZ ROMAN: Manifiesta que va a exponer su juicio personal, aunque hay muchos que lo comparten. Advierte que no viene a hacer campaña política, sino a sentar sus discrepancias sobre el asunto que se debate. Reconoce la existencia del hecho catalán y le concede categoría suficiente para ocuparse de él, pero pregunta si ese hecho es tal que merezca merma de la soberanía del Estado. Según el dictamen de la comisión, la respuesta es afirmativa; pero según el concepto de la opinión, es negativa. A Cataluña toda la autonomía que se quiera; pero sin la menor merma de la soberanía nacional. Lo primero de esta soberanía es que laa Cortes aprueben el Estatuto; pero lo aprobará también en contradicción con las leyes constitucionales. Si las regiones quieren tener autonomía para desenvolverse políticamente, el Parlamento no puede rechazar su actitud. Es cierto que el proyecto de Constitución establece las normas para la transformación; pero excluye lo regional, y como este es un problema del porvenir, no se puede ahora prever lo que traerá. Se establece una autonomía constítucionallsta, es decir, una participación de soberanía, y esto no es federalismo, sino deferalismo subrayado. El Poder público y las regiones son copartícipes de esa soberanía. Se ha pedido sin la menor objeción, un poco apresuradamente, sin que el Poder público se haya reservado una leve Inspección en los nombramientos de jueces y magistrados. Es esto una excesiva dejación de la soberanía. Aquí no ha existido nada fundamental para justificar esa concesión de soberanía que se le da a Cataluña. Hubo solamente un pacto, el de San Sebastián, pero ¿qué signiíica ese pacto? Lo único que fija ese pacto es la designación de un procedimiento normativo para traer al Parlamento el problema catalán; pero nada más. Se convino en que el Parlamento resolvería soberanamente y