REGKON LA TRAYECTORIA DE UNA UN PERIODISTA: CAMILO DESMOÜLINS vr No por seguir la vida pública de Camilo hemos de olvidar algunos rasgos do su vida privada, que tienen importancia grande. El año do 1790, no sólo fué el año de los éxitos do Camilo como periodista, sino también el aflo en que se desarrolló su novela do amor, novela que ha pasado a la historia, como él relato de una célebre pasión romántica. Muchos son los que entre ías parejas de amantes célebres que perfuman la historia, incluyen a Camilo y a Lucila. ¿Quién era .esta joven destinada a unir su suerte al revolucionario y a sufrir íl mismo final íristisimo? Lucila Duplessis era hija de pa'dres acomodados y se había criado en • medio de una vida regalada. La habían ínstruiido esmerada: monte y merced a los ocios que abdicaba a sus- lecturas, había no Sólo desarrollado su inteligencia, sino también cultivado con exceso bu imaginación. Cuando nosotros la hacemos aparecer en nuestra historia, Lucila tenía dieciocho años, y resumiendo lo que de ella dicen quienes la conocieron y des. cribieron, era rubia, pequeña y . graciosa. Al parecer, más que una ¡ gran belleca, Lucila era una mu(¡hiicha encantadora inclinada por íia,turaleza a la bondad, soñadora en demasía y ya una verdadera romántica. Toda su vida de soltera es como una novela de las que pocos años después había de devorar el público. Nos referimos a su vida interior, naturalmente, porque los azares de la vida exterior estaban entonces suprimidos para ella por una fortuna muy digna de ser tenida en cuenta,, .nua casa llena de comodidades y una madre amantísima. Sin embargo, Lucila llevaba su diario, el cual demuestra que en aquella existencia llena de tranquilidad, donde al parecer no ocurría nada, ocurrían para la muchacha muchas e importantes cosas. El diario de Lucila es, al mismo tiempo, un documento triste e interesantísimo. .Triste, porque nos revela las inquietudes de aque alma joven, no extraviada profundamente por su bondad natural; pero sí inclinada al extravío por ensoñaciones inquietudes y ansias que una formación más sólida y vigilante hubiera debido evitar. Interesantisitpc, porque la situación espiritual de Lucila no era solamente suya, sino de la juventud, de entonces. Sí Lucila, más culta y de ;má3 sensible , temperamento, lo sabia ..expresar mejor, más motivo para que se le . considere intérprete de lo que otras sentían y no iogra•ban expresar. Todo el diario de la joven es una ansia insatisfecha. Falta allí la satisfación amorosa y falta también la honda satisfación espiritual de orden religioso que hubiera dado plena quietud y decidida orientación a Etquel aima impulsiva. Que las jóvenes de dieciocho años que no tienen más que motivos para ssr felices, pasen el ;rato en escribir un diario donde se hacen las desgraciadas y hablan del amor que no conocen y de los desengaños que no han sufrido, tiene muy poco de particular y es cosa de todas las épocas; pero que una muchacha de dieciocho años se dirija en plegarias contra- ■ dictorias, porque son plegarias J donde asoma la desesperación, a ■ Dios Nuestra Señor pidiéndole que le haga conocer la verdad en un tono y en una forma que revelan que la verdad ha pasado junto a ella y no la ha conocido, entristece el ánimo y hace pensar que no eran muy venturosos los tiempos en que existía una juventud asi. Xa oración de Lucila, que se repite más de una vez en las páginas de su diario, no oa la entrega confiada del alma a su Señor. Kay allí algo de soberbia, algo de exigencia, algo que parece reprochar a Dios, porque no ha, hecho un favor particular a bu criatura y lia descendido a explicarle todos los misterios y todas las eludas que tiene precisamente por su falta radical de fe. Esta era Lucila, novelesca. Inquieta y romàntica. Camilo la conocía desde algún tiempo, desde que ella era una niña^ y al presenciar la transformación de la niña en mujer, parece que se sintió profundamente enamorado. Ya hablaremos de las calumnias y de los vituperios que salieron a su paso y le amargaron la vida privada, en justo castigo de las vidas qüe había amargado él. Por lo pronto, nuestra impresión, deducida del estudio del carácter de Camilo y de cuantos documentos hay sobre esta historia, es que Desmoulins se enamoró de verdad, apasionadamente, de aquella Lucila a quien siempre había mirado con ternura y afecto. Tuvo que luchar con la oposición de los familiares' de la joven, que se resistían a casarla, si no con un aventurero,, por lo menos con un hombre alocado, sin bienes de fortuna, dedicado a un peligroso oficio que le tenía constantemente en el ejemismo del torbellino revolucionario, el cual podía una buena mañana tragárselo inuy bien. No es de extrañar, por lo tanto, que quienes pensaban en el bienestar futuro de Lucila no quisieran para marido de aquella muchacha delicada, tierna, acostumbrada a las comodidades de la vida y a todos los cuidados y mimos, a un hombre exaltado, pobre, que tenía mil altercados diariamente, que concitaba contra si muchos odios y que podía tener un final muy triste. Los hechos demostraron después que los familiares de la pobre Lucila tenían 'razón. Por fin, la constancia de Camilo y el amor vivísimo que profesaba a la muchacha el que, al parecer, era correspondido por ésta, inclinaron la balanza en favor del pretendiente, y la boda se celebró. Unos días antes de la fecha fijada, Camilo acudió a hablar con el párroco de San Sulpicio, donde debían casarse. El, párroco estuvo firme y lo dijo a Camilo valientemente unas cuan tas. verdades que le produjeron mucha efecto, porque no estaba acostumbrado a oírlas nada más que envueltas en violencias e insultos que las desvirtuaban. En cambio, el párroco, muy dentro de su misión y da su ministerio, le vino a decir con toda sencillez: "Usted es un .hombre que desde su periódico está atacando a la Iglesia; usted es un hombre que ha dicho públicamente que para usted tiene el. mismo valor la religión mahometana que la religión de Jesucristo. Ahora quiere usted casarse como se casan los católicos. Necesito saber si usted se ha retractado de sus errores, y para convencerme de ello necesito que la retractación sea pública y solemne". Camilo vaciló ante aquella firmeza. Le dijo al párroco que él era católico, pero el párroco no se convenció por unas cuantas palabras tibias dichas, con toda probabilidad, por compromiso. Después de discutir mucho, el párroco se avino a que la retractación no se verificase, pero con la condición, que Camilo tuvo que aceptar, de someterse minuciosamente y sin e¡ menor secreto, a todas las prácticas que la Iglesia exige a los que contraen cristiano matrimonio. Si Camilo hubiera tenido un átomo de convicción propia y de principios seguros, aquello hubiera sido lo más duro para él. Sin embargo, pasó por todo, se leyeron las amonestaciones, confesó y comulgó y no se perdonó nada. Al parecer, como ocurre con las almas pequeñas, Camilo tomó aquello por una humillación, y crecieron sus furores antirreligiosos, cuando hubiera sido tan fácil, si sus convicciones eran de tal firmeza, negarse a lo que todas las probabilidades inclinan a creer que fué una confesión falsa y, en términos generales, un sacramento recibido en tal actitud espiritual, que sí la misericordia da Dios n» fuera infinita y sus designios inescrutables harisn desconfiar de la suerte de aquel alma. La boda se verificó el 29 de diciembre de 1790. Entre los testigos firmaron Jerónimo Petión, Juan Podro Brissot y Maximiliano María Isidoro Robespierre. Todos se abrazaron, se estrecharon las manos y se desearon felicidades. A los dos años, Camilo publicaba sai ataques contra Brissot, que tuvieron importancia decisiva para hacer subir a éste último al patíbulo, y a poco más de tres años, Robespierre hacía guillotinar a Camilo. He aquí todo un símbolo de la época revolucionaria; los amigos reunidos en las ocasiones más solemnes de la vida, unidos, al parecer, por lazos inolvidables, en poco tiempo se destrozan entre si como lobos rabiosos, (.ConHmxará) EL PLEITO DE LA MUSI- CAL OVETENSE Se Llegó a un acuerdo Ayer se . celebró la reunión anunciada para llegar a la soiV ción de las divergencias habidas entre la Directiva y los componentes de la banda En esta reunión representó al alcalde don Laureano Prado, a quien el señor Escosura, presidente, le invitó a ocupar la presidencia, y cuya invitación fué acogida por acuerdo y satisfacción unánime de la Asamblea Una vez abierta la sesión, el señor Prado encauzó ésta tan acertadamente, que en ella se llegó a la solución de concordia tan deseada por todos Por lo tanto, hoy dará su audición la banda en el campo de San Francisco, de ocho a diez; el jueves, a la misma hora, y los domingos, de diez a doce. De los acuerdos que en esta reunión se han tomado se levantó la correspondiente acta por el secretario, y que todos han convenido en cumplir hasta que el excelentísimo Ayuntamiento .puí da atender a la misma, con la debida amplitud en sus nuevos presupuestos. Ahora esperamos que todos las suscriptores correspondan con la debida atención a esta Agrupación, que es e! principio de la banda que Oviedo necesita. EL SECRETARIO, TOROS BANCO 61« OE CREDITO Gapiíai: 12 millones dePts DOMICILIO SOCIAL Corrida, núm. 43.-0! JOM Sucursales en Avüés, Cokinga, Luanco, Ribadesclla y Villaviciosa Este Banco efectúa, en condiciones excepcionalmente ventajosas toda elase de operaciones de BANCA, BOLSA Y CAMBiQ CAJA DE AHORROS Imposiciones desde 1 PESETA Intereses tres y medio por* 100 Reintegros a la vista Consignaciones a ven .imietofijo A seis meses j ijzpor 103 A un año 4 por 103 CUENTAS CORRIENTÜS En Pesetas y Monsi» Euranjsro a la vista y a piaío-í, con abona de interés a tipos muy íavoribies. REGION Apartado número 42 Teléfonos 1516 1517 ¡VAYA UN DIA!... O UNA RESEÑA POR IMPRESIONES SI en la mañana del domingo me llegan a decir que por la tar de Va a haber toros en Gijón, no hubiera podido menos de soltar la carcajada, y de volverle la espalda ail ocurrente. ¡Vaya Uj] día! Desde las primeras horas de la mañana, las nubes se soltaron el pelo... o mejor soltaron loa grifos y hasta las tres de la tarde, no paró de caer_ sobre nos otros el odioso liquido. ¡En seguida iba a haber toros en Gijón! nos decíamos por las calles y cafés. Y los hubo, una vez más dió pruebas de su l"-16' na suerte, ya que probablemente habrá sido el único punto de la provincia, que salvó el día de las iras dç las nubes. Hubo toros, se Celebró la novillada, se mataron los seis de Zaballos por Monasterio, Cartimplas y Jerónimo Montes, y hasta hubo una entrada ex célente en el Bibio. Pero los lectores no son culpables de que el cronista, hubiera pecado de mal astrónomo, y por lo tanto para no privarles de una reseña, esta vióse precisada a hacerlo por impresiones... ¿Qué tal la corrida? ¿Qué tal el ganado? ¿Y el fenómeno gijonés? A mil y una personas hube de preguntar en las calles de Gijón v múltiples resultaban las impre siones. por lo que la tarea me re aultaba más difícil de lo que en un momento pensé. Así que hube de hacer una pequeña selección, y no dejarme llevar de apasionamientos, ni de discursos de más de un aficionado. He aquí lag consecuencias. La novillada del señor Zaballos estu vo bien presentada, bien comida y algunos de los novillos dieron Un excelente juego, que pu3ieron a mán de un coletudo en gráv aprieto. El gijonés, o sea Angel Mona» terio, estuvo voluntarioso, vaüe te y trabajador, pero de ahí ^ pudo pasar el paisano. E3tá igual que las manzanas - en esta época, y lo que es peor, las inan zanas a buen seguro que m'adu rarán antes que él. Montes, el tercero de la dinastía y hermano de los desgraciados matadores, que para dar oca sión una vez más a cantar la3 IfajgSadias ds la fiesta cagíeroa mortalmente heridos en los rué dos de Madrid y Toledo, por no desdecir de su procedencia, sstuvo valiente, en ocasiones "Jaba to" y en premio a su valor se le concedió la oreja de su primero. - Y ahora ds Cantimplas he da decir primeramente, que es con el que menos están de acuerdo los que me proporcionaron las impresiones. Unos decían que es torero, otros, no sabe una palabra y hasta hubo quién me dijo que hay fanómeno. Esto último, debe de ser de los aficionados de última hornada, como esos que llegan a decir que como torea Ortega, no toreó Belmonte. En fin, que el muchacho se prestó a discusiones y cuando a un torero por modesto que sea, se le discute, es que aíS0 en ¿1. Por lo motaos no están todos de acuerdo en decir que es rematadamente malo. Y estas son todas impresiones que he podido recoger. Perdona, lector, aficionado mi . falta, y te prometo en Cambio que numea más trataré de hacer las veces de un astrónomo. D. X. SíjíBïfil» . Se reunirá, claro, si el verano no lo impido, que muy bien pue de impedirlo, ya que juntar eti este tiempo les directivos precisos para completar el mínimun, es al go que linda con el milagro. Como nos es difícil creer que os ta quietud do Arcadia no escon da alguna sorpresas, hemos perdi do el tiempo an tratar de "discre tear" con è! maestro "de discretos que es c' secretario del "Oviedo". Lo que se dice ni una palabra: no pasa nada, no ocurre nada, la rcanión de hoy, celébrese o no, c^ rece de importapicia, asuntos de moro trámite serán los que ocupa rán su tiempo; en fití, una deses peración. Claro está que como nosotros tenemos ya alguna experiencia de estas cosas, no queremos caer en la candidez de ese al330!11^0 "no Pa 33. nada", en estos "meros trámites". ¿Quedamos en que es muy di fícil lograr se reúnan bastantes di rectivos para celebrar Junta? Pues si ello es tan difícil y no obs tante se intenta, "post algo será". No creemos que haya mucha ma licia en la deducción que está al alcance de todas las fortunas. Tampoco es preciso dar mucha cuerda a la "loca de la casa" pa ra pensar an que esta reunión ha de estar en relación muy directa con la Asamblea General que se celebrará el domingo. Pensar, a estas alturasj qúe pue de que en ella se don cuenta de algy nas gestiones— conste que no teñe mos el menor indicio de que !a3 haya entabladas— relacionadas con jugadores, tampoco e3 opositar a qnfermar del cerebro, pues la s'J posición rezuma lógica Así, pues, contra el muy eSPu cable hermetismo del secretario, P° nemos nosotros lo que nos da _ cosecha y ahora que sea el !ect0 él que elija Ifi carta. _ ¿Tendrá interés la reunión, i. rá por el contrario de miro traff te? FESTEJOS POPULARES LOS DE SANTO DOMI>tg0 En la mani." de anteayer^ distribuyó el bollo y vino los socios de la Sociedad ce ^ to Domingo, y por la tard^eríJ. lugar la acostumbrada x0^ Ji que, a pesar de lo ^^P^lci.la tardo, estuvo bastante rrida. c; En la noche del domina0 - ^ la de ayer se celebraron g^»^ verbenas eléctricas, siendo _ zadas por la banda de_ mU= ¡;: planos di manubrio y música país. 3t» Hubo mucha animacioc última hora. ■■■■ ' ■