Ièma del mes as versiones i Las sinfonías y otras partituras orquestales La dificultad que presenta la casi totalidad de la obra de Schumann se acentúa aún más en sus partituras orquestales, donde se multiplican los factores a tener en cuenta para construir la personal lógica compositiva del autor. Por lo que se refiere a las integrales de las sinfonías, como es natural encontramos un amplio abanico de grabaciones, aunque no tantas como en el caso de otros compositores. En las páginas centrales de este artículo aparecen las interpretaciones de Barenboim al frente de la Staatskapelle Berlín como opción más recomendable. Creo que, con esta grabación, el argentino consigue la más interesante versión de estas obras en su conjunto, superando algunos flecos que no le habían quedado del todo claros en su primera integral con la Sinfónica de Chicago para DG, que no por ello deja de ser también una de las más conseguidas de la discografia. Me refiero a ciertos momentos de la Primera, el último movimiento de la Renana, y casi toda la Cuarta Sinfonía. Ya digo que estos pequeños problemas que aparecían en aquella primera integral han quedado superados, y de qué manera, en su segunda versión de estas obras, erigiéndose en la referencia para las mismas. Pero, además de ella encontramos otras de mucho valor, como la de Haitink (Philips), con una extraordinaria Tercera y una muy buena Cuarta, también reseñada en las páginas citadas; o la de Eschenbach (RCA), con buenos detalles y resuelta con buen oficio. Algo más atrás en el tiempo se encuentran las de Karajan (DG), Solti (Decca), Sawallisch (EMI), o las dos de Kubelik, con la Filarmónica de Berlín (DG) y la Sinfónica de Baviera (CBS) respectivamente. También presentan puntos de interés las de Szell (Sony), Klemperer (EMI) -con la mejor Primavera imaginable- y el segundo acercamiento a estas obras por Bernstein (DG), con la Filarmónica de Viena. Pormenorizando un poco más, el buen nivel de la integral de Karajan se hace más evidente en las sinfonías Segunda y Tercera, sobre todo en esta última. También la Renana es lo más notable de la de Solti, quien, en mi opinión, falla en el resto de las sinfonías por la nerviosa óptica desde las que están trazadas. Sawallisch (EMI) y Eschenbach (RCA) firman dos correctas y trabajadas integrales, sin grandes "descubrimientos", siendo sus mayores aciertos la ausencia de puntos negros en sus versiones. A un nivel no superior a éstas se encuentran las dos integrales del, otras veces admiradísimo Kubelik, de las cuales la que más me convence es la que firma con la Sinfónica de Baviera (CBS), si bien he de reconocer que nunca he participado de la gran aceptación que estas versiones han obtenido por un amplio sector de la crítica. Lo mismo me ocurre con la de Szell (Sony), integral de la que tan sólo me parece revestir cierto interés la Segunda Sinfonía, obra por la que el húngaro mostró siempre cierta predilección. Bajo otro punto de vista creo que hay que contemplar la integral de Klemperer (EMI), con la más grande Primera grabada -ya lo hemos dicho-, con una equivocadísima Segunda, una Renana magnífica y una Cuarta que comienza con uno de los primeros movimientos más impresionantes que jamás se hayan escuchado, pero que, a partir de él, continúa de forma incomprensiblemente anodina hasta el final de la obra. No tengo el Schumann de Berstein por uno de sus mayores logros, aunque existan aciertos aislados. En su segunda integral (DG) se equivoca, a mi modo de ver, en su versión de la Segunda Sinfonía, consigue una gran Tercera y buenas Primera y Cuarta; ahora bien, ya que contamos con imágenes, su conocimiento se hace casi obligado. Esta circunstancia no se daba en su primera grabación para Sony. Dejando aparte las integrales, en lo que a versiones de sinfonías por separado se refiere, hay tres nombres que no pue¬ den ser ignorados: Furtwángler, con dos o tres cuartas en la cima de la discografia -entre ellas la que reseñamos en las páginas centrales-, y una fantástica Primera; Celibidache, con la inmensa Renana que ya hemos citado en las reseñas, muy superior a lo ofrecido por el rumano en los documentos que contienen sus acercamientos al resto de las sinfonías del compositor, incluidas sus diferentes y celebradas segundas; y Bóhm, cuya grabación comercial de la Guaría (DG) comparte podio con las de Furtwángler y Barenboim (Warner). Para la Sinfonía Zwickau, Marriner (Capriccio) sirve una competente versión. De la Obertura, Scherzo y Fina/e, me parece que Karajan (DG) o Sawallisch (EMI) son superiores a Wildner (Naxos) y a Solti (Decca), quien ofrece una interesante versión de la obertura de Julio César para la misma firma. De La novia de Messina tanto Eschenbach (RCA) como Muti (EMI) firman dos versiones que sirven para dar fe de la obra, pero poco más, lo mismo que ocurre con la de Hermann y Dorothea del italiano, también para EMI. Tres oberturas sirve Klemperer para la firma inglesa; versiones de buena factura las de Fausto y Genoveva, pero no tanto la de Man f redo. De esta última Furtwángler hacía una auténtica recreación en sus diferentes versiones para EMI y DG. Precisamente entre el mejor Schumann de Bernstein se encuentra su versión de la Obertura Man f redo con la Filarmónica de Viena (EuroArts). En cualquier caso, a pesar de los citados aciertos aislados, se echa de menos un buen disco de oberturas del compositor que haga plena justicia a estas obras. Los conciertos Ciertamente, del Concierto para piano hay alguna versión de las denominadas históricas que conservan intacta su importancia para el estudioso, pero que desde el punto de vista técnico y artístico han quedado bastante obsoletas; me refiero a las de Gieseking / Furtwángler (Arlecchino) y, mucho más, Lipatti / Karajan (EMI). Creo que en lo que a esta obra se refiere, existe un antes y un después de Arrau. El chileno firma en 1980 una de las cimas interpretativas de la obra con Colín Davis (Philips), pero ya llevaba tiempo preparando el camino, como se puede comprobar en algunas de sus versiones anteriores como su grabación con Dohnanyi, de 1963, también para Philips, por citar la más conocida. Además de las suyas, hay que conocer sin excusa las versiones de Barenboim con Celibidache (EMI), Larrocha con Davis (RCA) Zimmerman con Karajan (DG) y las dos de Kissin, con Giulini (Sony) y con Davis (EMI). Para Introducción y Allegro appassionato op. 92 lo mejor es acudir a Barenboim / Dieskau (EMI), citada en las reseñas o, con reservas, a Serkin / Ormandy (Sony). Peor suerte corre Introducción y Allegro op. 134, de la que sólo encontramos una versión que valga la pena: Biret/Wit (Naxos). Hay tres versiones del Concierto para violonchelo que me parecen imprescindibles: Du Pré / Barenboim (EMI), por encima de las demás, Rostropovich / Rozhdestvensky (DG) y Rostropovich / Bernstein en la edición en DVD para DG. Del resto se puede prescindir, aunque existan algunas memorables, como la de Casals con Ormandy en el Festival de Prades (Sony). Difícil se hace recomendar una buena versión del Concierto para violin, la de Szeryng con Dorati reseñada es la más notable. De las recientes, quizá Kaler / Inkinen (Naxos). Para los amantes de la "arqueología", Kulenkampff / Isserstedt (Lys) con sonido de 1937.