EL GUA ¡Ay Jutuil Bien poco me hn fnltado pura morir. V tú ¿cómo estás?. — Muy bien, muy bien y contentíuimo. — ¡Es posible, á pesar de la desgracia!... — ¿Qué desgracia? — La de los guantes. — [Ahí 81 ¿la equivocación? Pero eso no ha sido una desgracia. —¿Cómo? —Al menos para mi. — No salgo de mi asombro: ¿los has vendido? —Todos, ¿y tú? — Yo ninguno. Ahí los traigo, para unirlos con los tuyos y venderlos juntos en otra ocasión, — Ya no es posible, porque yo los despaché todos. — Eso es el colmo de la suerte. ¿Me negarán ahora que eres el niño mimado de la fortuna? Por lo visto ¿el país á donde fuiste es tierra de mancos? —¡Necio! Yo eí que soy vianco, y por eso, sin arredrarme ante las contrariedades, sé vencerlas y hasta aprovecharlas. — Explícame lo sucedió. V — Llegué al término de mi viaje y me dispuse á la venta de la mercancía, cuando ai notar ia equivocación me quedé atónito. — Como yo. — Tenía hechos todos los gastos y alquilada la tienda... — Como yo. ¿Qué hacer? ¿Cómo salir de compromiso tan grave y tan impjevisto? Por lo pronto creí que mi desdicha no tenía remedio. — Como yo, — Pero comprendiendo que si no lo tenía era inútil desesperarme, me accsté y me dormí. — Yo me acosté y no pude cerrar los ojos. — A la mañana siguiente desperté con una idea luminosn; la almohada, como siempre, habla sido mi gran consejera. Aquella misma tardo en todas las esquinas de las calles de la población se hallaban pegados grandes anuncios que decían lo siguiente: GUANTERO EN PARÍS. ¡¡GRAN NOVEDAD!! ¡¡ÚLTIMA MODA!! ¿Guantes para la mano derecha! -¿Y qué? — Que la gente acudió al reclamo, que la novedad fué bien acogida, como procedente de París, y que pocos días después no me quedaba un solo guante. Cada uno de los vendidos me valió algo más de lo que me habrían dado por cada par completo. Quedóse Pedro silencioso, y cuando Juan halagado en su amor propio, creía que su hermano admiraba en silencio el ingenio comercial que revelaba su rasgo, dijo así; — Está visto; tienes una suerte fabulosa. Como todos aquellos incapaces de inven tar nada, Pedro atribuía á la suerte lo que era producto del talento. Ma.s-uel Ramos Carrión lo eu la localidad, y el Sr. Barbadillo, con la amabilidad que le distingue, tuvo ia bondad de manifestarnos lo que BigiK-: «No es posible todavía precisar quienes sean los liberales que han de ir á ocupar puestos al Ayuntamiento, pues nada hay decidido sobre esto punto, no habiéndose tampoco reunido el partido para tratarlo. Lo que sí puedo c ecir es que el partido liberal, tan pronto llegue al Municipio, disipará todas las sombras de quo los conservadores han rodeado á la administración pública. Sobre este punto estoy completamente decidido y seguramente la situación liberal ha de ser tan clara y transparente que el público ha de verla como si las paredes del Ayuntamiento fueran de cristal, pues estamos dispuestos á probar á la opinión pública que la bandera de la moralidad administrativa nadie la ha recogido, pues la tenemos nosotros y pensamos enarbolarla para bien du nuestro pueblo y de nuestro partido.» Esto nos ha dicho el señor Barbadillo. Por nuestra parte agregaremos á lo dicho por el jefe del partido liberal, que claridad en la administración pública es lo que quiere la sana opinión de Sanlúcar, pues ya es tiempo de que sepamos en qué se invierte nuestro dinero, y también de que desaparezcan las sombras de que está rodeado iodo cuanto se relaciona con la casa del pueblo. Si así sucede, bien van á quedar los moralistas, que viven entre tinieblas y caerán envueltos en ellas.» DE CADIZ. EL ESTABLECMENFO LEGAL DEL JUEGO EN PORTUGAL. Presentados por el encargado de los negocios de Bélgica cerca del rey don Carlos de Braganza, han visitado al presidente del Consejo de ministro de Portugal, D. José Luciano de Castro, monsieur Octave Rops, abogado, y Mr. Market, ambos belgas y miembros de un sindicato constituido con objeto de establecer legalmente el juego eu una estación balnearia próxima á Lis boa. La visita hecha á D. José Luciano de Castro ha tenido por objeto exponerle pensamiento del sindicato y presentar una solicitud pidiendo la concesión basada en las condiciones que rigen para la explotación dél juego en Holanda, Francia y Bélgica. El monopolio del juego sería ejercido por el sindicato en cuestión durante un plazo de sesenta años. A cambio de esto el sindicato abonaría en la misma Lisboa al Gobierno portugués dos millones de francos en oro, anualmente y adelantados, éntrf-gando antes de la apertura del casino tres anualidades en oro también. Los concesionarios se sujetan á la condición de prohibir rigurosamente la en trada en las salas de juego á los naturales de Portugal, penándose cada una de estas infracciones con la multa de 10.000 francos, que habrá de pagar la empresa si obtiene la concesión. No obstante, el Gobierno portugués, de acuerdo con los concesionarios, podría autorizar la concurrencia á los salones del casino durante el año á 500 portugueses. La empresa, valiéndose dé todos los medioá de publicidad, procuraría la concurrencia del mayor número de extranjeros. Además del casino, edificado con suntuosidad y decorado lujosamente, la empresa concesionaria haría construir villas, sanatorios, etc.; organizaría grandes regatas y sensacionales carreras de caballos, y en una palabra, trataría por todos los medios de conseguir que al casino concurriese el mayor número de extranjeros. Tales son en resnmen y en su parle principal las condiciones en que se basa la solicitud del sindicato belga, y que e! Gobierno portugués discutirà en el primer . C'.'iiRejo de ministros. CLARIDAD IRFORHACIOH DIARIA. Jueves 7 de Octubre. Comisión Provincial. El interesante asunto de la rescisión del contrato de aprovechamiento de corchos de los montes de Los Barrios, asunto que ha sido origen de un ruidoso pleito contencioso-administrativo, ha dado alguna animación á la sesión celebrada hoy por la Comisión provincial. Antes de estudiarse y resolverse este asunto se tomaron los siguien tes acuerdos: Informar al Gobernador civil do la proviücia, que debe desestimarse la instancia presentada por D. José Romero Barea contra el Ayüht imiento de Puerto Serrano, en la cual se protestaba del pago que se le ha- varias cuotas de arbitrios extraordinarios. Ordenar al Sr. Arquitecto de la provincia, que haga un reconocimiento de la cúpula de la iglesia del Hoí-picio de Cádiz. Nombrar celador del Hospicio provincial de Jerez á D. José GarcU Infante. Conceder un mes de licencia al empleado provincial D. Antonio Castilla. Aprobar varios expedientes de Beneficencia. Después de tomados estos acuerdos se presentan á la Comisión el dictamen del negociado sobre el asunto referido al prin cipio de la rescisión del contrato de aprovechamiento da corchos de los montes de Los Barrios y el informe del Ingeniero de montes de la provincia. En el primero se propone, de acuerdo con lo informado por el Ayuntamiento de Los Barrios, que debe continuar el contrato hasta que expire el plazo señalado en el pliego de condiciones, pagando los contratistas las mensualidades vencidas y no satisfechas. El ingeniero de montes informa que debe rescindirse el contrato por suponer que se lesionan los intereses públicos á causa de la subida de precio del corcho. Propone, sin embargo, que se haga una transacción por el pronto, para rescindir el contrato con los herederos de D. Manuel Solís, más adelante. Conviene decir para aclarar el asunto que el origen del pleito sostenido para la rescisión de este contrato, fué la muerte del contratista D. Manuel Solís. El Ayuntamiento de Los Barrios estimó que los herederos del Sr. Solís no tenían psrsonali dad legal para continuar el contrato y quiso rescindirlo. Los interesados acudieron entonces á los tribunales, y los tribunales han fallado en su favor al cabo de tres años de pleitear, decretando la continuación del contrato si no se causaban perjui cios al Estado. Puesto á discusión el dictámen del negociado hace uso de la palabra el diputado Sr. Fernández para defenderlo, sosteniendo que la rescisión del contiato puede oca sionar graves perjuicios al Ayuntamiento de Los Barrios, como ya lo ha causado la suspensión porque dejaría de percibir el canon de arrendamiento estipulado. Habla á continuación el Sr. Milla en defensa también del dictamen. En un elocuente discurso sostiene el Sr. Milla que el contrato debe continuar hasta su terminación, porque ni bajo el punto legal ni bajo el punto de vista económico se ha faltado á las condiciones por los contratistas. Confirma esto en primer lugar el informé del Ayuntamiento de Los Barrics y después la sentencia de Ips tribunales. Para demostrar que la rescisión. del contrato seria ilegal de to do punto.lee el Sr. Milla varios artículos de la ley. En cuanto al informe del Ingeniero dice el Sr. Milla que no está ajustado á razón ni derecho, porque la subida de precio de los corchos no acredita perjuicio de los intereses públicos. Para esto determina la ley que estos contratos se h^gan siempre á riesgo y ventuia. El Sr. Marqués de Casínas se muestra conforme con las opiniones de los señores Fernández y Milla. Se pone á votación el dictamen y es aprobado por ios señores Casínas, Milla, Sutil, Fernández y Trujillo, con el voto en contra del Sr. Rodríguez Guerra. Terminado este asunto el Sr. Milla da cuenta á la Comisión de haber cumplido su encargo de asistir á la inauguración de Termina diciendo el Sr. Milla quo creo oportuno que la Comisión pida al presidente que atienda las necesidades d^¿ por encanto toda^ ^po-^ paciente un ^e-o t0; " ¡Usar y corarse