r VWNA DUS Ivasta loOTar que aquclliïs prp. (nicñas unidades truerreras, csi : sas do material v carenics de plecUvos, se couvierian en el podoroso eióix-ito salv-.wloi- de niicsira Patria, Qoa esa protección del Altísimo qiio da fe v fortaleza :i micsiiMs ¡iccioncs v convierte a nuestros Kiim-eros en invencihios facililAndonos ei camino HOJA OFICIAL DEL LDNIÍS la couusA'se m n 1,10 mi de la victoria, lotfrnremos reafirmar nuestro credo v, tomo en nuevíi obra ewinfíeli/adora, auedaráu, asegurados aquellos principios inconmovibles en eme se asienta la unidad v Rrandcza do España Al postrarme nintc Vos, Apóstol Santo, acudo al llamamiento que el año 1935 con palabra profètica lanzó el Excmo, Arz¬ obispo de la Archidiócesis comiioslclana, v en nombre de la iuventiid española, a quién convocó para este año jubilar, os 'lacemos entrena ide la tradicional ofrenda jurando, ser fieles a In misión que el Cielo nos confía. En Santiago de Composicla, a veinticinco de Julio de mil noveci.eirtos treinta v, siete. — Spíiundo Año Triunfal. Contestación del Cardenal Arzobispo de Toledo ai bajo la tierra arada por la metralla el rescoldo «le vicias reivindicaciones políticas o sociales que pudieslín ailimcntar la tremenda boquera de nuevas iUien-as, Serà una paz cristiana, trul.o de la confluencia de pensamiento v corazón de tollos los españoles, «arantia de lili porvenir venUii'oso. "Paz a los homlircs de buena voluntad", dice er.da dia la iglesia, desde que nació el Principe de la paz; v toido hombre de buena voluntad deber/i hallar en el suelo purificado de Msuañn un mgar de paz, para vivir en paz. El Salmisla tiene una frase idílica para describir esta paz doméstica, civ.il, social-. "Israel, idice. vivia en paz. cada cual a la sombra de si; higuera v de su parral." El Jefe del Estado lo ha dicho con frase análoga, cuando ha exoresado su voluntad de que "no haforma: "Ofrcci- va en &*0ft.(ifl l,n ho«ar sin lumbre v sin pan". Al sentidlo de plejíana por la paz hay que añadir a la ofren da de este año la expresión externa de un anhelo del alma española de reslauración integral de la vida española seííón las exigencias de nuestro carAcler nacional y de nuestra historia. Lo acabáis (de expresar en ese párrafo de profunda verdad v belleza en que confesáis'que. al levantarse nuestros jóvenes para impedir que la fe de España se perdiera, "hacen de nuevo a España". Lo decía poco ha con anroniada metáfora el General Franco: "La forma futura idel Estado español será un vestido confeccionado con las medidas v características de España". Así dehe ser. v ahí debe convercer el esfuerzo de todos. No bastará la reconmiisfa del territorio español; será preci- KXCELENTIMO SEÑOR ÜE- N UAL; Con viva emoción acabamos t's- oír, y con nosotros Esparta ei.iera, el bello discurso de ÓmíjMÍa que, en noirbre do Su J'.xc^loncia el Jefe de] Estado español, Jiabeis hecho en térmi nos de tan sentido fervor cnsliano. Desde hoy, v por reciente Decreto, será de niie\.u día de fiesta nacional el 25 de Julio, y se reproducirá anualmente esta ofieiiida, tan cristiana como española, que repreaenta una tradición bruscaiuenlc iule rrumpida por quienes se tmpeñaron en desviarnos de nueslra rula secular para despeñarnos, como habéis afirmado en vuestro discurso, en el positivismo «rosero que nos envilecía. Un texto legal de la novisima Hecopilacion, a que alude el incubado Decielo, eom-reta la tradición de la ofrenda a San üa«o en esta miento auiual y perpetuo de mil escudos de oro en iminhrc de los lleves de España al gtorio&o Apóstol Santiago en su dia, por via die recionocimienlo de su protección v patronato de estos Reines." Este texto, sencillo v llano, es todo un poema, porque es la confesión oficial, sintética, que por sus Jefes ha ce el EslAdd español, de la intervención del Apóstol en la historia de España, A Vuecencia, que ocupa uno de los más altos puestos en el glorioso Ejército y une, por vue.jlras profundas convicciones católicas tan bien repreKcntáis ei espíritu de la nación, ha tocado, por desi}ii.'aci.hi del Jefe del listado, reaniiiúar la heJlisima tradición. Excmo Señor: A nil se me antoja esta cosfumbre anual ¡de la ofrenda, que se repite hace sijjios, salvando breves inlermilencias que ha impuesto el espiritu extranjerizante, conu. un hilo de lar celestial que jalona nuestra historia patria, co-" mo la Via Láctea, que guia la vida nacional a través de las centurias Aqui, al pie deü alfar sajírodo en que se acabí, de reiterar el sacrificio de la Cruz junto al cuerpo del Apóstol que se inmoló por el Maestro que murió en Cruz, en medio die la pompa de ceremonias augus tas, teniendo al cielo v la tierra por tesniíjos, la Iclesia. hace va siglos, marca con e' sello del sol-renaluralismo erisliano v con la cifra divina, de Cristo este acto solemne de la ofrenda, en que España v su Cabeza se funden para el cunv plimiento de un mismo voto v la formulación d>el mismo anhelo: la prosperidad de la Patria. La religión eleva todo Jo que locu. Más que ninguna lo hace la nueslra, nija de Quien, cuando subió a la Cruz, se^ún su palabra, levantó consigo a todo el mundo. Anfce este altar v eu este mismo día de Santiaro y para hacer la misma ofrenda, ha destilado durante siglos el pueblo español representado por sus Jefes, llevándole a su Patrón Santiago su anhelo v su ansia del moonento. Y el repre sentante de la iglesia ha iccibido la ofrenda y, como el Divino Maestro, la ha iiuminado con la luz del Verbo de Dios, y la ha espirituai! izado v sublimado. Dejad, Excmo. Sr., que desde las alturas de Daos a quien representamos, pesemos el valor y el sentido de la ofrenda de este año de 1937. Esta ofrenda, hecha al año cabal de una guerra tan terrible corno «lonosa, debe tener hov. ante todo, el sentido de una íérvida plegaria por la paz, que es ei bien fundamental délos pueblos, 1 idaraosla esta paz todos. Vos, el jiueblo v la Iglesia, que ejerce la función de la plegaria oficial y pública. Que venga la paz, Señor Santiago : paz justa, paz sólida, paz gloriosa, cuyo r-ombre fuiigure sobre el honzente patrio con el centelleo del honor para quienes la hayan logrado con el valor v el sacrificio puestos al servicio de un ideal di«no de España. Enera de los campos de batalla la han merecido especialmente los miles de mártires cristianos, sacerdotes v seglares, que han dado su sanfore en testimonio de su fe v W lian unido a la del glorioso Apóstol Santiago que puso en España la semilla de la fe. que lo es m martirio v de toda grandeza espiritual. , , , Paz. sobre todo, profunda, paz de armas v paz de espíritus, que os la única paz fecunda. Cuando llcRlie la hora de esta pazpodemos asemirarlo, Excetcntsh mo Señor, porune conoccinos el cora/óu maffiián'mP del Oeneralisimo— , no se oirá,. sobre los campos rolos de España el "Vac vi ct i s". de los paganos; ni deberán quedar flotantes los nuptibilidad en las funciones públicas; la inviolabilidad del fuero de la conciencia; el culto a la justicia, en la distribución de cargos v cargas v en la observancia de la lev; el equilibrio en el goce de la riquéjM social; la libertad para el bien v la coacción, legal v pena!, con que se reduzca el área del mal. Y sobre todo olio, porque la historia dice que no hav ciudad bien cinientada cuando no se cimenta en Dios, que ha sido siempre el primer ciudadano en todos los pueblos grandes, la justicia que se debe a Dios, une es la primera de todas las justicia!) y sin la que crecen en toda sociedad los cardos de toda injusticia. Todo esto na sido deshecho por la revolución, v la coiitran;evoiución, para no errar e.l camino, debe rehacerlo v reva lomarlo según las leves providenciales de toda sociedad humana v según las caracteristicas que impone el híeail nacionrul, este ideal representado en la ofrenda que acabáis de hacer al Apóstol Santiago. A la plegaria por la paz y al anhelo por la restauración de los valores patrios añado a esta ofrenda cristianísima y españolisima la expresión de un propósito inquebrantable: el de abrevar la vida nacional en las aguas puras y fecundas del pensamiento católico. Es, Excelentísimo Señor, lo que tan acertadamente expresábais cuando prometíais al Apóstol "reafirmar nuestro Credo, dejando asegurados los principios inconmovibles en que se asienta la unidad y grandeza de España". Señor: el pensamiento católico en el orden social y estatal os el pensamiento de Dios sobre la vida y destinos de hombres El general Dávila, con d general Ari.nda y otras personalidades entrando por la puerta del Obradoiro y saludando al público que le aclama so hallar de nuievo nuestra alma. Los pueblos no cambian con una revolución; prueba de ello es que después de cinco años de deformación del alma nacional, ésta ha roto el molde político v legal que sometía a tortura el oucruo de España, v ha salida entera, con su energia secular, para destruir en los campos do, batalla la máquina con une se la quiso aherrojar. Pero tampoco cambian los pueblos con el éxito material de una contrarrcwlución, si ésta no es capaz do hacer reonMar la vida nacional en los cauces de su historia. Halléis aikídido en vuestro discurso a una España nueva. Uicn; la frase os justa; está en |>oca de todos v responde a un iusto anhelo nacional. Les pueblos no je agitan en masa sino para alumbrar algo nuevo en su Historia. Pero lo nuevo dolos pueblos, como en los individuos, no es el alma, que no cambia, sino la renovación del alma La revolución quiso cambiairhos el alma, v el puebio español so ha opuesto con las armas en la mino, porqnie esto Ihibiese sido someternos a la Kervidnimbre definitiva de un pueblo extranjero. La contrarrevolución, en cuyo nombre hacéis la ofrenda, debe aspirar a la restauraciéu del alma nacional, a la revalorizución de todo factor netamente español, a urna rcejiasifieación radioal de todos los hechos humanos, a un reajuste según las exigencias de nuestra historia. Vale para la restauración do los pueblos la frase paulina, síntesis de la recíMieración espiritual del indiuiduo: "Que desaparezca el hombre viejo v se cree sobre sus ruinas el hombre nuevo". El espíritu y la práctica del trabajo, cada cual según las exlfionclas de su estado; la honrapolítica; ol culto diez moral y odios' do Wmm£ i?ü 1 ftS^ï ?Jij;r"íai^s Jos viejos campos de batalla; noto a las lerarqulas; la inco- y pueblos; y este pensamiento, al que se desconoce o se contradice, es el único que puede hacer grandes a las naciones. La civilización europea sufre uní terrible colapso; es que un pensamiento nuevo ha suplantado al que labró su grandeza durante siglos. Y aqui está Ja espantosa ruina. El genio anticristiano, antidivino, de oriente, se ha desj>eñado, con la progresión geométrica de un alud, «obre el espiritu envejecido de la Europa occidental, ha desmontado la Cruz, ha destruido los templos de Cristo, ha matado a sus sacerdotes y ha convertido una parte de nuestra patria en un país poco menos que salvaje. Se dice que el catolicismo es viejo y que debe ser sustituido por formas nuevas de civilización. Esto Jo dicen los hombrés que viven un día y que no ven imás que un inonicnto de Ja historia. El Dios eterno nos habla de una piedra, inmutable e incoamovible : Jesucristo: Pe'ru cuten eral Chrisius. Como estas piedras de formación volcánica, sobre las que se asientan todas las capas geológica:^, > (rae han soportado momos y valles,' faunas y floras milenarias, razas y civilizaciones, permaneciendo ellas Inmóviles y conservando toda su luerza, asi es Cristo y su pensamiento para el mmido de los esplrilus y la vida de los pueblos: "No puede ponerse otro tuiulamemo que el que está ya puesto". Es pálabra do Dios. Esto, que reza para todos los pueblos, es llave y aínlcsls de la historia de España. Fué el espiritu del Evangelio que noa trajo Santiago el que renovó la faz de esta tierra bendita; al que nos dió, por este feliz muridaje de Ja naturaleza y de la sobrenaturaleza, nuestra flsonó- . mia especifica. El es el noryUvj ' divino de nuestra historia, envidia del mundo; el que ha lan zado a nuestros navegantes « la conquista de nuevas tierras para Dios; el que empujó a nuestros místicos haciéndoles bucear en las grandes cosas oue hace Dios en el alma humana, el que ha sacado de la mcnU' de nuestros sabios la chispa coa que han alumbrado nuevos campos de verdad; el que ha pulsado Ja lira de nuestros vates v les ha hecho cantar como jamás cantaron poetas en el mundo; ol que nos ha dado los gl andes polillcos que sostuvieron siglos el prestigio de España en el mundo; el que ha cubierto nuestro suelo con maravillas de arte que la furia antidivina del moderno anticristo nos arrebató; el que ha plasmado nuestras oostumbres c instituciones, y ha dado una forma inconfundible a nuestra alma racial, que sólo ha dejado de ser española en la medida en que ha dejado de ser católica. Esté espíritu, en fin, es el que, cuando parecía babor sucumbido al poso (le un materialismo grosero, do importación oriental, ha revivido glorioso y ha lanzado, desde Galicia a Aragón, de Andancia » la Montaña, a la flor de nuestras juventudes que han regado EspaSa con sangre dada ])or m Dios y por su patria. Las cosas caen del lado adonde so inclinan, y esta antirrevolución que Veis representáis en este momento, lleva un peso do catolicismo que no se podria conlrarrestar sin inferir violencia al alma nacional. "Nuestro pueblo, acabáis de decif. lucha bravamente por seguir el camino que el Apóstol le trazó". Gracias a Dios, Excelencia, el Jefe del Estado español ha dicho reiteradamente, quiere hacer una España católica. Vos lo habéis dicho con frase aproximada en este momento. Con ello revivirá la España grande y fuerte que ocupó el primelugar en el mundo. Hoy so nota una tendencia al predominio do la fuerza y de la materia como centro del pensamiento social y nervio de la vida de los pueblos. Un coaUéptO materialista de la historia, y hasta del sor humano, ha podido convertir al hombre en puro animal y a la sociedad en rebaño, que cruza escuálido las tristes cañadas de una vida que no puedo colmar el vacio inmenso de las almas. Sobre la materia hav que poner el espiritu, que es lo que especifica al hombre; y, como forma del espíritu, el sobrcnaturalismo cristiano, que absorba esta pobre vida, es palabra de San Pablo, y la haga vivir para Dios en Cristo. Al restañarse las heridas que ha sufrido el cuerpo de España en esta lucha épica, que se cure su alma. Que Cristo reviva en lodas las cosas. Que el momento humano so adapte en España a la eternidad de Jesucristo. Que la vida fugaz de nuestra historia no pierda el contacto con la vida inmortal y divina de Cristo. Cristo no envejece ni muero: injertado en El nuestro espíritu nacional, verá España siglos largos de lozanía gloriosa. Porque cuando las sociedades humanas hayan florecido en mil formas de civilización por ta virtud de Cristo, todavía la vida de Cristo se conservará llena para transvasarse q generaciones eternas, sin mengua de su eficacia. Excelentísimo Señor: Que el glorioso Apóstol Samliago, Patrón de España, derrame hoy sobre olla bendiciones copiosas. Que bendiga al Jefe del Estado en cuyo nombre habéis hecho esa ofrenda; que el Apóstol, a quien la Iglesia llama debelador de enemigos, viudex ftoslinm, conservo la luz de su pensamiento, y mantenga el ardor de su corazón y el fino de su hrazo para dar cima a la obra de la pacificación y de la restauración de nuestra patria. Q,;te bendiga al venerable Arzobispo compostelano a quien habái.s aludido y a esas juventudes españolas esperanza de la patria. Que bendiga a España; que '1. que inoculó en su alma el vigor de Cristo, siga haciendo su obra eme es la obra de su unidad y de su grandeza secular. No icnemos otra, dice Menénde.í Polayo; por la fe que nos trajo el Apóstol fuimos nación, y tóbeos y eternos, decíais en gran nación. "Los principios cavucstra invocación, hicieron cobrar a nuestro espiritu nuevos bríos en la lucha por la verdad, y al calor do ellos y bajo ía advocación do vuestro patroci¬ nio forjaron nuestros royes y capitanes la unidad española' . V que esla ofrenda, signo saglV do de los viiM iilos que unen a Santiago, nos señale a todos, I»or siglos no interrumpidos, como la Via Láctea « los viejos peregrinos do Composlela, lf>s rutas de una paz perpetua, de una Juventud renovada y do una gloria inmortal. AMÉN. ASÍ SEA. EN LA PLAZA DEL HOSPITAL Después de concluida la ceremonia la comitiva se dirigió hacia el Pórtico del Obradoiro. El aspecto de la plaza ora ma.?nifico. En el centro de la plaza estaban formadas las tropas, ocupando casi en su totalidad. En balcones y aceras se apiñaoa una enorme muchedumbre que al aparecer en lo alto de la escalinata el general Dávila, Cardenal v personalidades, estallo en formidable ovación, micnlris las tropas rendian honores. Dando frente a la phiea se había instalado un micrófono y altavoces, ante el cual pronunció el mago de la palabra, García Sanchiz, su anunciada charla. /Dedicó elocuentisimas frases a glosar el heroismo de la defensa de Oviedo primero v o la liberación de la ciudad dos veces mártir, por las invictas tropas gallegas. Resaltó la ti {jura del eenreraí Aranda, v dijo que ¿11 santiagulismo so había encontrado a sí mismo al rescatar a España para España. Terminó Invitando al público a que gritara con él- Creo en Dios. Creo en España. Y entre Dios v España. Santi-igo. El inmenso gentío que llenaba la amplia plaza del ObraHoiro prorrumpió en wÜori·l patrióticos v aplaudió caRlVOsamente al insigne cbarlista. DESFILE DE FUERZAS Terminada la ceremonia las fuerzas del Ejército v Milicias desfilaron ante las autoridades. Fueron - aclamadisimas por el público, que no cesó en todo el día de exteriorizar su júbilo v entusiasmo patriótico en presencia de los soldados de Hspaña. De un modo especial, cada vez que entraban en general Dávila o doña Pilar Franco. COMIDA EN EL PALACIO ARZOBISPAL Despusé del desfile, el Prelado compostolauo, doctor Muniz v Pablos, obsequió a las personalidades citadas con un almuerzo en el Palacio arzobispal. UN DESF/LE BRILLANTE A las sielí! de la tarde íoruñaron lodas las tuerzas dal Ejército y Milicias en el paseo de la Herradura, donde se balda levantado una tribuna. Las calbes estaban abarrotadas de gente. Cada vez llegaba mayor número de peregrinos v romeros y era poco menos que imposible trauíitar por las rúas compostelanas. La presencia de las citadas personalidades era recibida por el público con grandes ovaciones v aplausos. Poco después de las siete, se inició el desfilo, que fué brillantísimo v en medio de grandes aclamaciones, desfilando por las calles do la ciudad las distintas unidades del Ejército, dirigiéndose luego a sus respectivos cuarteles. Durante todo ol rosto de la tarde, la ciudad continuó animadísima, luciendo vistosas iluminaciones la Catedral — que presentaba en el pórtico del Obradoiro un aspecto fantástico — v otros monumentos v centros. ■ ■ %% Concurso pera himnos bermejos £1 ganador cobrará mil pesetas en billetes de ios viejos Valencia, 25. — La "Gaceta publica las bases para un concurso de himnos dedicados a ios que llaman héroes rojos, asi como canciones del mismo color. Se dice que el autor premiado lo será con mil pesetas, pagad as en billetes de los viejos. Lo que demuestra que nadie quiere los nuevos. ASTURIAS Y GALICIA Grado, 2-5.— L'/í ovetense fu}, el primer perciirina < on tiircs de tai , aquella nui. chachada azul g humorística que marchaba al combate e¡¿ 'ovando cauciones basadas en esa ironía graciosamente bar, letcn que distinguió siempre el refinado sentido crilico del pueblo ovetense. Nunca romo hoq puede decirse que son un puñado de héroes , pues de aquellos ciento cuatro gne comenzaron a derrochar su buen humor en las trincheras a golpe de fusil, sólo veinllcnátro alegraron la fiesta del .4 pos. tal con la marcialidad de un desfile enmarcado en uiiifor. mes nuevos. Los demás hov raido en Oviedo con la última estrofa de su canción favorita. La misma canción àc burla que todas las noches alegra las esperanzadas palpitadones del espíritu español desdé el español micrófono de Salamanca, Ante los restos del Apóstol desfilaron hci/ esos ¡estos vtv'e.nles de una gesta n de un humor elegantemente decisivo o ta hora del sacrificio. Con la misma sonrisa de los dias de tragedia, frente ai marxismo de la n-.ina g con el mismo espiritu de aula, que se hiZ't guerrero para vengar aquella afrenta a ia Universidad destruida. Son los troyanos ovetenses, vestides de azul so. hre el corazón, que llevan a Santiago una alegría de rennnctácíin gue se había dormido con la tradición en eslos momentos de solemnidad u de guerra. Fueron a Galicia a cumplir una promesa de agradecimiento 7/ a cantar su canción favorita ante las rejas de la casa de Carmiña. Porque no olvidaron que la heroína de Lugín. como sus ascendientes, era tradicionalista y sentía como ellos la España imperial. 3. A. (Exclusivo para !EL LUNES, de La Comña) Comité Central de Defensa Pasiva Antiaérea ZONA DE LA CQRUÜA Un grupo do fuerzas do Marruecos quo ayer nsisüoron n los brllluntcs actos celebrados on Santiago do Compostola Constituido el Comité Central de la D. P. A. en esta capital, eon arreglo a las instrucciones aprobadas por S. E. el Generalísimo, este nuevo organismo que viene a sustituir a los exlinguid- ; Comités Provinciales y Locales de la D. G. A., ha adoptado los acuerdos siguientes: Primero .— Con el fin de aminorar los siniestros que por ataques aéreos con bombas incendiarias puodait producirse, proce. lorá el vecindario a desalojar las guardillas de sus respectivas viviendas, de todo material que sea combustible, y en su lugar amontonará en dichos locales 250 kilogramos de arena, por cuenta del propietario del inmueble, que servirá para cuL·lr or su totalidad el foco incandescente de la bomba incendiaria, no debiendo nunca utilizar el ag'ua ni los extintores directamente sobro ella. So concede un plazo do 20 días para la puesta en vigor de este acuerdo. Segundo. — Pnocoder;, asimismo el vecindario a defender los cristales de sus ventanales y galerías, por medio do tiras de papel engomado do 2 cm. de incho. skuiondo las diasonaies. Las lunas do los escaparates y do todos los establecimientos comerciales, como asimismo las de los venia nales de baros, cafés, etc., serán defendidas por el procedimiento sefíalado, refrrzantf/i esla defensa con liras de papel engomado en forma de cruz, siendo la anelnira de éstas no menor do 8 cm., todo olio con el propósito do aminor r ' número do los heridos por rotura do cristales, al producirse la explosi/.i do las bombas, y , jiiy singularmente en evitación de los efectos causados por un atavio con gases tóxicos. Se concedo un plazo de quinco días para la puesta en vigor ' este acuerdo. Tercero. — So recuerda al vecindario que a ipartir de las 22 horas -iS, no debe dejar traslucir a' exterior iluminación alí ir.a en sus viviendas particulares, omo así mismo todos los establecimientos como cafés, barés, etc., además de velar su iluminación interior, apagará totalnieiuj sus lucos exteriores. Igualmente los propietarios de las fincas urbanas adoptarán los dispositivos necesarios para Q06 el alumbrado de escale-as y Pa' tios interiores no trasluzca iluminación alguna al exterior por I 3 claraboyas. Cuarto. — Con el fin de evitar corcusiónos en las señales do alarma, queda terminantemente prohibido el uso de todas las señales de fábricas e industrias por medio de sirenas,