- -ACCTOIN" V* YA ERA HORA ■ ■■ Ya era hora, repito coa gran satisfacción, y no menos regocijo, ver los crucifijos pendientes del cuello de las mujeres y de los niños, ¡con qué entusiasmo contemplo esa manifestación de fe 1 . Ahora que con tanto ensañamiento se les arranca de las escuelas y demás edificios públicos, cuando se quiere borrar por completo toda idea de Dios, se nos antoja a los católicos sacar a relucir una oosa ton anticuada que sólo sirve para demostrar una vez más, la gran dósis de ignorancia que tenemos según ellos a pesar de vivir en el siglo de las luces. , . Estoy leyendo en las despejadas mentes de los modernos intelectuales que los fanáticos no resolvemos más problemas que poner trabas a los proyectos de los nuevos redentores ¡qué ofuscación! Se habla con gran énfasis de civilización y progreso cuando pretenden desechar de los centros de enseñanza al Unico de Quien dimana toda ciencia y virtud. Se nos tilda con naturalidad y compasión de retróga- dos y obscurantistas porque exhibimos el Crucifijo ¡infelices! ¡qué poco le conoconl El es una barrera infranqueable que siempre nos aparta de la ruta que solo conduce al vicio y al error. El Crucifijo, es arma muy poderosa con la cual podemos luchar confiadamente cuando nos encontremos ase diados por toda clase de enemigos; es el mejor antídoto que nos ayudaiá a expulsar las bajas pasiones que puedan anidar en nuestro frágil corazón. ¿Qué sería de nosotros el día que desapareciera el Cruoifijo? ¿a quién si nó a El recurriríamos en nuestros desalientos, comunicaríamos nuestras amarguras y expondríamos tantas y tantas decepciones? Sírvannos de ejemplo los grandes hombres; el mejor florón de nuestra patria que ostentando la palma de la ciencia se sienten orgullosos izando el leño de la Cruz. Nuestros labios han muerto abrazados a la Cruz- No nos avergoncemos de confesar a Cristo en público, ostentémosle sobre nuestro pecho y besémosle muchas veces con el alma puesta en los labios aunque nos expongamos a las burlas de los incrédulos y no olvidemos que si algún día queremos resucitar con Cristo es necesario morir con El antes Crucificado. A. M. Sama de Langreo, 23-3-1932. — Luis de) CampoValdés-Hevia 8 Seguros marítimos — | i Comisario y Liquidación de Averías § Libertad, 49, l.° GIJ O N Teléfono 900 ••• También la gente de mar. Jueves Santo.., mañana de sol esplendoroso.., por las calles caminan grupos de familias, van a visitar en peregrinación de amor los altares en que se oculta el Dios que bajó de los Cielos y se bizo hombre, y se hizo pan por amor a esos mismos hombres que le crucificaron que le escarnecieron... También yo voy a rendirle mi homenaje de adoración y de amor. Entro en una iglesia y a poco de estar en ella, en un rinconcito envuelto en la penumbra vislumbro en santa adoración a una viejecita de cabellos de plata, de rostro arrugado, de manos temblorosas y a su lado un niño rubio de grandes ojazos que fija en su dulce abue- lita. La abuela dirigiéndose al niño y señándole al sagrario le dice:—Mira allí entre aquellas nubes de incienso, entre aquellas velas ardiendo, está Dios.—Y el niño clava sus ojazos de ángel en aquel sagrario y siente en su pecho una llama de amorque Je hace clamar:—Mi Dios, te quiero.—Salgo del templo y allí quedan en muda actitud de súplica la abuela y el nieto cautivos de amor. Me dirijo hacia el muelle y allí al contemplar las embarcaciones que después de rudo bregar se acogen a la placidez del puerto, veo en todas ellas y a media asta la bandera nacional. iBien por vosotros, lobos de mar! Vosotros sois católicos y como católicos os portáis. Vosotros tenéis la valentía que da Ja fé inconmovible, la fé que os hace implorar a la Es.relia de los mares, cuando vuestro navio impulsado por las furias del huracán se ve zarandeado como una í rágil barquichuela, cuando ya en vuestros pechos ha d e «¿aparecido toda humana esperanza, os queda todavía el socorro divino, os quedan las plegarias que brotan fer/ientes de vuestros pechos honrados. Por eso, porque habéis conocido la mano de Dios en vuestros peligros, porque vivís en el ruar y al contemplar su inmensidad comprendéis la de ,? s > P°r eso sentís hoy de luto vuestro corazón y ponéis vuestra bandera a media asta en vuestro barco que eS 'nÍ estr ° ^ogar. iBien p or vosotros lobos de mar! JEspaña no ha dejado de ser católica!, aquel niño de grandes ojazos, aquella abuelita de rostro arrugado, son una exposición elocuentísima del pasado español, del porvenir español. Y el gesto de los bravos y rudos marinos de pechos honrados es el mentís a esa afirmación, es la demostración de la fé del español. López de Quijano. í Banco Gijonés de Crédito GIJÓN Capital: 12.000.000 de pesetas Sucursales eo Aviles, [olinga. Luanco, ladesella y Melosa Este Banco efectúa en condiciones excepcionalmente ventajosas toda clase de operaciones de BANCA, BOLSA Y CAMBIO. CAJA DE AHORROS.—Imposiciones desde UNA peseta. Intereses: Tres y medio p >r ciento. Reintegros a la vista. tniuiitimi i múgiiti gji ¡ ¡5^- CUENTAS CORRIENTES en pesetas o en moneda extranjera ¿Qué ha pasado en el Círculo Instructivo Republicano Federal—latiza!, ique letanía!—en la asamblea celebrada hace dos semanas? Nos aseguran que allí hubo algo gordo. Que sus socios se dividieron en dos bandos, unos de .seguir a su leader señor Barriohero y otros de declararse autónomos. Ganaron los segundos por un voto y los otros—que tienen mal perder—se enfurecieron contra ellos, que a poco no sucede allí la de «vámonos Juana». Pero el que se fué, ha sido un respetable doctor que presidía el acto. No falta quien asegura al ver marchar el doctor que si s e ausentó fué por... quejaquello no tiene cura. Briand, dejó un escrito de su puño y letra, en el que pedía se le dedicasen funerales de la Iglesia Católica Romana. Se cumplió esta su última voluntad y el Cardenal Verdier presidió la ceremonia y dió la bendición al túmulo. Esta noticia la trajo «Informaciones». El negarlo es tontería; a la hora de la muerte se acaba la sangre fría, y el espíritu más fuerte rinde ante Dios pleitesía. Unos salvajes, acomerieron el :Otro día, en'Muros del Nalón, a unas cuantas señoras que allí fueron con motivo de un mitin de Acción Nacional. E hirieron de una pedrada en la¿ frente a una distinguida señora gijonesa. La selva se ha despoblado, porque estamos bien seguros que semejante «ganado» no los reconoce Muros, ni pueblo civilizado. Al contrario, lo mismo en Muros que en Cudillero, se celebraron los dos actos de propaganda con un entusiasmo grande y con enorme concurso de asistentes. Y cuando la acometida de aquellas fieras, protestaron todos y hasta^hubo mujeres que lloraban de vergüenza. No nos importa el talante de esas fieras desmandadas, con el deber por delante seguiremos siempre avante, nuestras gloriosas jornadas. No se puede gobernar «a contrapelo». El Estado laico suprimió las festividades religiosas. Sin embargo, el día de San José y los de la Semana Santa—laborables para el Estado—el pueblo hizo fiesta, llenando las iglesias, cerrando los comercios y echándose a la calle en actitud dominguera. Con lo cual bien se adivina que nuestra Constitución, por lo absurda y anodina, fué escrita para la China, no para nuestra nación. Pregunta en «El Noroeste» una distiguida dama reformista, aludiendo a una caricatura aparecida en el número del día 5 en ACCION, si no podía ser don Melquíades el hombre de las derechas asturianas. Nosotras, por nuestra cuenta , pues no somos órgano oficial de Agrupación de ninguna clase, con todos los respetos debidos a esa señora, sin ánimos de entrar en polémicas, le contestamos, que nunca hemos podido tomar en serio a don Melquíades, por sus veleidades políticas, su heterodoxia, y su vacío ideológico. Desde su último discurso, menos aún. Melquíades se declaró a Lerroux con tierna endecha: será ahora su derecha, pero nuestro hombre, no. Que nunca heterodoxos ni masones despiertan en nosotros ilusiones. Lo que Vd. quiera en RADIO -Obecialmenre- Permítanos demostrarle que tenemos siempre ¡LO MEJOR! ÍCENTE DEL VAL Químicamente puras y poderosamente radioactivas. Declaradas de utilidad pública. BOTELLA, 1,15 Abonamos 0,25 a la devolución del casco. Venta: en Ultramarinos y Comestibles. Pedidos al por mayor C. Junquera, 4, 3.° Teléfono 1308 GIJÓN La mujer y la política Contestando a Mercedes Valero ti Canal. Nunca, a mi juicio, una madre, en el momento que es necesaria, por no decir insustituible en el cuidado material de sus hijos puede ni debe aceptar cargos políticos y mucho menos compaginar la lactancia de sus pe- queñuelos con la asistencia a los debates parlamentarios y edificios. Y digo la asistencia y no la intervención, porque, así, como creo que la persona de la madre no puede dividirse y ella se debe ante todo y sobre todo a sus hijos, así su espíritu debe intervenir en la política con derecho legítimo y más autoridad, si cabe, que cualquiera otra persona. Las madres jóvenes que cumplen su deber ante Dios y la sociedad de dar hijos y criarlos, sacrificándose en ello, pueden exigir, como las mejores, la intervención en la política. Ellas son las que engrandecen y forman la Patria: están en plena actividad y ostentan la represen- FARMACIA Y PERFUMERÍA GIJÓN- OOVADONGA, 22 PINULA ♦ tación de esos hijos que con su sangre alimentan, pedazos de su alma, que sufrirán mañana las consecuencias de la política de hoy. Por ellos y solo por ellos, cuanto más pequeños más indefensos, las madres jóvenes tenemos que alzarnos y aún, si no tenemos otro recurso, abandonar los hijos momentáneamente, para hacer oir nuestra voz en el parlamento, en la tribuna, en la prensa, doude quiera que se debata el porvenir de la Patria. Nos dan la pauta las obreras, madres ejemplares, que doloridas pero animosas, dejan sus hijitos seis y a veces ocho horas, para proporcionarles con su trabajo el sustento material. De ese sacrificio somos capaces todas las madres, para dar el alimento corporal a nuestros hijos. Para las católicas, más aún que esos cuerpecitos, por cuya conservación daríamos nuestra vida, nos interesan sus almitas. Criamos nuestros hijos para el cielo, que es el fin primero del Sacramento, del cual ellos son la bendición. Madres católicas: cuidemos nuestros hijos y nuestro hogar. Somos españolas, y tan unida va en nuestra España la Fó con las virtudes domésticas, que hizo exclamar a un dramaturgo: «la mujer que no cose y que no reza, honrada no puede ser». Tiempos vendrán, si nosotras no lo impedimos, en que nuestros hijos no sabrán rezar: el sectarismo más ruin trata de arrebatarles la fe por todos los medios. Contra esto hay que luchar unidas con el mismo título de madres católicas españolas. Cuantos más deberes tengamos en nuestro hogar, más obligaciones tenemos de intervenir en la política y en los destinos de nuestra Patria, que serán los de nuestros hijos. CARIDAD. rPESCADERÍASQIJOÑÍSAS'] Pescados y Mariscos frescos del día SERVICIO A DOMICILIO j Sau Bernardo, 72-74 = = Teléfono ntim. 20 DE CORTE Y DE AMPARO ALVAREZ RUBIO Viuda de C. 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