tentan despojarnos de la únira ancora de salvación que queda á los libres para propagar las ideas tieniocraticas, únicas que pueden salvar a esta ados monarcas , sentado en su solio, nos hace re- cardar al verdugo recostado sobre el cadalso esperando la víctima. Mil veces ar. t'ujuramos la historia al fuego ^ sino mira, ramo, que hay un pueblo á quien instruir, nn pueb'o á (¡uieii pteseiilar la serie no iiiterruiiipida tie crímenes y horrores que de los reyes emanan; sino estuviéramos I c.iuformcs con lo que dice el Peninsular ' en su II.® 191 de que el pueblo no debe olvidar las provechosas lecciones de lo pasado , debe fundar sobi« ellas la idea del porvenir. Vuestro artículo citado, y otros que eii igual sentido, han visto la Uiz pública en el Centinela de Aragón, han satisfecho coinplelaineule nuestros deseos, y esperamos que el pueblo, ese único y legítimo soberano , sabrá sacar el fruto de las luminosas doctiiiias j porque el siglo actual 'essiglo de positivismo , grande por sus i colosales hechos, filósofo sin vanas e inu^ ¡liles Itíorias , profnndo y *evero por la pureza de sus doctrinas, por la rectitud y consfaneia con que camina á la dicha y eonstrnye el grandioso edificio ilel porvenir ; siglo arrullado al nacer con canciones de libertad y que detesta á esos/lom. bres momias de corazón vacio y cabezas ! luneras , á esos viejos insociables llenos di| reinas y serviles teorías ala vez que llama á sí y enseña a los «Tovenes lo que son, lo que valen y lo qnepueden sus necesidades , el medio de satisfacerlas y esas ideas I humanitarias que en vanólos tiranos tra- ■ tan de hacer desaparecer. Estaba reserva* ' do al siglo 19 el origen , el regenerar la corrompida sociedad, el arrojar en el averno de donde saliera, el Trono con todos sus a ¡yacentes , y en su lugar levantar con lodo su brillo y esplendor el árbol Republicano. Si; República federales el termino á q-je cominee el .iglo . y vosotros amados hermanos ^ y todos los aposteles úe la Demoeracia debeis levantar la voz , aclamar la República , seguros de que vuestros gritos son nidos y secundados ; sin que lejos el dia de que por do quiera se victoree tan apetecido sistema , podamos entonar himnos de placer, de reconciliación v de generalfraternidad.-«r. A- F. JToUctin. A TERRADAS. ¡Salud! hermano Tetradas, Demócrata catalan^ Tus letras conquistarán Doble mas qu« mil espadas, Las uiiuds ^republicanas Ganadas por tu peñóla Gritarán en Sarcelona (Pronto será la ocasioo) A los tronos maldición Con arrogancia española. Procurador ilustrado Eres tu drl Pntbio rey Que apoyándole en la ley Miles consejos le has dado, Y nunca te ba iutiroidado La denuncia del fiscal Ni ei alevoso puñal Que pagára un Guitarrllla, Faccioso de campanilla Para tu pecho leal. 5i nuestro Pueblo sensato Sigue tus huellas, Terradas, Vera la» leyes pisadas, A su debido recato. Tendrá gobierno barato, No tendrá camaleones One le roban los iiiil!oiies Y se comen lo mejor, Mientras él con el sudor Paoa mii contribuciones. El plan de revolución Que has hecho á la Patria mía Es el único á fe mía P„ra hundirá la opresión. Mientras justa bendición Alcanzas del Pueblo Híspano Este marino , tu hermano. Que llegue el dia desea En que á tu patria te vea Vengándote del tirano. Zmís Fraile,