SEXTA EDICION : A5I0 LXIV-— NUM 20.080. Madrid.— Domingo 2 de Febrero de 1913. Ediciones Mañana, Tarde y Noche. ESCANDALO EN PUERTA AL PÜEBUTDE MADRID Ha sucedido lo que me temía en el céi hre asunto de los dos millones de peseanuales concedidos por las Cortes tab a qUe el Ayuntamiento de Madrid emiPaun empréstito dedicado á pavimento y ¿obras en el subsuelo. Falseando el texto de la ley quieren hora que el Sr. Villanueva autorice ele üeal Orden al Municipio para anunciar el Concurso antes de que las Cortes aprueben el proyecto, y por si eso fuese poco, para realizar el Concurso. Con asombro leo que el plazo concedido será de treinta días. Eso no puede ser, y si fuese sería un escándalo inaudito. En treinta días, sólo podrán estudiar ese negocio los vivos que va se lo saben de memoria, y ni Madrid tendrá pavimento, ni subsuelo. Habrá servido el proyecto para lo que claramente anuncié en el Congreso : para hacer un sanéado negocio los señores que desde hace tiempo van y vienen en torno de ese asunto. •El Sr. Villanueva no puede consentir tal monstruosidad, y el señor alcalde no puede apadrinarla. Para celebrai" ese Concurso, lo primero que hace falta es anunciarlo profusamente en París, en Londres, en Berlín y en Bruselas, para que se enteren todas las casas extranjeras que á esos negocios se dedican. Y luego, conceder un plazo, por lo menos de tres meses, para que sea estudiado á conciencia, y no haya posibilidad de engaños, de sorpresas y de exclusivismos. ¿Cree alguien que en treinta días se puede; estudiar un plan de obras de cerca de 40 millones? ¿Cree alguien que Madrid va á consentir ian escandalosa combinación ? En el Congreso di la voz de alarma. Ahora la repito, seguro de que Madrid me escuchará y sabrá impedir eso que se proyecta y que es antilegal á todas luces. ,Del asunto me ocuparé despacio, no haciéndolo ahora porque á la hora en que leo la información municipal sólo tengo tiempo para escribir estas líneas. Y no di^o más, porque supongo que bastará lo dicho para que el Sr. Villanueva sé niegue en absoluto á firmar la Real Orden que de él solicita el Ayuntamiento de Madrid. JUAN DE ARAGON EL MINISTRO DE MARINA EN VALENCIA En la Comandancia de Marina. VALENCIA. (Sábado, noche.) A las cinco de la tarde ha llegado á la Comandancia de Marina el Sr. Gimeno, acompañado del ayudante Sr. Mendívil y del secretarlo militar D. Artura Armada. Esperábanle el comandante de Marina, todos los jefes y oficiales y el personal suballerno. > Después de conversar brevemente con los jefes y oficiales, el ministro y las personas que con él han comido en la casa del obispo han visitado el cañonero «Temerario». El ministro, á quien le han sido tributados los honores de ordenanza, ha revistado los 70 Hombres de la marinería que han formado sobre cubierta. Se ha detenido á examinar el armamento. Ha sido obsequiado con un champagne de honor. . , ,E1 ministro há brindado por la prosperidad de la Marina española y por el Rey. Le ha contestado el comandante de Marina, haciendo votos por que se realice el proyecto de. nueva escuadra siendo ministro el Sr. Gimeno. Ha practicado la marinería ejercicios de za■airancho de combate en presencia del ministro. Este ha presenciado la distribución del rancho, probándolo. Ha revistado la oficialidad y se ha fijado de|enidamente en el estado del cañonero y de la tripulación. ■Después' de desembarcar el ministro ha regresado á Valencia, dirigiéndose al domicilio ^ sii padre político, que es cónsul de SuePp. donde había dejado á su esposa. En el Ateneo Mercantil. El local había sido adornado y la concu» encía de socios era extraordinaria. Al entrar el Sr. Gimeno ha sido acogida su P esencia con calurosos aplausos. , Le han recibido las Juntas directivas del ^eneo y del Sindicato gremiaL "a recorrido el local, deteniéndose frente Plano del ferrocarril directo. e lo ha explicado el presidente del Ateneo. ^ ■ ^minado también la reconstitución, miniatura, del recinto é instalaciones de 'a pa^da Exposición. «¿ch,! Salón de bíl'úe ,e ha sido ofrecido un cham,frCsidf:nte le ha ofrecido una copa de qP*Sne, aceptándola el ministro, ^eno- ^ soñoi'es— ha dicho D. Amalio Gi¿^o es'-1?/ Valcncia- Creo ni'e es bastante. El ^ndadlf8 ntK ^ si"dicato gremial ha Por el d-POr VaIencia' Por el Sr. Gimeno, «noí^.K., '.¡v,10 :'' Madrid, «que conseguí dicho -c con su apoyo». — ¡ Ojalá ! — ha dicho el ministro. Al retirarse éste del Ateneo Mercantil ha sido despedido con grandes aplausos. En compañía del gobernador civil, alcalde y presidente de la Diputación ha marchado el Sr. Gimeno á su hospedaje, donde come esta noche en familia. Programa para el domingo. Mañana almorzará el Sr. Gimeno en el Tiro de Pichón con la Junta de Obras del puerto. Por la tarde asistirá á la tribuna del Jurado, en la Alameda, durante el desfile. Después le será ofrecido un champagne de honor en el Palacio municipal de la que fué Exposición. El día de la tuberculosis. Desde las columnas de El Mundo, el joven é ¡rifaitigable periodista médico doctor Mesonero Romanos lanza la idea de que «el día de la tuberculosis», esa fiesta' tan humanitaria y productiva, Instituida primeramente en la República del Uruguay y hace muy poco en San Sebastián, se celebre en Madrid. El pensamiento es en extremo plausible y digno de realizarse con el éxito que merece. Nosotros nos ocuparemos de él uno de estos días con más ampilitud . En el Uruguay se ha llegado á recaudar en un solo día setenta y siete mil duros, y en San Sebastián treinta y cinco mil pesetas. En Madrid, claro está, la recaudación podrá ser aún mayor, poniendo en práctica todos los medios y recursos que la ingeniosa caridad y el espíritu de beneficencia discurriera. El problema de la tuberculosis sólo es un problema económico. Con dinero es únicamente con lo que se puede luchar hasta ahora ventajosamente contra esa terrible plaga que se cierne amenazadora sobre infinidad de vidas. Siquiera sea por egoísmo, debemos poner cada uno todas nuestras energías al servicio de esa gran cruzada, que tan brillantemente capitanea el doctor Mesonero Romanos. Nueva revista. Estamos en plena efervescencia de revistas médicas. A la magnífica publicación de los doctores Albéniz y Gutiérrez Camero La Medicina Española, que ha obtenido un éxito completo, habrá que añadir una que, con el título de Los Progresos de la Clínica, se publicará muy en breve, bajo la dirección de los doctores Guedca y Simonena. Entre las muchas ventajas que ésta ofrece á sus suscriptores descuella la creación de pensiones de 3.000 pesetas para los nuevos médicos que deseen ampliar sus estudios en el Extranjero. El Patronato de damas. Hace unas cuantas tardes, en el Colegio de Médicos se celebró la segunda reunión de la Junta de Damas que se está constituyendo, para formar el Patronato protector de una Caja de ahorros destinada á socorrer médicos desvalidos, viudas y huérfanos de nuestra pobre clase. Constituida la Junta directiva, de la que fué elegida presidente la distinguida doctora Srta. Alcixandre, acompañada de otras no menos distinguidas damas, cuyos nombres publicamos en lugar aparte, se acordó ampliar el campo de las adhesiones con las esposas de muchos médicos, solicitar de las Reales Personas una audiencia para recabar su auxilio y comenzar sus trabajos, siempre de acuerdo y bajo la inspiración del Colegio Médico, del cual viene á ser una filial esta institución. El estrado del Colegio de. la calle Mayor se vió honrado y hermoseado aquella tarde en grado extraordinario. La belleza, la distinción y la elegancia servían de ornamento físico á las más hermosas seducciones espirituales de aquellas clamas, que, convocadas por la solicitud de unos ¡jocos profesores, á la cabeza de los cuales hay que poner á los Sres. Pando y Valle, Ortíz de la Torre y Pulido, acudían gustosas á realizar una obra de misericordia y de ternura, que seguramente producirá fecundos resultados: Decididamente el noble ardimiento del señor Pando y Valle, iniciador de esta idea, va á verse coronado con d éxito más brillante que se puede desear. Sociedad Laringológica. Una sesión interesantísima, la más provechosa sin disputa del actual curso, fué la celebrada por osla Sociedad el viernes pasado. El doctor Rueda, que á sus grandes conocimientos de la especialidad une el encanto de la expresión y de la originalidad, eligió un tema sumaineme práctico y provechoso: «Las curas post-operatorias de ios vaciamientos mastoideosi). Intervinieron con este motivo en la sesión los doctores Botella (E.), Hinojar, Casadesús, Hernández y Prada. El doctor Jiménez Encina presentó también ir.i operado de extirpación total de laringe, y eL doctor Botella expuso atinadas consideraciones acerca del próximo ■Congreso internacional de Medicina. El discurso del Dr. Sar.ioia. Hemos recibido ol notable discurso que el doctor Sarabia leyó en la sesión inaugural de la Sociedad Ginecológica. Con gran sinceridad expone el ilustre profesor del Instituto Rubio todas las cuestione.; que surgen en la práctica profesional, dentro del campo de la acción del tocólogo que dirige la evolución del embarazo y del parto, y del pediatra que ha de intervenir en la vida fisiológica y anorma'l del recién nacido. El asunto es inleresantísiino^ porque estas cuestiones se observan á d:ario en la práctica profesional, motivadas por erróneas interpretaciones de eompetcncaa ó por exigencias profesionales ó sociales que á veces no se pueden eludir )' confunden el campo de acción de dos especialidades que tienen eJ campo de acción bien definido, aun cuando en muchas ocasiones tengan que hallarse íntimamente relacionadas, á fin de que resulte más beneficiosa su acción. DOCTOR G. ¡Jl Ha realizado1 con felicidad su viaje á San Francisco de California el comisario regio del Turismo, señor marqués de Vega Inclán, y en los primeros días- de febrero próximo emprenderá su regrese» á España, á bordó de un gran transatlántico de, la Compañía Cunard. Vino á América en el Berlín,, que es una maravilla de confort y de refinamiento, donde hasta se publica un periódico con las noticias del mundo, que se reciben por la telegrafía sin hilos. Permaneció cinco días en esta capital, v el célebre millonario Morgan dio en su honor un banquete, al que asistieron el hispanófilo Huntington, _ Vanderhih y la viuda de Astor, el que murió en la catástrofe del Titanio . En Washington se hospedó en la Legación de España, donde se celebró su llegada con un banquete diplomático. En tren cómodo y nípiclo marchó á Los Angeles. El convoy reunía todas las corhodidadcs de un hotel. Llevaba café, salón de fumar y hasta barbería. A las bajas temperaturas de Nueva York habían sucedido otras verdaderamente primaverales. Los campos ofrecían un ambiente y una alegría comparables á los de tierra andaluza. En Los Angeles es completa la ilusión de estar en España, cuyo recuerdo evocan los nombres, los edificios y el aspecto de todo. Desde los límites de Nuevo-Méjico hasta la costa del Pacífico no hay apenas un nombre de ciudad que no sea español. En Los Angeles esperaban al marqués do Vega Inclán el vicecónsul de España, el director de los Ferrocarriles y una nube de periodistas y fotógrafos de los diarios locales, ansmsos de instantáneas y de interviús. La ciudad es hermosa, con 100.000 habitantes, grande, moderna, espaciosa, alegre y con lodos los adelantos del mundo. El marqués, su secretario y el jefe de los i ferrocarriles de California salu ron de Los An- : geles para Pasadena en un mm con un vagón ! de lujo con cristales hasta abajo para no perder detalle al cruzar por aquella Andalucía americana. Él camino era encantador. La cuádruple vía tenía á los lados andenes ó carreteras asfaltadas. El paisaje era bellísimo, risueño, lleno de luz y de flores. En San Gabriel estuvo el marqués de Vega Inclán en un gran teatro, donde se representan los episodios más culminantes del Descubrimiento, conquista y cristianización de aquella tierra por España, El marqués ocupó el palco presidencial. La obra era puramente histórica, y enaltecía grandemente nuestra Patria, recordando antiguas glorias. La interpretación corría á cargo de descendientes de los primitivos conquistadores, y á escena salieron indios salvajes traídos exproíeso de diferentes tribus. En el último acto apareció la bandera española, oyéndose los a.corcies de la Marcha Real ; detalles que llegaban muy al alma estando á tantos miles de millas de nuestro país. En Pasadena les dejó el tren eléctrico á la puerta del hotel Marylar.d, con pabellones aislados y esparcidos en un inmenso jardín cubierto de claveles y geranios. Aquello traía á la memoria el recuerdo de los Trianones de Versalles. Pasadena es la Valencia de América, la tierra de las llores, la estación invernal de los millonarios yanquis. El marqués presenció allí una fie.Ma ddiriosa: una batalla de ñon s. En San Diego fué á buscarle el córonéí Collier, presidente de ui.a Exposición que en d eba localidad se celebra. Collier es un hombre maravilloso, lleno de energía y de vida, prototipo de actividad y de alegría yin!. En un automóvil de sesenta caballos, que el mismo coronel guiaba, reeorrieron la región en un radio de cien millas, subiendo á la eres.la de las montañas y descendiendo á ¡as prófundidades de los valles. En la Exposición de San Diego, las construcciones son de estilo español y los pabellones llevao nombres españoles, como si respondieran ú una resurrección de n-úcslro arte. El coronel es tan hispanóiiio qiue ha dado cíenlos de dólares aj Munieipio juna que no se cambien los nombres españoles de las calles. Preside la Sociedad cuyo fin '"es restaurar las misiones y ponerlas en el misino eslaclo en que las fundaron nuestros antepasados. Se han reunido 300.000 dólares para erigir una estatua ai primer padre franhiscano español que fundó allí misión. El marqués de Vega Inclán contempló las ruinas de aquellas primitivas construcciones v los árboles plantados por soldados españoles cuando el descubrimiento de California. Allí le dijeron que hacía muebos años no había pisado aquel lugar ningún español. El coronel le llevó) á ver sus minas de piedras preciosas. Almorzó en su casa, construida sobre un acantilado que av anza en el mar. A los postres se brindó por España. Al día siguiente visitó los árboles milenarios y el bosque petrificado. E% trees (grandes árboles) es sitie) que impresiona hondamente. E'S un bosque de árboles gigantescos, de tres y cuatro mil años de antigüedad, enormes. Para rodearlos hacen falta treinta hombres cogidos de las manos, y tienen 600 pies de altura. Como ante los grandes Alpes, se empequeñece quien los contempla. El marqués se sintió vivamente emocionado por aquel grandioso espectáculo de la naturaleza. En San Francisco de California le esperaban las autoridades y Comisiones oficiales. En el hotel recibió una nutrida representación de la colonia española. Los periodistas americanos son terribles, y no le dejaron en paz. Los fotógrafos hicieron instantáneas. La vida del marqués de Vega Inclán ha resultado de prodigiosa actividad. En todas partes fué el distinguido español de una notoriedad evidente, lo cual revela que las gentes estaban bien documentadas de su persona y representación. Apenas el tren se detenía en una estación, salían periodistas pluma en ristre á celebrar con él interviús y presentarle periódicos de toda la región californiana con retratos y diferentes escenas del viaje. Su actividad ha llamado mucho la atención de los americanos. Sin darse punto de descanso lia visitado bibliotecas y hospitales. En poco más de cuarenta días ha recorrido cerca de 30.000 kilómetros. I.a víspera de su salida de San Erancisco de California asistió á una comida en un sitio encantador, en Burlihgan, deliciosa y refinadísima residencia de una de las mujeres más distinguidas y collas de América, miss Cnícker. Le dieron una gran comida, á que asistieron Mirle, Pullman, la propietaria de todos los coches de su nombre que corren por las líneas férreas de los Estados Unidos, y las más bellas damas de San Francisco. volvió á la ciudad y asistió al Xuiich que dió en su honor el Comité de la Exposición en Clif House, una roca sobre el mar. Inmediatamente visitó los terrenos de la Exposición,' conferenció con los directores de las más importantes Compañías de los Estad<" Unidos, y concurrió á una fiesta de despedida organizada por la colonia española, hablando con todos de la Patria, y aceptando como recuerdo una hermosa copa con las armas de California. Dió en su honor el último día una comida ei Club más aristocrático, Pacific Club, al qu<. asistieron los multimillonarios y el elemento de más valor social de San Francisco. VA mismo día de la partida visitó el barrio chino. El marqués de Vega Inc'án ha sido invitada por telégrafo á dar una conferencia en la Institución Panamericana de Washington, que tiene carácter social y poh'lico y, bajo el patrenato de Carnegie y la doctrina de Monr«' a . asocia lóelas las banderas y estandartes df. los países de América. Como ñola interesante lleva el marqués á Madrid el recuerdo de que muchas ciudades de California conservan e] clá- ico nombre español que las dieron los frailes franciscanos, respetando y reverenciando estas reliquias del país que hizo el descubrimiento como cosas santas, y admirando con justicia el esfuerzo sobrehumano que aquellos frailes hicieron civilizando v cristianizando California. ■ • .' ? . .3- T- Nueva )'uru, 16 de enero. mva— Lo que dice Alba El ministro de 'a Gobernación, recogiendo los ataques que a'gunos periódicos le dirigen con motivo de la circular de la Dirección de Siguridad, relativa á la reventa de billetes para los espectáculos públicos, ha dicho que esas censuras son injustificadas. Xo vuelve á autorizarse la reventa en la calle, como algunos dicen ; los periódicos que tal creen, es porque no han leído bien la circular, pues en ella no se habla nada de eso. Si bien es cierto que se vuelve á autorizar la reventa, es sólo á las Emp;es:is, para que puedan esiahlecer un despacho, una especie de ampliación de los despachos actuales, como hay en París y en Londres; la única d¡feréncia es que antes sólo se vendía en los teatros, y ahora se podrá vender en varios sitios; es más, no vería ineom eijicnte incluso en que se vendieran billetes hasta en los hoteles, como ocurre en el extranjero. Dijo también el ministro que él no hará neis que cumplir la legislación que encontró al llegar al ministerio, refiriéndose con esto á la hora de cerrar teatros, tabernas, etc. Antes de que el Sr. Cierva íuese ministro dy la Gobernación — agregó— ;y dictase sus disposiciones sobre estas materias, yo fui gobernador de Madrid, y todos saben ya cómo c umplo las leyes. Soy liberal en mis ideas ; pero me gusta exigir el cumplimiento riguroso de las leyes. Tlablando después de la viruela, dijo que ha conferido poderes al inspector de Sanidad interior, Sr. Rejarano, para que adopte todas las medidas que estime oportunas para combatir dicha enfermedad. ' Las autoridades recordarán todas sus disposiciones. La epidemia ha decrecido mucho; pero el mmistro aspira á que desaparezcan absolutamenle todos los casos. Respecto al regreso del Rey, manifestó que es probalde que, como se ha anunciado, llegue mañana, aunque no es seguro. Ignora si con S. M. vendrá el ministro déla Guerra. No cree que el Rey se detenga en ValladoIKij porque el martes tiene anunciado que asistirá á una cacería en la finca de Eernán N úñ ez ,' _^ Hífó^ínosT'íos^florePsí^c^ vlncias y extranjero que, al hacer las reno, vacíones. tengan la bondad de acompañar una de las fajas con aue reciben LA CORRES» PONDENCIA DE ESPAÑA. LABOR DE CULTURA LA EDÜCACM DE LOS IOS El sabio catedrático de la Universidad de Granada, D. Martín D. Beruele, ha dado una notabilísima conferencia *n la Asociación do Cultura granadina. De ella son estos interesantes párrafos: «.■Él problema del niño: problema de suavidad y de misterio, lo' más grave, lo más trascendental. Que no se queda circunscrito ni limitado en la especulación de los láboratorids, ni en e! sigilo científico y desecador de los libros; que se libera, que rompe 'as vallas del parapeto pitagórico cíe lo académico. El niño, el gran problema, que se plantea en la calle y en la casa, en la ciudad y en el campo, en la religión y en la enseñanza, en la escuela y en la iglesia, en la vida. Todos debemos ser pedagogos, paidologos si .queréis vulgarizar esté nombre, amantes de los niños, cuidadosos educadores de los niños, si tenemos sentimientos de humanidad y entrañas de amor. Que el niño, sea niño, que viva su niñez encantadora, que sus ojos no pierdan la luz viva de su ingenio despierto, en el que se concentran las fuerzas todas de su visión anímica, de sus facultades iniciales sin pleno desenvolvimiento ; que su cara, alegre y sana, sea la transparencia de su alma sencilla: y buena, de aquella alma que no tiene rencores, que no odia, que duerme y se ríe y juega á plena vida sin dobleces ni falsedades : que el hiño vaya transformándose en hombre sin violencias de apicaramiento, sin la soez transición de embrutecerse su espíritu, encanallarse sus instintos y menoscabarse salud... ¿no véis cuántos problemas de la más compleja, de la más humana, de la más esencial pedagogía ? A la inmensa mayoría de los padres habría que declararlos en «capitis diminutió má-» xima» ; y no creáis que me encaro con los pobres, me dirijo á los ricos, que no tienen tiempo ni gozo para educar á sus hijos. Los pobres, los jornaleros, los que viven; de su sudor, fuera de casa todo el día, y que sus niños, desde pequeñitos, tienen quQ ser entregados á la instrucción y á la educación de otros; sin son humanos, los . ecogen y los acarician en sus brazos, y en la hora del descanso imprimen en sus frentes besos que graban ideas y sentimientos. ¡ Qué tesoro social el que encomendamos á los maest ros ! Los hijos que dan guerra en casa y no saben aguantarlos sus padres, ios niños de la calle ; y en las escuelas disfraza-* das de colegios, los niños pudientes que así dejan horas libres á papá y mamá para el visiteo y las exigencias de la sociedad... ¡Mirad qué problema, qué magnitud de problema ! V una vana dirección pedagógica os pidei que la escuela sea como una enciclopedia del Saber humano, que los libros y las asignaturas y los programas sean infinitos... en cambio la sociedad, los hombres de corazón, la humanidad, os piden cosa de más sustancia, de más redención, os piden que eduquéis á los niños, que forméis su alma, reemplazando, sustituyendo ó supliendo lo que no saben, ó no pueden ó no deben hacer muchos padres de familia. La educación, que no es fruto de los libros, no consiste sólo en saber llevar el traje, erí saludar cumplidamente, en uniformarnos en lo exterior, en fingir un exterior... consisto en algo más acendrado y más hondo, consiste en una virtud espiritual, en una delicadeza del alma, en una destreza de nuestro yo interior, en un airoso, soberano dcsenvolvimientot racional de nuestra libertad, de nuestra accióni humana, para cónvivir con los demás, para echar por la borda todo restó de hosquetlad y de salvajismo: la educación es la patente para vivir entré los hombres. ¡ Qué profunda transcendencia la de lal educación ele los niños! El ideal más caballeresco, unís esencialnicnle socialista, hacer posible, hacer efectivai la educación de todos los niños, ¡ que no hayal niños infelices, responsables socialmente ; quo la niñez sea gozo de inocencia y de candor paral todos los niños y alegría rebosadora para los bombres! ¡ Programa de esencialidad religiosa, de! cristianismo, de bumanidad, de verdadero patriotismo! Educar á los niños para que ténganlos gente moza, sin chulapería, gente joven, varonil, animosa, con sana alegría, oon ideales nobles, capaz de realizar el avance anhelóse» por una cultura que nos redima y que nos haga grandes. ¡ Qué razón de ser y de reformarse pard nuestras escuelas de las ciudades, y qué razón de vida para que surjan nuestras escuelas en los pueblos y en el campo! ¡ Qué esperanza ésta, puesta en las alurnnas y alumnos de las Normales: con cuántal atención debe atenderse á cimentar vigorosa, y sabiamente estos Centros, Seminarios do los maestros y maestras de mañana. Y qué eperanza en vosotros, si venís a>] estudio encariñados, más que con los alijos académicos, con sentida vocación ; qué esperanza poder muy pronto contar con profesores amantes de la -escuela y de los niños, que remozados en! moldes nuevos, lijen sus ojos en los puebllos pequeños, para cpie se borre de una vez tal figura del maetro sacristán y estanquero en una pieza y de su esposa la maestra incompleta. Maestros que se nieguen á dar su escuela en locales inmundos y que preparen lots tiempos mejores en que la educación sea ta mejor prenda de vestir para todos los españoles I»